Capítulo 36

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Luca

Las cosas nunca nos salen como las planeamos, ¿verdad?

- Es perfecto.- dice mi madre mientras sonríe.- ¿De dónde conseguiste que te hicieran eso?

- Tengo un amigo que hace discos de vinilo.- sonrío.

- Le encantara.- me mira con orgullo.- Me gusta verte feliz.

- Gracias.

- ¿A qué hora te vas?

- Después de comer.

- Bien.

Los dos abandonamos mi habitación y juntos bajamos las escaleras.

- Mi niño.- dice Dina con una sonrisa al llegar a la cocina.- Ya esta la comida.

- ¿Qué preparaste?- pregunto mientras tomo asiento al lado de Theo.

- Tortitas.

- Mis favoritas.- dice él mientras me da un pequeño golpe.

- Sí, déjame al menos dos ¿quieres?- me rio.

- No, todas son mías.- sonríe con ganas.

- Nos vemos después hijos, voy a trabajar.- informa mi madre.

- Vale, con cuidado.

- Sí, me dices cuál fue la reacción de Merida al recibir el regalo.- dice con picardía.

- Sí mamá.

- Uy, ¿regalo?- pregunta Dina llegando a la mesa con dos platos.

- Sí, es porque cumplimos tres meses juntos.- sonrío animadamente mientras comienzo a comer.

- ¿Y qué es?- pregunta mi hermano.

- Eso no se dice. 

- ¡Vamos! Quiero saber qué es.

- ¡Bien! Es un disco de vinilo con canciones que me recuerdan a ella, conseguí que alguien me grabara todo lo que quería.

- ¡Miren nada más! Mi hermanito esta más que enamorado.- me hace burla.

- Basta.- suelto una carcajada.

- ¿Y sólo es eso?

- No, también una carta. No te diré qué dice.- me apresuro a decir antes de que él pregunté.

- Bien bien.- alza sus brazos en señal de rendición.

- Le encantara mi niño.- habla Dina desde la cocina.

- Eso espero.

- ¿Y cuándo se lo darás?- pregunta él.

- Primero iré por ella para que venga aquí, decidimos que nos regalaríamos las cosas en mi casa y después de eso veríamos películas y comeríamos hasta engordar.- se ríen.

- Bueno, sólo no hagan cosas malas eh.- me señala.

- ¡Ya basta!- trato de no reírme.

Después comer subo por mi chaqueta, cuando la tengo en mis manos, bajo las escaleras, tomo las llaves del auto y salgo para ir por mi chica.

Una vez adentro, lo enciendo y me apresuro a llegar a tiempo.

Tres meses a su lado, increíblemente perfecto, ¿no?

Mientras conduzco, me llega un mensaje de la chica, decido esperar hasta un semáforo para contestarle.
Cuando hay uno en rojo, tomo el celular y sonrío al ver su nombre en la pantalla.

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