Eclipse

Capítulo 10

Merida

- ¿Qué más pasó?- dice Ethan mientras apuntamos las cosas que dice la profesora de literatura.

- Sólo eso, comimos, vimos las estrellas y ya.- me encojo en hombros.

- ¿Cómo así que ya tienes a un chico?- dice Dante volteándome a ver.

- ¿Qué?- me rio.- Nunca dije que ya tenía a un hombre.

- Pero acabas de decir que le hiciste una cena romántica y no fue a mí.- hace un puchero.- ¿Qué acaso no me amas?

- ¿Quieres dejar de ser tan dramático Dante?- le pide Elissa mientras lo mira con cara cansada.

- ¿Qué?- abre los ojos.

- Dante, ¿cuándo será el día en el que te des cuenta de que Merida no te quiere?- dice el castaño a mi lado.

- Jamás me rendiré hasta que la tenga entre mis brazos.- grita.

- Shhh.- lo callo.- Mejor apúrate a apuntar lo que hay en la pizarra.

- Como ordenes.- hace un saludo militar y regresa su vista al frente.

Elissa, Ethan y yo nos reímos en silencio.

🌌🌌🌌

- No puedo más, ¿cuánto falta para vacaciones?- pregunta Ethan mientras salimos de la escuela y nos dirigimos a nuestras casas.

- No puede ser, apenas es nuestra segunda semana.- le recuerdo mientras me rio de él porque pone cara de querer morir.

- ¡No llevamos ni un mes y la escuela ya me esta matando!

- Que dramático.- dice Elissa mientras se ríe. 

- Es la verdad, mejor me voy a mi casa para dormir un rato.

- Te dormiste toda la hora de biología.- le recuerdo mientras bajamos las escaleras.

- Sí, pero no fue suficiente.

- Nos vemos chicos, tengo clases de violín, y Ethan.- lo mira.- Duerme bien.- se ríe.

- Gracias.

- Me voy, iré a practicar al parque unos trucos que vi ayer.

- Bien, nos vemos.- nos despedimos y me alejo.

En la tarde Luca y yo comimos juntos, me contó que había estrenado sus audífonos nuevos que le regale y que habían sido el mejor regalo que había recibido.

Después le conté sobre las clases, que son aburridas y que los profesores son un asco porque no saben explicar los temas y juntos comenzamos a criticarlos.

Deje en el suelo la patineta, lista para irme y mejorar algunos saltos, pero en ese momento escuchó como alguien me grita.

- ¡Merida!- me volteo para ver a Luca caminar lo más rápido que puede hacia mí.

Lleva un pantalón de mezclilla claro, una playera con franjas de color verde con unos tonos más claros que otros, sus tenis son blancos e impecables, lleva sus muletas y sus audífonos nuevos en su cuello.

- Luca.- sonrío una vez que llega a donde estoy.

- ¿A dónde vas?- suspira mientras me regresa el gesto.

- Al parque, iré a patinar un rato.- alzo la patineta.- ¿Quieres venir?

- Claro.

Juntos comenzamos a andar a su ritmo, en el camino le cuento sobre los distintos trucos que hay y que he aprendido a hacer y él me escucha atento a cada una de mis palabras.