ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•

36

Jeongin salió del apartamento soltando un corto suspiro, comenzando a caminar sin una dirección específica mientras sus audífonos le impedían escuchar cualquier cosa que no fuese la voz de Taylor Swift.

Había tenido un día difícil desde el momento en el que despertó. Por lo cual, tras haber tenido una pequeña discusión con Christopher, decidió que había llegado a su límite, y salió de su hogar sin ningún tipo de plan.

Las calles estaban extrañamente vacías a pesar de ser poco más de las dieciséis horas, pero aquello sólo hacía que su pequeño paseo fuese más fluido y sin mayor interrupción además de los semáforos en rojo y uno que otro padre de familia que regresaba de recoger a su hijo del jardín de niños/colegio/etcétera; y eso era algo de lo que no se iba a quejar.

Iba tan encimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta del hombre que caminaba directamente hacia él mientras tecleaba rápidamente sobre la pantalla de su celular; por lo cual, como era de esperarse, chocaron el uno contra el otro, dando cada uno un par de pasos hacia atrás y levantando la mirada para pedir perdón, pero quedando mudos al ambos reconocer perfectamente a la persona frente a sí.

“And I know it's long gone and that magic's not here no more
And I might be okay but I'm not fine at all”.

Eliminaré “All too well” de mi Playlist una vez esté en casa. Pensó, posando inconscientemente una de sus manos sobre su pecho al sentir el rápido palpitar de su corazón y la forma en la que el aire se había atorado repentinamente en sus pulmones, y utilizando la otra para despojarse de cada auricular.

Hwang Hyunjin estaba parado frente a él, utilizando zapatos de charol, pantalones de vestir de color negro, una camisa blanca, y una gabardina marrón que le aportaba aún más elegancia al outfit de la que este poseía de por sí, mientras su, aparentemente, largo cabello azabache estaba recogido en una media coleta, dejando que su flequillo enmarcara delicadamente los costados de su rostro.

— Jeongin... —Llamó con su aterciopelada voz, sacándolo rápidamente de su trance.

— Hyunjin Hyung... —Murmuró, cerrando su mano en un puño alrededor de la tela de su propia camisa, mientras intentaba ignorar la rapidez con la que su pecho subía y bajaba al apenas haber sido capaz de volver a respirar.

— ¿Papi? —Una dulce voz interrumpió su extraño duelo de miradas, captando la atención de ambos hombres y provocando que bajaran la mirada, posándola sobre la pequeña con coletas que iba de la mano con el mayor de ambos.

La pequeña pelinegra alzó la cabeza y observó momentáneamente a Jeongin, poco después esbozando una linda sonrisa a la vez que alzaba su mano libre y saludaba alegremente al extraño que había chocado con su padre; recibiendo una sonrisa nostálgica, casi triste por parte de Jeongin.

— Nosotros...íbamos a pasar a comer algo antes de ir a casa... —Habló Hwang nuevamente, observando la torpeza con la que Jeongin guardaba sus auriculares en uno de los bolsillos de su pantalón antes de mirarlo nuevamente.— ¿Te gustaría acompañarnos? El lugar queda a un par de cuadras... —La seguridad al hablar que tanto lo caracterizaba no estaba presente en ese momento y no creía que fuese a regresar, al menos mientras tuviese cerca a Yang, quien seguía mirándolo fijamente.

— Yo... —Su cerebro le gritaba que no aceptase aquélla invitación, que se disculpara como debió hacer desde un principio, se despidiera, se diera media vuelta y regresara por donde vino. Sin embargo, Jeongin nunca había sido de esas personas que obedecen a la razón y dejan su impulso a un lado, por lo que se encontró a sí mismo asintiendo antes de siquiera poder negarse.

Qué remedio. Pensó.

A partir de ese momento, ambos adultos comenzaron a caminar con la niña yendo en medio de ambos, marcando una considerable distancia entre el uno y el otro hasta que finalmente entraron al restaurante de comida rápida del que había hablado Hwang, observando cómo la pequeña soltaba rápidamente la mano de su padre antes de correr hacia el área infantil, procediendo a quitarse los zapatos antes de subir a los juegos.

“'Cause all I know is we said, "Hello"
And your eyes look like comin' home
All I know is a simple name
And everything has changed”.

Definitivamente voy a eliminar de mi Playlist cada canción de Taylor Swift. Pensó, sintiéndose irritado aunque ninguna culpa tenía la artista de que su música también estuviese siendo reproducida en aquél lugar.

Hwang compró lo que sería la merienda de su hija y ordenó un café para él, dejando que Jeongin decidiera por sí mismo lo que quería ingerir, hasta que la orden se les fue entregada y ambos caminaron hacia la primer mesa vacía que hubo en su campo de visión.

Hwang revolvía suavemente su café mientras Jeongin picaba su trozo de cheesecake con un tenedor plástico, agitando inconsciente y ansiosamente una de sus piernas al sentirse fuera de lugar al tener al mayor frente a él.

Si bien habían pasado ya tres años desde su último encuentro, lo cierto era que nada, ni siquiera el paso del tiempo y el distanciamiento con Hwang, lo habían preparado para el momento en el que ambos se volvieran a encontrar. ¿De qué hablarían? ¿Qué querrían decir? ¿Qué sucedería si todo acababa mal? No lo sabía, y le daba mucho miedo estar en esa situación sin haber tenido tiempo para mentalizarse de antemano o algo similar.

“Mr. "Perfect face"
Mr. "Here to stay"
Mr. "Looked me in the eye and told me you would never go away"
Everything was right
Mr. "I've been waiting for you all my life"
Mr. "Every single day until the end, I will be by your side"”.

Se encontró a sí mismo cerrando los ojos y respirando hondo luego de escuchar una canción perteneciente a la misma artista de antes, y se convenció a sí mismo de que algún trabajador había notado, de alguna forma, la situación en la que se encontraba y había decidido molestarlo aún más.

Sí. Para él, en esos momentos, aquello tenía sentido.

Abrió los ojos poco después y dirigió su mirada hacia el hombre frente a él, a quien descubrió observándolo sin ningún tipo de discreción. El pelinegro no apartó la mirada a pesar de haber sido descubierto, simplemente suspiró y apoyó sus codos sobre la mesa, recargando el peso de su cabeza sobre las palmas de sus manos, haciendo una ligera mueca que Jeongin no supo interpretar.

— ¿Qué sucede? —Preguntó finalmente, frunciendo ligeramente el ceño.

— Hay tantas cosas que quiero decirte, que no sé por dónde empezar. —Admitió, cuando tan solo unos años atrás hubiese respondido un poco convincente “Nada”, y cambiado de tema.

Hyunjin había cambiado.

Cuánto le gustaría decir que él también.

— Bueno...creo que tenemos mucho tiempo para hablar... —Murmuró, observando como la pequeña corría de un lado a otro sin detenerse siquiera para respirar. Nuevamente observó al mayor y lo vio suspirar antes de asentir.

— Creo que sí...

“And I wish I could run to you
And I hope you know that
Every time I don't, I almost do
I almost do”.