Luca
Los días con ella eran lo mejor, sus risas eran mi sonido que ahora estaban siempre en mis sueños, sus gestos estaban grabados en mis recuerdos y esos ojos se habían convertido en mis favoritos.
¿Así se siente el amor?
He estado con varias chicas antes de que me alejara de todos, pero ninguna de ellas me cautivaron como lo hizo Merida.
Ninguna se impregno en mí, ninguna hizo que la deseara todos los días, a cada hora ni a cada segundo como lo hacia con ella, tampoco nadie fue capaz de comprenderme como lo logró hacer la pelirroja.
Esto era diferente, era algo extraño a lo que no estaba acostumbrado.
Con Merida era todo distinto, era hacer locuras todos los días, tener aventuras cada tarde, hablar de lo que más nos gustaba sin cansarnos y sin aburrirnos, era divertirme a cada minuto con ella, amarla cada vez que me miraba, cada vez que la tenía cerca, cuando sonreía, cuando hacia un gesto o incluso cuando teníamos el más mínimo roce.
Estoy seguro, que lo que siento por aquella mujer no es solo un amor pasajero, sino algo que creo que durará para siempre.
- ¿Cómo están tus hijos Dina?- pregunto mientras caminamos por los pasillos del supermercado.
- Bien, los dos están en casa.- contesta mientras toma una caja de cereal.
- Me alegro, hace mucho que nos los veo.- meneo el carrito de un lado a otro.
- Sí, los dos extrañan jugar contigo.- sonríe.- Vamos, aún nos faltan algunas cosas.
- Yo los extraño a ellos.- digo mientras avanzamos.
- Tal vez después los veas.
- Eso espero.
- Nos faltan los fideos y ya podremos irnos.
- Genial, iré por ellos.
- Bien.
Después de encontrarlos y de pagar por fin nos vamos al estacionamiento para ir a casa.
Esta tarde dije que quería aprender a cocinar y Dina se ofreció a enseñarme, así que dije que sí.
Es por eso que la acompañe hasta el supermercado por las cosas que necesitábamos para la comida.- ¿Por qué no te llevas el auto a la escuela?- dice mientras caminamos hacia el carro.
- Me gusta caminar.
- Pero sólo esta de adorno en la casa.- una vez que llegamos le ayudo a meter las cosas.
- Lo sé, pero así estoy bien.
- Bueno.- nos adentramos en él.
- ¿Qué música quieres escuchar?
- La que sea está bien.- sonríe.
Pongo la primera que me sale y después arranco para irnos a casa, en carretera me percato de que el sol esta más intenso que otras veces y que el cielo se encuentra despejado.
Cuando por fin llegamos al lugar, nos bajamos, ella se adelanta a abrir la puerta y yo tomo las bolsas para adentrarme al hogar.
- Dina, ¿crees que...?- me quedo mudo cuando veo a mi madre y a mi hermano en el comedor sentados.
- Luca.- dice el hombre de traje, alto, con barba, ojos verdes y cabello bien peinado.
- Theo.
- ¿Cómo has estado?- se pone de pie.
- ¿Cuándo llegaste?- desvio su pregunta.
- Hace unas horas.- sonríe como si fuéramos amigos de toda la vida.- Mírate, estás más alto.
Mi cuerpo esta rígido, mi respiración es rápida y lo único que quiero hacer es salir corriendo y encerrarme en mi habitación mientras escucho música.
- Sí.
Me alejo hasta que llego a la cocina.
- Theo vino a quedarse unos días aquí, en su trabajo le dieron vacaciones.- comenta mi madre animadamente.
- Que bien.- saco las cosas de las bolsas.
- ¿No quieres saber cómo ha estado?- siento su mirada de desaprobación en mí.
- ¿Para qué? Ya sé la respuesta, siempre está bien, siempre tiene todo y es el mejor en lo que hace.- aprieto los puños.
- Luca, eres un egoísta y no soportas que tu hermano sea mejor que tú, deberías de estar feliz por él.- sus cejas se hunden mientras grita.
- Mamá.- trata de hablar Theo pero lo interrumpe.
- Deberías de ser más como tu hermano, deberías de dejar de ser un niño asustado que se la vive en su cuarto alejado de la sociedad, aprende de Theo, él es el mejor en todo lo que hace y tú, en cambio eres un adolescente que no se preocupa por nada más que por la música.- grita mientras se pone de pie.- Eres igual a tu padre.
- ¿Cuándo será el día en el que dejes de compararme con mi padre?- grito.- No soy como él y deja de intentar que me parezca a mi hermano, tampoco soy él y jamás lo seré.
- ¡Eres un insensato!
- ¡Tal vez deberías de comenzar a comprenderme mejor!- huyo hacia mi habitación.
Una vez que llego azoto la puerta, tomo mis audífonos y me aviento en mi cama con ellos puestos mientras suena love song.
Siento la rabia crecer en mí, la impotencia y el dolor que había desaparecido desde que conocí a Merida llega de golpe y esta vez con más intensidad.
Había olvidado por completo que mi hermano iba a venir este fin de semana porque la verdad mis miedos e inseguridad habían sido eclipsadas por una chica de ojos encantadores que hizo que olvidara todo lo malo y fuera remplazado por lo bueno que me daba cada día.
Y fue tan malditamente doloroso sentirme así de nuevo que llore y saque todo lo que había estado guardado, toda mi oscuridad y mis demonios.
Llore hasta que ya no me quedaron más lágrimas que derramar.
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Eclipse
Teen FictionMerida, una chica hecha un desastre total, hecha un remolino y llena de energía. Luca, un chico cuyo pasado es doloroso y su vida no es de color de rosa como la de ella. Son dos personas completamente distintas, con personalidades muy diferentes y...