ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•

4

El día de prueba de Jeongin finalmente había llegado y él ya se encontraba frente a la puerta de aquella gran casa.

El reloj en su muñeca marcaba las siete horas mientras él buscaba la llave donde el mayor le había indicado por mensaje la noche anterior, por lo que estaba levantando una de las esquinas del tapete frente a la puerta de entrada para dar con el pequeño objeto y utilizarlo para adentrarse en el que sería su nuevo hogar. Jaló sus dos maletas y observó detenidamente toda la decoración en el largo pasillo que conectaba con dos habitaciones -cuyo uso claramente desconocía- y con unas escaleras que lo llevarían al segundo nivel.

Se adentró un poco más y fue a dar con lo que supuso que sería la sala de estar. Dejó sus maletas a un lado del sillón de tres personas y se permitió bostezar mientras estiraba sus brazos hacia arriba, queriendo tomar un pequeño momento para relajarse; pero cualquier pensamiento de ese estilo abandonó su mente cuando el lastimero llanto de la hija de Hwang se hizo escuchar.

Los segundos pasaban y no habían indicios de que el mayor estuviese haciendo algo por calmar a la bebé, ni siquiera se escuchaban pasos o murmullos en ka parte superior; por lo que subió por las escaleras y se adentró en la habitación del pelinegro en completo silencio, viéndolo dormir pacíficamente mientras la pequeña lloraba a todo pulmón.

Su Hyung tenía el sueño demasiado pesado.

Se acercó hasta la cuna y tomó a la niña en brazos, metiéndole suavemente a la boca un chupón que había preparado de antemano y salió de la habitación mientras Hyunjin dormía plácidamente.

Cuando el mayor abrió los ojos, se sentó en la cama y pasó sus manos por su cara, recorriendo su habitación con la mirada y se estiró tranquilamente, prosiguiendo a ponerse de pie para luego entrar al baño, usar el inodoro y hacer su rutina de skin care, teniendo el presentimiento de que estaba olvidando algo pero sin saber realmente qué.

Salió de su habitación y bajó al primer nivel, comenzando a seguir una melodía que lo guió hasta la cocina para terminar encontrando a su hija en su mecedora eléctrica mientras Jeongin miraba el microondas a la espera del biberón con agua dentro de él.

- Buenos días, In. -El menor se giró rápidamente y le sonrió a su mayor, haciendo una leve reverencia.

- Buenas tardes, Hyung. -Corrigió con semblante divertido.

Hyunjin frunció levemente el ceño y observó el reloj en la pared, viendo como las manecillas apuntaban hacia el gran número doce en él. Abrió sus ojos de sobremanera y clavó su mirada en la anatomía del menor, quien sacaba el recipiente plástico del microondas para agregar un par de cucharadas de fórmula, antes cerrar el recipiente y sacudirlo para mezclar la fórmula en él.

- L-Lamento haberme despertado tan tarde. -Yang hizo un gesto con la mano, restándole importancia a la situación para luego comenzar alimentar a la bebé tras haberla tomado en brazos.- ¿ChungHa lloró?

- Sí, Hyung. De hecho, fue así como terminó estando conmigo; ella empezó a llorar mientras usted dormía, y esperé un tiempo para ir a buscarla porque pensé que usted estaría despierto o algo. -Sonrió levemente.- Lamento haber entrado sin permiso a su habitación, Hyung.

- No, no; está bien. -Sonrió, recibiendo una cálida sonrisa del menor como respuesta.

Hyunjin ordenó una pizza y creó una amena plática con Jeongin, quien había terminado de alimentar a la pequeña mientras esperaban la comida y se conocían un poco más.

- ¿Quieres que te lleve a tu habitación para que puedas instalarte una vez terminemos de comer? -Preguntó Hwang.

- Por favor, Hyung.

Luego de haberse lavado las manos, lo que sería llevar a Jeongin a su habitación terminó por convertirse en un recorrido por la casa, explicándole el uso que le daba a cada habitación hasta que finalmente llegaron a donde se estaría hospedando el menor.

- Espero que te guste; Seungmin y yo estuvimos pintándola ayer para que no vinieras a encontrarte con un horrible color verde musgo. -Comentó, escuchando una pequeña carcajada por parte de Jeongin.- Tienes tu propio baño, un escritorio con gavetas, su silla a juego y una lámpara, una mesa de noche, un closet y algunas estanterías; espero sea suficiente para que te puedas sentir cómodo. -Sonrió.

- Lo es, Hyung. -Dejó sus maletas a un lado de la cama.- ¿Hay algo que deba saber? Además de lo que ya hablamos por Whatsapp.

- No mayor cosa. -Se encogió de hombros.- Solamente que es posible que tengamos visitas la mayor parte de la semana; mi grupo de amigos y yo somos muy unidos y si no voy a visitarlos, ellos vienen. -Rió levemente.- Además, quiero que sientas mi casa como tu propio hogar, ya que básicamente lo será hasta que renuncies o algo por el estilo. -Jeongin asintió levemente y se sentó en la cama, observando lentamente lo que sería su habitación.- ¿Puedo sentarme?

- Adelante, Hyung.

El mayor tomó asiento al lado de Yang y miró sus zapatos por una cantidad de tiempo completamente desconocida por él, perdiéndose en sus pensamientos en cuanto si debería mantener al menor al tanto de lo que había sucedido con su prometido unas semanas atrás; optando por guardarse esa información que, según él, no sería relevante para él.

- ¿Hyung? ¿Está todo bien? -Jeongin movía su mano derecha frente a los ojos del contrario, quien parpadeó insistentemente para despabilar.

- S-Sí. -Asintió, viendo la cara de preocupación del menor.- Sólo recordé que hoy vendrán mis amigos a cenar; aparentemente los conocerás más pronto de lo que creí. -Rascó su nuca, parpadeando nuevamente para que las lágrimas dejaran de nublar su vista.

- De acuerdo, Hyung.