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Les agradezco de todo corazón el apoyo que le dan a todos y cada uno de los capítulos del fanfic, significa muchísimo para mí. ♥

...

Los sollozos de Hyunjin alarmaron un poco más -de ser posible- a Jeongin, quien se mostraba desesperado por no saber cómo enmendar la situación.


- Hyung, lo lamento; no debí preguntar... -Hwang negó ante las palabras del contrario, sorbiendo su nariz mientras secaba sus mejillas con las muñecas de las mangas de su sudadero.

- En algún momento te lo hubiese comentado, de cualquier forma. -Respondió con voz temblorosa, dirigiendo su mirada hacia la ya dormida bebé.- ¿Sabes?...no sé realmente cómo recordar esa situación.

- ¿A qué se refiere? -Preguntó con obvia curiosidad, haciendo sonreír levemente al mayor.

- Ese fatídico día perdí al amor de mi vida, pero fue el nacimiento de mi primera bebé; son dos cosas que no deberían haberse juntado. - Se levantó del suelo, tomando a la bebé en brazos para luego caminar la mínima distancia que lo separaba de la cuna y recostarla suavemente en ella.- ¿Te parece si vamos a la sala de estar? -Jeongin asintió, saliendo de la habitación principal para luego bajar las escaleras mientras el mayor seguía sus pasos.

Ambos se sentaron en el sofá para tres personas, acomodándose ambos en cada extremo de aquél mueble para terminar por encender la televisión y colocar alguna película Marvel a la que no le prestaban real atención.

- ¿Lo ha podido sobrellevar? -Cuestionó Jeongin, cortando con el silencio entre ambos pero sin dirigirle la mirada a Hwang, manteniendo su vista fija en algún punto incierto del suelo de madera.

- No realmente. -Subió sus piernas al sillón, acomodándose en posición india mientras abrazaba un cojín.- Lloro cada que tengo la oportunidad; me siento completamente vacío sin él. -Se sinceró.

- ¿"Cada que tengo la oportunidad"? -Lo miró de reojo, dándose cuenta de que el mayor lo miraba fijamente con un pequeño surco en sus labios.

- En la madrugada; mientras me ducho; cepillándome los dientes... -Ejemplificó, mirando el techo mientras la desesperación por las ganas de llorar se hacía cada vez más grande.- Él estaba presente en la mayor parte de mi día a día. Hacer cualquier cosa me resulta doloroso porque recuerdo que no volverá, que no tendré con quien discutir por haber hecho alguna travesura con mi shampoo, o simplemente alguien que se acerque para abrazarme por la espalda mientras me tomo fotos frente al espejo... -Sus lágrimas empezaron a escapar de sus ojos, mas él simplemente suspiró y dejó que fluyeran; no quería, no podía aguantar más.

Jeongin colocó una de sus manos sobre la rodilla izquierda de Hwang y comenzó a acariciar levemente una pequeña parte de ésta con las yemas de su dedo pulgar. No le gustaba ver a las personas llorar.

- Todo pasa por una razón, Hyung...

- ¿Y qué razón puede haber detrás del fallecimiento de San, Jeongin? -Sollozó, deslizando sus manos a lo largo de su rostro y de esa manera disimulando las pequeñas cascadas que las lágrimas habían creado desde el rabillo de sus ojos hasta su barbilla, cayéndose de esa y terminando por mojar el pantalón de pijama que estaba utilizando.- ¿Qué puede significar el hecho de que perdí a mi prometido más allá de un dolor inexplicable en el pecho que la mayor parte del tiempo siquiera y me deja respirar? ¡¿Qué?! -Exclamó, deshaciéndose en medio del llanto.

Los brazos de Jeongin picaban ante el deseo de rodear en un abrazo la anatomía del mayor para brindarle apoyo de esa manera, ya que no se le ocurría otra mejor; pero no estaba realmente seguro de hacerlo. Hyunjin y él no tenían una relación más allá de jefe y empleado -la cual a penas y había comenzado-, ¿Qué tan bien estaría ceder a sus impulsos?

Al cabo de unos minutos finalmente separó su mano de la rodilla del pelinegro, ignorando el delgado muro que separaba el profesionalismo de la comprensión y se apresuró en rodear el tronco contrario con sus delgados brazos, posicionando la cabeza de Hwang sobre su hombro izquierdo y de esa manera permitiéndole llorar ahí.

- J-Jeongin... -Llamó en medio de un sollozo, con la vergüenza siendo obvia en su voz. No quería que el menor tuviera una imagen vulnerable de él.

- Está bien, Hyung...está bien... -Calmó, sintiendo la exagerada rapidez de los latidos del mayor contra su pecho.

Hyunjin mordió su labio inferior y dirigió su mirada hacia el techo, haciendo el intento de contener sus lágrimas a pesar del increíble dolor que se había acumulado en su pecho ante el recuerdo del pasado y la ansiedad del futuro, dejándose consumir en un último momento antes de corresponder al abrazo y desvanecerse en el abismo que sus sentimientos habían creado muy dentro de él.

Los recuerdos de San rondaban en su mente una y otra vez, saturando su cabeza de aquella hermosa voz que más de una vez le dirigió los que ahora eran los "Te amo" más dolorosos y los juramentos de amor eterno que ahora dolían como piedras impactando contra su corazón. Se sentía perdido sin el menor, como si le hubiesen arrancado un pedazo de su alma el día en que el susodicho falleció; dejándole una pequeña parte de su prometido a través de aquélla bebé que dormía pacíficamente en el segundo piso.

¿Por qué lo torturaban de esa forma? ¿Por qué debía aprender afrontar la vida solamente con el recuerdo de lo que San y él pudieron llegar a vivir?

Pasaron las horas y el llanto del mayor finalmente cesó. Era un desastre de ojos irritados e hinchados, hipidos y sollozos que salían como pequeños suspiros mientras su anatomía temblaba entre los brazos del menor, quien seguía acariciando delicadamente la parte superior de su espalda a pesar de que la tela que cubría uno de sus hombros estaba completamente empapada debido a las lágrimas de Hwang.

- Gracias... -Agradeció el mayor en un suave hilo de voz, aferrándose más al menor.

- Descuide, Hyung. -Sonrió.

ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora