Merida
Las estrellas están más hermosas que otras veces, la luna está llena y brilla más que la noche anterior, el sonido de los grillos es perfecto.
A mí siempre me había gustado la noche, era el único momento en que tenía un tiempo a solas y podía concentrarme en mis pensamientos.
Estar ahí, en mi habitación, viendo el cielo estrellado y escuchando sólo el sonido de mi respiración era perfecto.
Pero tenía que dormir si quería despertar mañana con energías para la escuela.
¿Qué pesado no lo creen?
Bueno, agreguen que son las dos de la mañana y sigo viendo la oscuridad.
En fin, creo que es momento de irme a descansar un poco, el día de hoy fue algo ajetreado porque me raspe la rodilla por intentar hacer un fingerflip en la patineta.
Seguiré practicando.
Me alejo del sillón que está cerca de la ventana y me dirijo a la cama y me permito dormir.
Aunque claro, no pude porque estaba pensando en qué le podría hacer a mi habitación.
No era tan grande, la cama estaba pegada en una pared, en ella tenía mil fotos de mis amigos haciendo cada estupidez, a mi familia, a mí y a algunas imágenes de la luna y las estrellas.
En otra tenía discos de vinilo pegados, dibujos que he hecho a lo largo de mi vida, horribles por cierto, no sé dibujar, oh, también debo de mencionar que tengo las patinetas rotas colgadas en una pared.
Y como broche de oro, ese sillón que tanto amo que esta junto a la ventana.
Eso sí, mi cuarto era un desastre, tengo tenis, ropa y bragas tiradas por todo el sitio.
La verdad me daba pereza recoger mi habitación, además le quitaría ese toque alocado mío que le doy a todo.
En fin, debo de dejar de pensar cosas sin sentido y a hablar con mi conciencia y dormirme de una vez por todas.
🌌🌌🌌
- ¡Vamos Merida!- grita mi madre entrando a mi cuarto dando un portazo.
- Mhm.- me quejo.
- Hora de despertar solecito.- abre las cortinas negras, haciendo que los rayos del sol me den en la cara.
- ¡Mamá! Cada mañana es lo mismo, déjame dormir.- me tapo con mis sabanas.
- Si te pararas temprano no sería lo mismo.- siento como toma asiento a mi lado.- Vamos, Ethan pasará por ti en unos minutos.
- Que se joda Ethan.- gruño.
- Que boquita.- se ríe.- Vamos, levántate o te aviento agua fría.
- No eres capaz.- veo como sus ojos azules se iluminan, como su cabello rojo rizado y alocado como el mío se vuelve más intenso por los rayos.
- ¿Ah no?- alza una ceja.
- Olvídalo, ya me estoy levantando.
- Bien, te espero abajo.- sale de mi cuarto y se va.
Mierda, como odio despertarme en las mañanas.
Me dirijo a mi closet que igualmente esta lleno de fotografías, lo abro y opto por unas medias rotas negras, una falda del mismo color y un suéter beige.
Cuando estoy lista trato de acomodar mi cabello rojo rebelde, pero es imposible así que mejor lo dejo como está y me coloco mis botas negras para irme a desayunar.
Bajo las escaleras, atravieso la sala y llego al comedor.
- Ya estoy aquí.- digo mientras me siento.
- De acuerdo, ten, hice un licuado.- me da una cosa verde.
- Ni creas que me tomaré eso.- lo veo con asco.
- Vamos, sabe mejor de lo que crees.
- No.- lo alejo de mí.- Así estoy bien con mi pan tostado quemado.
- Ay, no seas payasa.- me jala un mechón de cabello.
- Auch.
- Vamos.- se aleja.- Iré a arreglarme.
- Está bien.
Con todo el valor me tomo la cosa verde, y como era de esperarse, sabe horrible.
Como lo que falta, y el licuado lo tiro ya que si alguien se llegará a tomar eso se muere, lo digo en serio.
Bueno, tampoco es como que haya mucha gente aquí, solo vivimos mi mamá y yo.
Mi padre murió hace dos años, fue doloroso saber que el cáncer se lo llevó, se llevó a mi héroe, a mi complice de vida.Dejo de lado esos pensamientos que aún duelen y me concentro en llegar a tiempo a la escuela.
- ¡Estoy lista, me voy!- grito una vez que escucho el claxon de Ethan.
Veo como en el asiento del copiloto esta mi amiga Elissa saludándome y gritando.
- ¡Vamos Merida!
- Ya estoy aquí, dejen de hacer escándalo.- entro al auto rojo y me siento.
- Al parecer hoy tampoco te peinaste.
- No.
- Ni porque es nuestro primer día te peinas.- dice Ethan mientras arranca.
Los ojos verdes de mi amiga caen sobre mí, su cabello es negro corto, su cuerpo no es ni tan delgado ni tan robusto.
Veo como el castaño me sonríe por el retrovisor, sus ojos miel son casi como los míos, pero los de él son más claros y brillantes.Juntos nos ponemos en marcha a la escuela, que es una pesadilla iniciar el último año de preparatoria.
Después a la universidad y ser independiente.
Horror total.
Sólo quiero que esta tortura acabe pronto y dejemos de lado los exámenes que en mi vida los volveré a ver y acabar con la escuela.
Será otro año normal, sin preocupaciones ni nada por el estilo. ¿Verdad?
Espero que les haya gustado este capítulo. L@s amo

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Eclipse
Teen FictionMerida, una chica hecha un desastre total, hecha un remolino y llena de energía. Luca, un chico cuyo pasado es doloroso y su vida no es de color de rosa como la de ella. Son dos personas completamente distintas, con personalidades muy diferentes y...