ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•

9

Las semanas habían transcurrido con normalidad a partir de aquella noche de viernes. Hyunjin había decidido que el hecho de haber escuchado la voz de uno de sus mayores había sido únicamente una mala jugada de su cerebro y decidió que no tocaría el tema con sus amigos y mucho menos con el propio Jeongin; atribuyendo su  confusión a las noches en vela que pasaba llorando en la oscuridad de su habitación.

La Semana Santa había dado inicio hace tan solo un par de días atrás, y con ella, las vacaciones de Jeongin; quien se encontraba en su habitación, alistando una maleta con cosas esenciales para sus vacaciones en la playa mientras esperaba pacientemente un mensaje por parte de su novio.

Hwang, mientras tanto, estaba sentado en la alfombra de su sala de estar con su hija en brazos, mirando el último capítulo de un drama que su madre le había recomendado mientras intentaba no llorar. ¿Qué pasaría con la promesa Eun Dan Oh y Haru? ¿Cómo acabaría toda esa -según él-, desgarradora situación? Esas dos preguntas carcomían su mente mientras su hija jugaba insistentemente con la cadena de plata que rodeaba su cuello; enredando sus pequeños dedos en la misma pero sin tocar la cruz que colgaba de esta.

El capítulo siguió su rumbo tranquilamente hasta que Hwang se vio interrumpido por la molesta vibración de su celular, acompañada por la melodía de la canción principal del último álbum de su grupo favorito. Tomó el control de la televisión en manos y pausó lo que en ella se reproducía, secando sus mejillas con el dorso de su mano libre -pues con la otra sostenía a Chungha-, antes de tomar el teléfono, contestar la llamada y presionar el aparato contra su oreja.

— ¿Hola? —Habló con la voz rota, obligándose a sí mismo a carraspear un poco para intentar normalizarla.

— ¿Estás llorando por ese tonto drama otra vez? —La burlesca voz de Minho se hizo escuchar, haciendo que el pelinegro rodara los ojos.

— Este dorama es lo mejor que me pasó en la vida. —Respondió con seguridad, escuchando la risa de su amigo y mayor al otro lado de la línea.— ¿A qué debo el honor de recibir una llamada tuya, Minho Hyung?

— Ah, sí... —Murmuró, como si en un principio hubiese olvidado el propósito con el que había contactado a Hwang.— Como sabrás, Chan hoy viajó Australia para visitar a su familia. —Se escucharon un par de cosas caerse, y un “Jisung...”, seguido por la risa nerviosa del mencionado; haciendo reír a Hwang.— ...como sea. A lo que quiero llegar es a que no quiero estar solo en estos días, y estaba pensando en que podríamos ir a quedarnos contigo hasta que Jeongin regrese de las vacaciones con su novio.

— ¿“Podríamos”? —Levantó una ceja, observando la concentración que implementaba su hija en el objeto que decoraba su cuello.

— Jisung también irá; no quiso viajar esta vez. —Respondió sin más.

— Yo...supongo que está bien, Hyung. Los esperaré aquí.

— Nos vemos en un rato, entonces. —Fue lo último que dijo antes de colgar.

Hyunjin levantó la mirada de su celular y observó que Jeongin ahora también se encontraba en la sala de estar, sentado en el sillón individual con la maleta a un lado de su piernas mientras tecleaba algo en su teléfono.

— ¿Christopher ya viene por ti? —Preguntó con una pequeña sonrisa, haciendo que el menor levantara la mirada de su celular y la posara en él.

— Sí, Hyung... —Respondió con una pequeña sonrisa, viendo al contrario asentir antes de suspirar y continuar reproduciendo el drama.

Después de aquello ninguno volvió hablar, estando Hyunjin demasiado ensimismado en intentar no llorar por lo que sucedía en el capítulo, y Jeongin hablando con su novio; quien terminó por decirle poco después que saliera de la casa, pues él lo estaba esperando ya. Yang se levantó con una enorme sonrisa y tomó la oreja de su maleta, guardando su celular en el bolsillo de su pantalón

— Nos vemos en unos días, Hyung. —Sonrió el menor, observando como el mayor se secaba las mejillas con la manga de su sudadero.

— ¿N-No vas a despedirte de Chungha? —Preguntó con un puchero, viendo como el menor soltaba una pequeña carcajada antes de soltar su maleta y caminar hacia ellos, poniéndose en cuclillas para depositar un suave beso en la frente de la bebé.

— Te extrañaré bastante, pequeña traviesa. —Sonrió, haciendo un impulso para levantarse pero perdiendo el equilibrio en el intento.

Hyunjin cerró los ojos fuertemente al ver la rapidez con la que el menor caía, acercándose cada vez más a él; pero, al cabo de unos segundos de no sentir el impacto del cuerpo contrario sobre el suyo y tampoco escuchar más que la risa de su hija, abrió los ojos levemente, encontrándose con el rostro de Jeongin a escasos centímetros del suyo mientras el menor tenía sus brazos a cada lado de su anatomía, manteniendo sus manos aferradas a la orilla del sofá a manera de no caer sobre él.

Sus miradas se encontraron mientras sus respiraciones comenzaban a mezclarse, perdiéndose ambos en la calidez del aliento contrario hasta que una bocina siendo tocada en el exterior de la casa los obligó a reaccionar; haciendo que se separaran rápidamente con un fuerte sonrojo decorando sus rostros y sus manos inquietas no encontrando su lugar en medio de aquél incómodo silencio.

— Y-Yo...será mejor que me vaya, Hyung. —Yang sonrió, tomando el mango de su maleta antes de hacer una rápida reverencia y salir corriendo del lugar; dejando al mayor con las palabras en la punta de la lengua.

Hwang se quedó en silencio hasta que escuchó la puerta siendo cerrada finalmente, permitiéndose soltar un fuerte suspiro, levantándose de su asiento y empezando a caminar hacia la mecedora eléctrica de Chungha, recostando a la recién nacida en la acolchada superficie para luego poner la modalidad más suave; alejándose de ahí mientras caminaba en círculos a lo largo de su salón, intentando calmar su agitado corazón mientras su mente se convertía en un lío de pensamientos.

¿Qué carajo había pasado?