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¡Hola!

Antes de comenzar con la historia, sólo quería pedirles que por favor se abstengan de comentar cosas con relación al Minsung, ya que esos comentarios serán eliminados. El ship secundario aparece en la descripción de la historia, y las relaciones que se vayan desarrollando a lo largo del fanfic no están abiertas a discusión.

Disfruten la lectura. ❤️

...

Hwang sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón y, con los dedos sumamente temblorosos, introdujo la contraseña para desbloquear el aparato, entrando a su lista de contactos para proceder a buscar el de su suegra, y marcarle una vez lo halló; quedando a la espera de que ella contestara.

— ¿Hola? —Juraba que había podido sentir como un nudo empezaba a formarse en su garganta al escuchar la ilusión en la voz de aquella mujer.

— Soyeon Noona... —Sollozó, encendiendo una pequeña alerta en la madre de San.

— ¿Está todo bien, Hyunjin? ¿Cómo está la bebé? ¿San ya la cargó? —Preguntó aún sonriente, pero el llanto siendo fallidamente retenido al otro lado de la línea no le permitía mantenerse ajena al mal presentimiento que había comenzado a sentir, por lo que su sonrisa poco a poco se transformó en una mueca.— Hyunjin, cariño... —Lo llamó, mas éste simplemente se limitó a escuchar la aterciopelada voz de la mayor sin decir absolutamente nada, pues los sollozos y hipidos lo interrumpían cada que abría la boca para intentar hablar.— Respira profundo. Sé lo emocionante que es tener a tu primera bebé, pero no debes llorar de esa manera. Me estás asustando. —Regañó.

El pelinegro, haciendo uso de su mano izquierda, cubrió sus ojos, y respiró profundo al sentir un ligero apretón sobre sus hombros por parte de su mejor amigo: Chan; quien había llegado al hospital hace unos quince minutos en compañía de su novio: Minho. Hwang se tomó su tiempo para tranquilizarse y pensar en cómo darle la noticia a la mujer, pero simplemente no encontraba la forma correcta de decirle a su suegra que su hijo había fallecido al dar a luz, por lo que prácticamente le rogó con la mirada al australiano para lo ayudara con aquella labor, a lo que el mayor asintió levemente y tomó el celular ajeno con una de sus manos, presionándolo contra su oreja derecha.

— Señora Choi... —Murmuró suavemente, observando como su novio abrazaba a Hyunjin mientras depositaba suaves caricias a lo largo de su espalda.

— Hola, Channie. —Saludó cálidamente la mujer.— ¿Podrías decirme por qué Hyunjin no deja de llorar? Me está poniendo muy nerviosa.—Bang respiró hondo, no ayudando a tranquilizar a la mayor.— Necesito respuestas, hijo; siento que me dará un infarto si no me dicen de una buena vez qué es lo que sucedió.

— ...San no lo resistió, señora Choi...tuvo una hemorragia y no lo pudieron salvar... —Informó con pesadez. El silencio al otro lado de la línea reinó por lo que pareció ser una eternidad, hasta que unos fuertes sollozos penetraron el oído de Bang, quien cerró los ojos ante lo lastimero del llanto de aquella mujer.

— Estamos en camino... —Avisó ella antes de colgar.

Los padres de San habían contratado los mejores servicios funerarios para el velorio y el entierro de su único hijo varón, alegando que "Su pequeño bebé" merecía lo mejor incluso después de morir

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Los padres de San habían contratado los mejores servicios funerarios para el velorio y el entierro de su único hijo varón, alegando que "Su pequeño bebé" merecía lo mejor incluso después de morir. Hyunjin no salía de su shock, en todo momento estando sumergido en el llanto mientras sus seis mejores amigos le daban consuelo, y todos los familiares (Tanto propios, como del difunto), se acercaban para darle el pésame, diciendo pobres intentos de palabras de apoyo que no hacían otra cosa que no fuese herir un poco más el pobre corazón de Hwang.

La mayoría había pasado la noche en la funeraria, velando al difunto y haciéndole compañía a al viudo pelinegro. Al día siguiente algunos habían ido a sus respectivos hogares para ducharse y luego regresar a la funeraria, y otros pocos (Los amigos de Hyunjin y San), se habían duchado en el baño de la habitación de descanso, preparándose para partir al cementerio a decirle un ultimo adiós a San.

El pelinegro no dio un emotivo discurso antes de que su prometido fuera enterrado, ya que no se sentía capaz cuando los únicos sonidos que abandonaban sus labios eran fuertes sollozos y pequeñas plegarias en murmullos, en las que rogaba que aquello no fuese más que una pesadilla y que, al regresar a casa, su prometido lo estuviese esperando ahí.

Cuando la caja que contenía el cuerpo de San finalmente estuvo bajo tierra, él cayó de rodillas y se aferró al corto césped debajo de sí, sintiendo como el ritmo de sus latidos se aceleraba de manera exagerada, haciéndolo gritar debido a todos los sentimientos que lo invadían y agobiaban en aquél momento. Recibió muchas miradas de pena y otras tantas de comprensión; y sólo regreso en sí cuando sintió como unas pequeñas manos proporcionaban suaves caricias a lo largo de su espalda, sabiendo perfectamente que era Felix quien hacía eso a manera de darle confort. Pero absolutamente nada podría hacer que se sintiese mejor en aquellos momentos.

Todos los presentes se acercaron para despedirse y nuevamente murmurar palabras de apoyo, a lo que el pelinegro simplemente asentía y Chan a su lado murmuraba pequeños "Gracias".

Salió del cementerio en compañía de sus seis amigos, quienes propusieron ir almorzar aprovechando que ya eran las 15:45. Hyunjin quería negarse, ya que su apetito era nulo a pesar de no haber probado bocado desde el desayuno del día anterior; pero todos estaban transportándose en la camioneta de Chan y poco podía hacer para evitar aquella parada.

En el restaurante no pidió absolutamente nada, ni siquiera había aceptado la bolsa de frituras que Minho le había ofrecido, y mucho menos la botella de agua que Changbin le había comprado. Simplemente se negó a ingerir cualquier cosa y en pasó en posición de reposo, llorando sin hacer ruido pero siendo delatado debido a los espasmos de su cuerpo.

Fueron al hospital para recoger a la pequeña bebé, quien había pasado la noche en aquél establecimiento para ser evaluada y hoy finalmente se iría al que sería su hogar. Hwang bajó del auto en compañía de Chan, quien había recibido a la bebé ya que el contrario se negó hacerlo.

— Se parece muchísimo a San. —Comentó Seungmin una vez Hyunjin había caído dormido a lo largo del trayecto hacia su hogar.

— Pero tiene los labios de Hyunjin Hyung. —Felix sonrió enternecido.— Es muy linda.

— Chicos... —Chan llamó desde el asiento del conductor, callando los murmullos que se habían creado en la parte trasera del vehículo.— ¿Quién se quedará con Hyunjin? No quiero que esté solo con la bebé; no está en condiciones para hacerlo.

— Ni siquiera quiso recibirla... —Murmuró Changbin.

— Chan y yo vivimos al lado del residencial en el que vive Hyunjin, pero no podemos estar los siete días de la semana con él y mucho menos a tiempo completo. —Minho hizo un pequeño puchero.

— Felix y yo tampoco podemos, Hyung. —Habló Changbin.— Nuestros trabajos están demandando muchísimo de nuestro tiempo estos días, probablemente nos despedirían si llegáramos ausentarnos más de dos días.

— ¿Y si yo me quedo con él? —Propuso Seungmin, dirigiéndose al mayor de todos.— Yo no he conseguido empleo aún, y creo que podría ayudar a Jinnie en un par de cosas. —Sonrió, acto que el mayor fue capaz de ver a través del retrovisor.— ¿Qué opinas?

— Por mí está bien. —Todos sonrieron al tener la satisfacción de que Hyunjin no estaría solo; sintiéndose incluso más tranquilos al saber que era Kim quien estaría con él.

Y el pelinegro solamente quiso llorar al sentirse una carga para sus amigos luego de haber escuchado toda la conversación que ellos mantenían mientras él fingía estar dormido.

ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora