Capítulo 21

52 7 7
                                    

Merida

Verlo ahí, con sus ojos fijos en los míos, sus manos sosteniendo el cuadro que tenía tonos azulados para el cielo, un sol amarillento inmenso y esas letras que se quedaron grabadas para siempre en mi memoria, "Déjame ser el dueño de tu corazón y tú se la mía". Hizo que lo único que quisiera hacer fuera besarlo hasta el cansancio.

La verdad nunca había pensado que él llegará a pedirme eso y de esa manera, tan especial y tan única.

Considero que hoy en día ya nadie toma en cuenta el romance como algo magnífico ni algo único como debería de ser, ya nadie regala flores por que quiere, ni hace algo especial por otra persona porque la ama.

Sino todo lo contrario, dan rosas cuando pedirán algo a alguien, regalan cosas cuando es un día especial y hacen una cena porque la otra persona lo pidió.

¿Por qué no hacemos algo?

¿Por qué se nos hace tan difícil expresar nuestros sentimientos?

¿Por miedo a salir lastimados?

Eso siempre pasara, es la ley de la vida. No todo es color de rosa, no todo nos saldrá bien y habrá personas malas que querrán hacernos cosas horribles por ser simplemente nosotros.

Y sí, dolerá a montones, pero no podemos evitarlo porque así es la vida, tiene sus cosas buenas pero también las malas, tiene personas maravillosas pero también a personas que sólo buscan herir a otras.

No podemos ir por el mundo encerrándonos en nuestra propia oscuridad por miedo a no querer salir a La Luz y ver lo que tanto tememos.

Si quieres un cambio tienes que hacerlo tú, nadie vendrá a hacerlo por ti.

- Fue el mejor día de mi vida.- digo mientras regresamos a casa en su auto.

- El mío igual.- sonríe.

- Ya eres mi novio.- lo miro con cariño.

- Y tú eres mi novia.- me mira por unos segundos.

Llegamos a casa rápido, el sol se esta ocultando, dejando paso a las estrellas y la luna.

Nos bajamos del carro juntos tomados de las manos.

- Gracias.- digo una vez que llegamos a la puerta.

- Gracias a ti por no dejarme tirado afuera de la escuela con el tobillo roto.- nos reímos.

- Si no hubiera hecho eso no estaríamos aquí.- me toma de la cintura y me pega a su cuerpo cálido.

- Me alegra que que nos hayamos conocido así.- roza su nariz con la mía.

- ¿Crees que si no hubiera pasado eso, nunca nos habríamos conocido?- lo miro a los ojos.

Se queda callado un momento, supongo que pensando en la respuesta.

- Considero que hay personas que están destinadas a estar juntas. Y creo que el destino nos dijo que éramos el uno para el otro, y si no nos hubiéramos conocido así, tal vez en un futuro sí.- sonrío por sus palabras.

- Me encanta como hablas.

- Es hora de que entres, tu madre debe de estar esperándote.- sonríe de lado.

- Sí, nos vemos luego Luca.- me separo de él.

- Nos vemos luego, tomatito.- se ríe.

- ¿Cuándo superaras ese nombre tan ridículo?

- Jamás.- comienza a alejarse.

- Bien, abejita.

- ¡Sólo use una vez esa playera!- grita cerca de su auto.

Eclipse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora