Capítulo 28

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Luca

En el momento en el que dijo que debíamos de terminar, mi corazón se detuvo, mi alma abandonó mi cuerpo y las personas a nuestro alrededor desaparecieron y sólo pude contemplar sus ojos miel con todos los colores, su mirada triste y sus lágrimas resbalarle la cara lentamente.

Esas gotas de agua saladas me dolían, algo dentro de mí se rompía cada vez que una de ellas salía.

Ella expreso lo que había estado conteniendo, me dijo que cada vez que me ausentaba la lastimaba. Y joder, como odie esa palabra.

No quería herirla, pero cuando me lo dijo caí en cuenta de que todo este tiempo había lastimado su corazón noble.

Fue por eso que acepte nuestra separación, me marche primero porque sabía que si lo hacia ella iba a ir tras la chica.

Una vez lejos corrí como si mi vida dependiera de eso, como si algo tratara de alcanzarme.

Al llegar a casa me permití respirar, a tratar de llevar aire a mis pulmones después de correr como un loco.

- ¿Luca?- dice Theo saliendo de la cocina con un tazón en las manos.- ¿Por qué estás así?

Su ceño esta fruncido y su rostro sólo muestra preocupación.

- ¿Estás bien?- deja el plato en la mesa y se acerca a mí.

Las palabras que Merida dijo de mi hermano resuenan en mi interior, y en ese instante comprendí que él no era mi enemigo, que todo este tiempo lo pinte como el malo, pero el único que estaba mal era yo.

- Luca háblame.

Sin decir nada corro hacía él y lo estrecho entre mis brazos, los suyos tardan en responderme el gesto, pero después de un tiempo me pegan más a su cuerpo.

- Perdón, perdón, perdón.- digo una y otra vez.- Nunca debí de tratarte así, soy un asco, soy como mi padre.

- Ey.- se separa de mí.- Está bien, no eres un asco, eres mi hermano pequeño al cual amo más que nada en el mundo.

- ¿Cómo puedes amarme después de que por años te trate horrible?- las lágrimas salen.

- Porque sabía que sólo eras un niño asustado que se escudaba en una mascara de un adulto. Así que espere hasta este momento.

- Fue Merida, ella me dijo cómo te sentías, ella me terminó porque cree que así mejoraré, que así tomaré las riendas de mi vida.

- Y tiene razón, ella te dio el impulso, ahora tú debes de hacer el resto.- sonríe.

- De verdad lo siento, es sólo que verte triunfando me lleno de celos. Eres perfecto y yo no.

- No lo soy.- sonríe.- Dios Luca, no digas eso, eres increíble, ¿sabes cuántas veces te envidie porque tuvieras elección?

- ¿De qué hablas?- nos separamos.

- Mamá siempre estuvo detrás de mí diciéndome qué hacer y qué no hacer, y tú no, tú ibas por la vida como si nada.

- Pero era porque mamá no me ponía el más mínimo interés.

- Y yo hubiera dado todo por tener un día de paz, ella se encargo de toda mi vida prácticamente, elijo mi carrera y antes trabajaba en un lugar que odiaba con todo mi ser.

- ¿Qué? ¿Cómo que trabajabas?- frunzo el ceño.

- Me corrieron, no estoy aquí por vacaciones, sino porque se dieron cuenta de que no servía para eso y decidieron despedirme.

- Wow.

- Así es.- se ríe.- Nadie es perfecto Luca, mucho menos yo.

- Todo este tiempo estuve juzgándote mal.

- Todos cometemos errores.- nos quedamos callados hasta que vuelve a hablar.- Espera, ¿dijiste que Merida te terminó?

- Sí.

- Joder, se veían perfectos juntos.

- Lo sé, pero ahora empiezo a creer que si ella no hubiera hecho eso no estaríamos nosotros aquí.- seco mis lágrimas.

- ¿Y qué harás ahora?

Me quedo callado, pensando en darle una respuesta lógica.

- Debo de tomar ayuda.

- ¿Cómo?

- Yendo a terapia.

- ¿Le dirás a mamá?

- No, aún no estoy listo para decirle cómo me siento.

- Bien, cuenta conmigo.- sonríe de lado.

- Gracias Theo.

- ¿Hermanos?- me estira la mano.

- Hermanos.- la tomo gustoso.

A veces necesitamos dejar en el camino a alguien para crear uno nosotros mismo y así mejorar como personas.

Mi luz se fue, pero debo de ser capaz de encontrarla por mi propia cuenta.

¿No es así?

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