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Min despertó con todo su cuerpo dolorido y una terrible migraña, su piel dañada con hematomas y marcas rojizas muy parecidas a mordidas.
Se agachó a vestirse con lo mismo que el día anterior, dándole poca importancia el olor a sudor que esta emanaba. No tenía ganas de nada.
Ni siquiera para ir a desayunar, aunque primero tendría que ir a entrenar. 

Sopesó la idea de dejar al alfa dormir, sin importarle las consecuencias, pero no pudo comportarse de esa forma tan grosera.
Se paró sobre su colchón y aferrado a la base metálica de la litera con una mano, usó la otra para picar su pomposa mejilla.

— Despierta que se te hará tarde — repuso ante los quejidos ajenos.

— Hay mejores formas para despertar a alguien — reprochó la falta de tacto del pálido.

— ¿El alfa quiere ser despertado con un beso y el desayuno en la cama? — se burló, descolgandose.

— Por favor — musitó quejumbroso.

YoonGi salió del cuarto apenas lo vio sacarse la camiseta. Se sintió tentado en irse, pero no tampoco podía, JiMin lo había esperado, así que se sentía obligado a hacer lo mismo.

Deseó golpearlo cuando sonrió al verlo recargado en la pared, esperando por él. Agradeció que mantuviera su boca cerrada y dejar pasar su acción.

De nuevo a trotar, de nuevo quedó en ridículo al tropezar más de tres veces y no conseguir hacer más de dos lagartijas. Se sentía humillado cada vez que era el primero en rendirse y el último en terminar. Que JiMin lo esperara y apoyará en lo que pudiera no hacía el suplicio mejor.

— Pueden marcharse — permitió JungKook diez minutos antes de lo planeado —, excepto tú — dijo en voz baja a Min.

El castaño se mostró renuente a largarse al notar que YoonGi se quedaba a solas con el entrenador de nuevo. No eran celos. Le preocupaba que fuese el culpable de la mala noche del "beta". 
Al final se dejó llevar por la insistencia de sus amigos para irse.

— Vas a lastimarte si continuas haciendo todo como lo haces — advirtió —, no tienes idea de las posturas correctas ¿verdad? —analizó al menor y dedujo —. Tampoco te interesa.

YoonGi solo lo miraba en silencio, buscando averiguar a qué se debía toda la palabrería.
El alfa analizaba su forma de mirar, estaba a la defensiva con su postura, como si se preparase para huir.

— ¿No te gustaría ser capaz de defenderte?

El semblante del pálido se ablandó por un instante imperceptible para ojos poco observadores.
Jeon reservó para sí mismo su sonrisa triunfal por el cambio de actitud obtenido.
Después de que el menor le asegurara que no importaba tener que bañarse con agua fría, se dispuso a ayudarlo.

— Sigue curveando así tu espalda y no podrás estar de pie sin dolor — colocó su diestra a la altura de sus últimas costillas y en la parte curvada de su espalda para acomodarlo recto —, es así.

Le costó más esfuerzo de esa manera, el alfa corrigió la posición de sus brazos por enésima ocasión y la presión en sus hombros disminuyó significativamente.
Fue más sencillo y al fin consiguió hacerlo sin que le doliera nada mas que el esfuerzo.

— Siempre que sientas que llegaste a tu límite, haz una repetición más, un minuto más — comentó sentándose a su lado —. Así llegarás más lejos.

En esa ocasión, YoonGi no miraba a un miembro de la milicia, era un simple alfa que parecía desear ayudarlo sinceramente. La pregunta era si lo haría sabiendo cuál es su verdadera casta.
No quería averiguarlo.

Rough omega (JimSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora