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* Este no es el final de la historia.

Había transcurrido un mes desde su reencuentro con Hwang, y ambos habían utilizado parte de ese tiempo para restablecer la comunicación entre sí. Claro que las ocasionales llamadas grupales por Discord también habían contribuido, y es que nadie era capaz de negarle a Felix el jugar online. Sin embargo, también habían tenido conversaciones únicamente entre ellos dos, y en una de ellas Hyunjin le había comentado que ahora trabajaba como fotógrafo en una prestigiosa revista de modas, por lo que había realizado una infinita cantidad de viajes y, como era de esperarse, Chungha siempre había ido con él. No está de más mencionar que también tenía comunicación con ella, y cuando hacían FaceTime entre ellos (nuevamente, a petición de Felix), la pequeña siempre aprovechaba para tomar momentáneamente el celular de su padre y saludarlo, pues tenía una tierna fascinación por la forma en la que los ojos Yang se cerraban al sonreír, y le encantaba compararlo con un peluche de zorro al que le presentó como "Mr. Foxy". Era una niña adorable.

Y ahora, mientras pasaba descuidadamente sus manos por encima de su arrugado abrigo, y colocaba una bufanda roja alrededor de su cuello, sólo podía pensar en lo emocionado que se sentía por volver salir en grupo con sus amigos, Hyunjin, y Chungha. Minho le había dicho que, si quería, podía invitar a Chan, pero él australiano declinó la oferta al tener un compromiso con su pareja.

- Te dolerán las mejillas si sigues sonriendo así. -Christopher advirtió con un atisbo de diversión en su voz, sacándolo repentinamente de sus pensamientos.

- Estoy muy emocionado, Hyung. -Respondió sin dejar de sonreír, mirándose en el espejo una última vez, antes de agarrar su bolso y colocar la correa del mismo sobre uno de sus hombros, caminando hacia la puerta principal de la casa.

- Innie... -Christopher llamó, sonriendo levemente cuando el menor se giró hacia él, mirándolo con un brillo cegador en sus preciosos orbes oscuros.- No regreses muy tarde, ¿De acuerdo?

Jeongin sonrió, mostrando sus hoyuelos y asintiendo frenéticamente, como si fuese un niño al que su padre le autorizó salir a jugar.

Después de ese momento, ambos se quedaron en silencio mientras se miraban fijamente el uno al otro, hasta que el menor de ambos acortó la distancia al correr hacia Christopher y lanzarse a sus brazos, abrazándolo con fuerza.

- En serio estoy muy feliz, Hyung... -Susurró contra el cuello ajeno, sonriendo levemente.

- Lo sé, Innie... -Susurró, acariciando el cabello del chico que temblaba contra sí, conteniendo las ganas de llorar que su voz delataba.- Todo está bien ahora, ¿Si? Además, si yo fuera tú, no lloraría demasiado. Te ves feo cuando lloras. -Murmuró mientras arrugaba la nariz, evitando sonreír cuando escuchó la fuerte carcajada del menor. Por alguna razón, Jeongin disfrutaba el ser llamado "feo" o algo similar.

Al cabo de unos segundos, se separaron el uno del otro y compartieron una última sonrisa antes de caminar en direcciones opuestas.

Estaban bien.

...

- ¡Jeongin oppa! -Una aguda voz llamó la atención del recién llegado, quien apenas terminaba de colgar su abrigo y bufanda en el perchero detrás de la puerta principal. Sin pensarlo dos veces, dio media vuelta y se agachó mientras abría los brazos, atrapando a la pequeña que había saltado a sus brazos.

Hyunjin caminó en silencio hacia ellos, sonriendo al escuchar las carcajadas de su hija mientras era abrazada por Jeongin, y observando en silencio la forma en la que él la sostenía con toda la delicadeza del mundo; teniendo un deja vu por algo que creyó que jamás volvería a presenciar.

ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora