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Perdón por haber tardado tanto en actualizar. Estos meses fueron un sube y baja de emociones y, encima, comencé hacer au's en Twitter y me acostumbré a ese formato.

...

Habían transcurrido un par de meses desde aquél soleado día de invierno en el que Jeongin había escuchado aquello que nunca pidió pero, en el fondo, siempre necesitó por parte de Hwang.

Febrero había empezado bien. ChungHa recién había comenzado un nuevo ciclo escolar y se le veía emocionada por hacer nuevos amiguitos y que, cada tarde al salir de clases, su papi y Jeongin llegaran a recogerla para luego ir a casa y almorzar juntos los tres, antes que su padre tuviera que regresar al trabajo.

La relación entre los dos mayores únicamente iba de bien a mejor. Jeongin recientemente se había mudado a la casa de los Hwang, siendo bien recibido por la pequeña niña que lo adoraba de una manera inimaginable, al igual que él a ella. Cuando Hyunjin no estaba, él iba a recogerla a la escuela y de vez en cuando la llevaba a comer fuera, preguntándole sobre su día y cómo se sentía, antes que la pequeña lo abandonara para ir a jugar; y cuando comían en casa, él siempre se encargaba de cocinar los platillos favoritos de la niña, siempre hablando sobre el día a día de la pequeña que, sin poder evitarlo, había comenzado a considerarlo un segundo papá.

Antes de la mudanza de Yang; Hyunjin se había encargado de charlar con la pequeña y explicarle que Jeongin era su pareja. La niña había derramado un par de lágrimas por lo que su papi San pudiese sentir al verlo con alguien más. Sin embargo, se le fue explicado que él estaría feliz por ambos, pues sabía cuánto ella le quería y que, a pesar de todo, nunca dejaría de hacerlo, al igual que él a ellos. Las lágrimas de tristeza habían sido reemplazadas por lágrimas de felicidad al pensar en que aquél hombre al que tanto adoraba, ahora estaría siempre con ellos, por lo que tendría un invitado más en sus fiestas de té.

Y ahora, en la fría tarde de un sábado, los dos mayores se encontraban acurrucados en el sofá mientras veían la televisión. La pequeña niña pasaría el día con su tío Felix, por lo que estaban aprovechando su tiempo a solas para ver la película de Given, que ya había puesto de mal humor al pobre Jeongin.

– Akihiko no merece a Haruki y aún así terminaron juntos... –Murmuró mientras rodaba los ojos, escondiendo su rostro en el cuello del mayor, quién se limitó a soltar una suave risa antes de colocar su mano derecha sobre la cabeza contraria y comenzar acariciarle el cabello.

– No te enojes, mi amor. No podremos empezar Shingeki no kyojin si estás de mal humor. –Sonrió al escuchar sus lloriqueos y ver cómo daba pequeñas patadas al aire antes de salir de su escondite, dejándole ver su ceño fruncido y sus labios abultados en un puchero que no tardó en besar.

– No hay una sola pareja sana en ese anime. Lo que deberían hacer es buscar terapia, no andar escribiendo canciones o regresar a tocar instrumentos que dejaron porque otra persona les dijo. –Murmuró, cruzando sus brazos por encima de su pecho mientras, nuevamente, rodaba los ojos.

Hyunjin negó, olvidándose del anime que se habían propuesto iniciar y dejando a un lado el control de la televisión, antes de acunar entre sus manos las mejillas contrarias y apacharlas ligeramente, abultando los labios contrarios y comenzando a proporcionar suaves besos en ellos.

Jeongin se fue relajando poco a poco, cerrando los ojos y dedicándose a corresponder hasta el más mínimo roce de labios que se le fuese dado. Separó suavemente sus brazos y colocó sus manos sobre las del mayor (Que aún acunaban sus mejillas), entrelazando sus dedos con los contrarios y lentamente apartándolas de su rostro, abriendo los ojos y dándose cuenta que Hwang ya estaba mirándolo. Sonrió, abrazando el cuello del mayor y comenzando a dejar suaves besitos en un mismo lugar de su mejilla izquierda, hasta que el pelinegro giró ligeramente el rostro y sus labios se volvieron a encontrar, comenzando una sesión de besos en la que ambos terminaron recostados sobre el sofá, entrelazando sus piernas y sosteniéndose entre sí, dedicándose a disfrutar el uno del otro en el completo silencio que había en aquél hogar.

El tiempo siguió su curso y el reloj marcó las veinte horas con treinta minutos, siendo ese momento en el que el timbre se hizo escuchar y Yang no tardó en correr abrir, agradeciéndole a Felix, depositando un suave beso sobre la frente del bebé que él sostenía en brazos, y cargando a ChungHa cuando la pequeña corrió hacia él.

Luego de un rato, ambos finalmente se habían despedido y ahora se encontraban en la habitación de la menor, pues ella le había pedido que le hiciera dos trenzas y, mientras tanto, le contaba de lo bien que la pasó con sus tíos.

– Y el tío Binnie me compró un helado antes de venirme a dejar. –Sonrió, jugando con su nueva muñeca.

– Me alegra que te hayas divertido, preciosa. –Sonrió, terminando con la segunda trenza y abrazándola por detrás, a lo que ella rió.

– ¿Dónde está papi Jinnie?

– Fue a comprar un par de cosas que hacían falta para cocinar la cena. –Explicó mientras se levantaba de la cama, tomando a la pequeña en brazos.– Preparará lasagna. –Añadió en un susurro, a lo que ella festejó.

Después de eso, ambos tuvieron una pequeña fiesta de té, en la que la pequeña niña se dedicó a "enseñarle etiqueta" y Jeongin simplemente a aprender.

Cuando aquello terminó, ChungHa se levantó de su asiento y dedicó unos segundos a observar a Jeongin, quien al percatarse de eso, frunció ligeramente el ceño y abrió los brazos, recibiéndola en ellos.

No pasó mucho tiempo antes de él sentir como su camisa se humedecía en la zona de su hombro izquierdo, cosa que lo alarmó.

– Mi amor, ¿Qué sucede? –Hizo el intento por separar aquél abrazo para evaluar el estado de la niña. Sin embargo, ella se aferró más a él mientras negaba insistentemente con la cabeza.– Cielo, habla conmigo, ¿Si? ¿Te sientes mal? ¿Hubo algo que no hice bien? Si quieres me lo enseñas una vez más y así lo puedo corregir.

– Hiciste todo bien. –Sollozó, separándose tan solo unos centímetros de él para mirarlo mientras tallaba uno de sus ojitos.

– Entonces, ¿Qué pasa? –Acunó el pequeño rostro entre sus manos e hizo uso de sus pulgares para apartar las lágrimas que mojaban sus pequeñas mejillas, dando todo de sí para mostrarse tranquilo y que así ella se relajara y decidiera hablar. Cosa que, al cabo de unos segundos, pasó.

– Yo...no quiero que te vayas nunca, nunca, nunca... –Negó, colocando sus pequeñas manitas sobre los dedos de Yang, aferrándose a uno de cada mano.

– Cariño...no iré a ningún lado... –Su corazón poco a poco comenzó a palpitar a un ritmo normal nuevamente, sintiéndose aliviado al saber qué era lo que tenía mal a su pequeña niña.– ¿Por qué estabas pensando en eso, mi vida? ¿Te dijeron algo en el cole? –Ella negó.

– Porque...porque eres mi papi. –Sollozó nuevamente, y Jeongin sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos al ser esa la primera vez que ella lo llamaba así, al menos ahora que tenía uso de razón.– Y quiero que siempre lo seas...

Sollozó, soltando con delicadeza el rostro de la pequeña y colocándose de rodillas, abrazándola con fuerza mientras ambos lloraban en el hombro del otro, y su llanto se vio interrumpido al escuchar como un tercero sorbía su nariz, por lo que miró hacia el marco de la puerta, encontrándose con Hyunjin ahí.

El mayor sonreía mientras sus labios temblaban ligeramente. Había regresado hace algunos minutos y, al encontrar su hogar en silencio, había decido ir a ver por cuenta propia qué traían entre manos los dos amores de su vida. Sin embargo, jamás se esperó ver una escena como esa.

Jeongin estiró uno de sus brazos en su dirección y él no tardó en tomarla, colocándose de rodillas a espaldas de la niña y uniéndose aquél abrazo en el que los tres lloraban por el amor incondicional que sentían por su pequeña familia.

El pasado había sido doloroso, sí. Pero el presente que tenían hacía que no sintieran la necesidad de mirar hacia atrás nunca más. Porque ahí, entre sus brazos, tenían todo lo que necesitaban y más.

ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora