Capítulo 3

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Merida 

- Wow, la fiesta se ve animada.- dice Ethan una vez que nos estacionamos frente a la casa.

- Sí, ¿de quién será la casa?- pregunta Elissa.- Se ve enorme.

- No tengo ni idea, pero vamos a divertirnos.- hablo.

- ¡Vamos!

Bajamos del auto y los tres nos encaminamos hacia el lugar.

Creo que debo de decir cómo surgió nuestra amistad, bueno, vayamos a la secundaria en donde Ethan era juzgado por ser gay y era molestado por todos esos tarados de mente cerrada.

Lo defendí varias veces hasta que nos hicimos amigos. Después llegó Elissa, ella era tímida e inocente, no socializaba bien así que igualmente la hice mi amiga y después de un tiempo comenzó a ganar confianza en sí misma.

Sí, tengo una habilidad de socializar demasiado rápido y muy fluido.

Nos juntamos y surgió una amistad que no ha desaparecido desde secundaria.

- ¡Merida, Ethan y Elissa!- grita Karen, la chica de cabello rubio, ojos negros y sonrisa encantadora.- Que bueno que vinieron. 

- Ni locos nos perderíamos esto.- dice él con una enorme sonrisa.- Oye guapo, dame tres vasos de cerveza por favor.

Le dice a un chico asiático mientras le guiña el ojo.

- Espero que se diviertan, están en su casa.- dice la rubia mientras se aleja.

- Así que es de ella.- concluimos.

- Tiene sentido.- habla el castaño mientras recibe los vasos, a cada una nos entrega uno y juntos comenzamos a tomar.

Después de un rato, nos encontramos bailando al rito de la música que resuena fuertemente en el lugar, bebiendo y divirtiéndonos en el centro de la habitación moviéndonos y riéndonos como unos locos porque Elissa casi se ahogaba.

- Ahora vuelvo.- dice el chico alejándose.

- ¿Ya viste al tipo de allá?- me grita ella.

- ¿Qué tipo?- hablo en el mismo tono.

- El de cabello negro.

- ¿Qué tiene, te gustó?- la miro.

- Sí.

- Pues ve.- la animo.

- Espera, debo de verme descente.

- Bueno, vamos al baño.

Caminamos entre la gente y juntas nos metemos a un baño para que se arregle mi amiga.

- No te ves tan mal.- trato de no reírme.

- ¿Es una broma cierto? Mira, se me corrió el rimen, parezco mapache.

- Bien, arréglate, ahora vuelvo, no debemos de perder de vista a tu víctima. 

Salgo del cuarto y me concentro en buscar al chico pelinegro con la mirada, una vez que lo encuentro me percato de que no esta solo, sino que a su lado hay un tipo alto, tatuado, cabello del mismo color que el chico, labios gruesos y cara de odiar la vida.

¿Será este mi ser amado?

Mis ojos viajan a una chica que se esta aproximando al joven que le gustó mi amiga.

Debo de actuar rápido, así que voy con pasos apresurados hacia donde está.

- ¡Ay hola!- grito.

- Ah, ¿hola?- frunce el ceño.

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