ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•

8

Habían pasado tan solo unas semanas desde la peculiar charla en la madrugada que Hyunjin y Jeongin habían tenido; semanas en las que la relación del uno con el otro se fue estrechando hasta poseer el título de "amistad", ignorando la relación jefe-empleado la mayoría del tiempo.

El reloj marcaba las 16:00 horas cuando un alegre Jeongin huzmeaba su closet en búsqueda de un par de cambios de ropa, apilándolos sobre su cama y a un lado de su mochila, puesto a que Christopher le había avisado que pasaría por él a eso de las 18:30.

Mientras tanto, en la sala de estar se encontraba Hwang en compañía de su grupo de amigos -nuevamente sin Chan-, llevando a cabo una tarde de juegos mientras Felix y Changbin se mantenían en su propia burbuja en compañía de Chungha; debido a que Seo había insistido con querer demostrarle a su novio sus "increíbles" habilidades con los bebés; aunque Lee se riera de él.

A pesar del ambiente alegre, de las chucherías, las bromas y las risas, Minho se mostraba decaído y al margen de todo lo que sucedía a su alrededor; encendiendo una pequeña alerta en el mayor de todos los presentes.

- Bien, es suficiente.-Sentenció Jisung, lanzando su baraja de cartas al suelo y de paso tirando accidentalmente la única que Seungmin había mantenido aprisionada entre las yemas de sus dedos pulgar e índice derecho; casi haciéndolo llorar.

- ...uno... -Susurró Kim, recibiendo leves palmadas en la espalda por parte de Hyunjin.

- ¿Qué sucede? -Minho levantó levemente el rostro, conectando miradas con Jisung.

- Eso es lo que quiero preguntarte, Hyung. -Respondió con un tono tranquilo, observando el momento exacto en el que el labio inferior de Minho tembló levemente; delatando su nerviosismo.- ¿Qué sucede, MinMin? Has estado sumamente callado desde que llegaste; ni siquiera te reíste cuando Chungha vomitó sobre Changbin.

Lee soltó una triste carcajada, bajando levemente la mirada y manteniéndose así escasos segundos antes de levantar el rostro nuevamente, con los ojos cristalizados.

- Hace unas noches Chan llegó con arañazos en la espalda y el olor de un perfume distinto al suyo sobre su ropa... -Su mirada se perdió en algún punto incierto del suelo, dejando a la vista de los demás el momento en el que una lágrima escapó de su ojo derecho y se deslizó a lo largo de su mejilla; mas él no hizo nada por impedirlo.

- Hyung... -Las habilidades de Changbin con los bebés habían pasado a segundo plano para Felix desde que Jisung detuvo la partida de "Uno", provocando que centrara toda su atención en Minho y que se acercara más a él, rodeándolo por los hombros y recostando su barbilla en el hombro de éste mientras el contrario recostaba suavemente su cabeza sobre la del menor.

- Discutimos ayer por la noche y él se fue a dormir a la habitación de invitados, pero dejó su celular en la habitación...perdí la cuenta de la cantidad de veces en las que la jodida pantalla se alumbró debido a la los mensajes de un tal "Mi amor". -Sollozó levemente, sintiendo como los brazos de Felix lo apresaban con más fuerza y sus lágrimas salían como tristes cascadas.- Se lo hice saber hoy en la mañana y lo único que hizo fue sacar un par de prendas de su vestidor y largarse. No hemos hablado desde entonces.

Todos quedaron atónitos luego del relato de Lee, puesto a que Chan jamás, en todo lo que aquél grupo de amigos llevaban de amistad, había sido una persona infiel y mucho menos alguien que huía de los problemas de una manera tan estúpida y cobarde. Los sollozos de Minho resonaban en la habitación mientras todos lo abrazaban en un desesperado intento de hacerlo sentir mejor, pero el repentino sonido de pisadas acercándose llamó la atención de todos, haciendo que dirigieran sus miradas hacia el umbral de la puerta para poco después observar como la delgada anatomía de Jeongin cruzaba por esta con su mochila rosada colgando de sus hombros.

- Hyung, Christopher ya-... -Guardó silencio al ver el estado de Minho, cambiando su semblante sumamente feliz a uno aflijido.- Y-Yo... -Minho rió levemente, secando sus mejillas con las palmas de sus manos mientras mantenía su atención exclusivamente en el rostro de Jeongin.

- ¿A caso nunca habías presenciado el inicio de una orgía gay? -Preguntó con una sonrisa juguetona, riendo ante el fuerte sonrojo que tomó posesión del rostro del menor.- Es broma, hombre. Anda, ¿Qué ibas a decir? -Yang aclaró su garganta, desviando su mirada hacia algún punto incierto del salón.

- Christopher no tarda en llegar. -Murmuró con una pequeña sonrisa, ignorando -como podía-, la voz de su Hyung resonando en su cabeza, ¿Cómo siquiera se había creído lo de la orgía?

- ¿No serás parte de la noche de películas? -Puchereó Felix, viendo cómo Jeongin negaba levemente aún con su linda sonrisa.

- No esta noche, Felix Hyung. -Le sonrió levemente.

- Okay...pero la próxima no te escapas. -Se encogió de hombros, viendo al menor asentir.

- ¿Siquiera podemos conocer a Christopher de una vez por todas? -Preguntó Seungmin, observando de reojo como Jisung tomaba a Chungha en brazos; haciéndolo sonreír.

- No lo sé, Hyung. Cuando lo llamé dijo que teníamos que irnos rápido. -Se encogió de hombros, escuchando un par de bocinazos en el exterior de la casa de Hwang poco después.- Bien, creo que es hora de irme. -Agitó su mano de un lado a otro a modo de despedida, siendo correspondido de la misma forma por el sonriente grupo de amigos.

- Vamos, iré a dejarte a la puerta. -Hyunjin se levantó de su asiento, escuchando el suave "Gracias" que Yang murmuró antes de que ambos se encaminaran hacia la puerta principal, donde Hyunjin se dio a la tarea de abrir la puerta por Jeongin y verlo salir, recibiendo un leve inclinamiento de cabeza.

- Adiós, Hyung. Nos vemos el domingo. -Sonrió nuevamente, siendo correspondido por Hyunjin.

- Cuídate, Innie. -El menor asintió, dándose media vuelta para correr hacia el auto de su novio y abrir la puerta del copiloto. Hyunjin levantó una de sus comisuras en un intento de sonrisa al escuchar el animado saludo que Yang le dirigió a su pareja para luego disponerse a cerrar la puerta de su hogar; pero una voz familiar lo hizo detenerse en medio de su acción para volver a dirigir la mirada hacia el exterior de su casa, divisando una castaña y morocha cabellera en el interior de aquél extravagante BMW que arrancó poco después, saliendo de su campo de visión. Hwang cerró la puerta con una clara mueca de desconcierto, regresando a la sala de estar poco después.

Juraría haber escuchado la voz de Chan.