Capítulo 18

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Merida

Después de un rato de viaje, por fin llegamos a la fiesta, en ella se pueden ver personas afuera de la casa, algunas besándose y otras vomitando.

- Llegamos.- dice mientras estaciona el auto.

Juntos nos bajamos y nos adentramos al lugar, este esta infestado de personas bailando y bebiendo.

- ¡Merida!- grita Elissa mientras se acerca a nosotros.

- ¡Hey!- grito por el ruido.

- Hola Luca.- dice mientras sonríe.

- Hola.

- Mira, allá están Ethan y Dante, vamos a que lo presentes.- nos arrastra hasta que llegamos a la sala del lugar.

- Hola chicos.- sonrío animadamente mientras el chico y yo tomamos asiento.

- ¡Mi valiente!

- Ay no, ya va a empezar.- dice Ethan mientras toma un sorbo de su vaso.

- ¿Quién es él?- señala a mi acompañante.

- Su nombre es Luca.

- Hola.- contesta él.

- Hola, ¿no eres el chico que Merida le rompió el tobillo?

- Sí, soy yo.- sonríe un poco.

- Ya supéralo, ya paso mucho tiempo.- hablo.- Mejor sírvenos un poco de cerveza.

- Yo estoy bien, tengo que llevarte a casa.- sonríe mientras me mira.

- ¿La llevaras a casa?- pregunta el chico con el ceño fruncido.

- Sí.

- Ah, de acuerdo, entonces más para mi querida valiente.- se pone de pie y se aleja.

- Déjalo, así es él, desde que íbamos en kínder siempre estuvo obsesionado con ella.- habla el castaño.

- Le gustas entonces.- me mira con una ceja levantada.

- Sí, pero a mí no me gusta él.

- ¡Aquí están! Toma guapa.- me la entrega.

- Gracias.

Platicamos, bebimos y nos reímos de todo por un rato, hasta Luca lo hizo; fue agradable verlo reír con mis amigos, verlo divertirse a pesar de que no era muy sociable.

- Necesitamos más bebidas.- grita Elissa.

- Voy por ellas.- hablo.

- Te acompaño.- dice Dante poniéndose de pie.

Juntos caminamos hacia la cocina para llenar de nuevo los vasos de nuestros amigos.

- El tal Luca es un buen chico.- dice mientras vierto un poco de alcohol en un vaso.

- Sí.- sonrío.

- ¿Te gusta cierto?- lo miro.

- Dante.- me interrumpe.

- ¿Sabes? Siempre me gustaste, desde que éramos pequeños me llamaste la atención por tu forma de actuar, fue por eso que te pedí que fueras mi novia a los once, y como era de esperarse me dijiste que no.- sonríe con nostalgia.- Y desde ese momento supe que jamás me darías una oportunidad para ser tu novio.

- Lo siento.

- Está bien.- suspira.- Fue por eso que me rendí, pero me gustaba hacerte enojar y por eso seguí con esto. Y de verdad me alegro que hayas encontrado a alguien que te ame y que tú también lo hagas.

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