Capítulo 7

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Merida 

Llego a casa y la sonrisa no ha desaparecido desde que salí de la de Luca.

Veo en la puerta está mi mochila como prometio Elissa que me la daría.

La tomo y me adentro en ella, una vez que estoy en casa me permito relajarme.

Me dirijo al sofá y me percato de que mamá está en la cocina.

- Oh, hola cariño, ¿cómo te fue en la escuela?- su cabello rojo esta amarrado en un moño alto.

- Bien.

- ¿Algo interesante?- me voltea a ver con una sonrisa de lado.

- Nada.- suspiro.- Lo de siempre, Dante me molesta, Elissa sigue siendo ella y Ethan se besa a media escuela.

- Ah, entonces todo sigue igual.- se ríe.

- Así es...

Pienso en él, en el chico de cabello azul, ojos cafés y sonrisa perfecta, el chico callado, tímido y tierno.

¿Él pensará en mí como lo hago yo?

- La comida esta lista solecito.

- Voy.

Me pongo de pie y pongo la mesa para que pronto las dos comencemos a comer.

Una vez que esta todo listo, nos sentamos y empezamos a degustar las pechugas de pollo que preparó.

- Al fin algo te queda rico.- me rio.

- Estuve tomando clases.- sonríe con orgullo.

De pronto recuerdo los audífonos rotos de Luca y me siento culpable.

- Mamá.- trago mi bocado.- ¿Crees que me puedas dar dinero?

- ¿Para qué?- frunce el ceño mientras come.

- Necesito comprar ropa.

- ¿Más?- abre los ojos.

- Sí...

- Merida.- me regaña.- Te conozco mejor de lo que crees, y sé que jamás fuiste buena mintiendo.

- Agh, bien.- pongo los ojos en blanco.- A la hora de la salida estaba haciendo unos trucos con la patineta porque Dante me lo pidió, aventaron un balón, me caí y la patineta se fue andando hasta que llegó a un chico de nombre Luca, se cayó y le rompí sus audífonos y también su tobillo...

- ¡Merida!- grita mientras trata de no reírse.

- ¡No fue mi culpa! Fue del tarado del amigo de Dante que lanzo ese balón y me dio a mí.

- ¿Y quieres darle unos nuevos?

- Sí, me siento mal.- hago una mueca.

- Bien, pero que no sean tan caros.- me señala con el tenedor y yo me rio de ella.

Siempre he tenido una buena relación con mi madre, ella siempre me ha entendido en todo, ella fue la que me dio consejos de cómo besar, fue extraño porque fue por una manzana y me explicó, después me hablo sobre el sexo y cómo debía de cuidarme, y también sobre la vida.

Recuerdo muy bien algo que me dijo una vez que sufrí el dolor del primer amor.

"Hay millones de personas en este mundo que buscaran herirte y hacerte sentir menos diciéndote cosas sin sentido y llenándote los oídos de mentiras, habrá gente que sólo te querrá para un rato, para una noche o para su beneficio, algunas no te tomaran en cuenta si no hablas, si no haces algo al respecto para que vean que eres increíble y que tienes voz y que no necesitas a nadie para que te escuchen. Y finalmente estarán las personas que tienen un corazón noble y jamás intentaran dañarte porque te aman, esas son las que realmente valen la pena luchar y amar con toda tu alma. Ten cuidado mi niña, allá afuera hay lobos que sólo buscan cazar a corderos inocentes, no seas un corderito indefenso, pero tampoco seas un lobo sin piedad; se un poco de ambos, ten la habilidad de amar, de perdonar y la intención de jamás hacer daño. Pero también ten en cuenta de que nadie debe de lastimarte a ti, se atenta y astuta, que la vida no es color de rosa".

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