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El reloj marcaba las once y media en el momento en que su celular comenzó a sonar, anunciando una llamada entrante bajo el nombre de Hyunjin.

Una sonrisa boba decoró sus labios al leer aquél nombre, mientras tomaba aparato en manos para aceptar la llamada y luego, sin dejar de sonreír, presionarlo suavemente contra su oreja.

- ¿Hola?

- Buenos días, Innie. -El ligero tono risueño del mayor al hablar provocó que soltara una suave risilla, enterneciendo al contrario.- Acabo de dejar a Chungha en el preescolar y mi empresa me llamó para avisar que tengo el día libre, así que decidí llamarte para preguntar si quisieras tener una pequeña refacción conmigo en alguna cafetería, salir a pasear...

- ¿Te refieres a tener una cita? -Preguntó mientras caminaba hacia su habitación, deteniéndose una vez estuvo parado frente a su ventana, y dejó salir una risa divertida al ver un auto estacionado frente al patio delantero de su hogar.- Hyunjin Hyung...

- ¿Qué sucede? -Preguntó mientras bajaba la ventanilla de la puerta a su lado y asomaba la cabeza hacia el exterior, conectando miradas con Jeongin mientras ambos se sonreían mutuamente.- Te extrañaba, y se me ocurrió la idea de esperarte aquí si tenía la suerte de recibir un "Sí".

- ¿Y qué hubieses hecho si recibías un "No"?

- Encender el auto y recorrer el amargo camino de la decepción y la derrota. -Dramatizó, únicamente para luego sonreír nuevamente y estirar su brazo hacia afuera, mostrando el ramo de margaritas que estaba sosteniendo hace quién sabe cuánto.- ¿Acaso recibiré un "No"?

El corazón de ambos palpitaba rápidamente contra sus pechos, mientras las mismas sonrisas bobas decoraban sus labios y sus ojos expresaban aquella lluvia de emociones cálidas y positivas que los embargaban en ese momento, en un día soleado con un cielo totalmente despejado a pesar de seguir en invierno.

- Voy a cambiarme. Bajo en cinco minutos. -Sonrió, colgando la llamada antes de cerrar sus cortinas y correr hacia su armario, soltando un corto chillido por la emoción que sentía.

Una vez estuvo listo, y después de chequear que la puerta de su casa estuviese bien cerrada, salió de su hogar dando brinquitos en la nieve y se subió en el asiento del copiloto, pues la puerta estaba abierta exclusivamente para él.

- Te ves tan lindo saltando en la nieve. -Comentó Hwang, inclinándose ligeramente sobre él para depositar un casto beso en su frente, regalándole una pequeña sonrisa al momento de alejarse mientras se acomodaba en su asiento nuevamente.

Jeongin sonrió, sintiendo una repentina calidez en sus mejillas mientras se colocaba el cinturón de seguridad y negaba ligeramente con la cabeza, elevando el rostro poco después.

- ¿A dónde iremos? ¿A qué hora tienes que pasar por Chungha?

- Hoy no iré a recogerla yo. De vez en cuando pasa los fines de semana en casa de los padres de San, así que la señora Choi pasará por ella y yo iré a traerla el domingo al mediodía.

- Mh. -Asintió, entendiendo la dinámica que se le fue explicada.- ¿Chungha mantiene buena relación con sus abuelos? -Preguntó mientras observaba hacia adelante, disfrutando de las blanquecinas calles cubiertas de nieve.

- Sólo con ellos. La verdad es que no he querido permitir que se relacione demasiado con mi familia porque me da miedo que le metan ideas sobre las religiones, las orientaciones sexuales y demás...no necesita eso en su vida. -Negó, soltando un bajo suspiro y apoyando su antebrazo derecho en la guantera.

Yang observó la leve mueca de disconformidad que se formó en los labios del contrario, meditando unos segundos en si debería o no hacer aquello que provocaba que las palmas de sus manos piracan por el ansía, hasta que finalmente tomó una decisión y sostuvo con suavidad la mano libre de Hwang, dándole un leve apretón.

- Gracias por cuidarla de un ambiente así, Jinnie. Eres un papá fenomenal.

Hyunjin sonrió, mirándolo de reojo y soltando una suave carcajada antes de entrelazar sus dedos y acercar a sus labios sus manos entrelazadas, depositando un casto beso en la de Jeongin.

- Gracias...realmente aprecio que digas eso porque ser padre soltero no ha sido algo sencillo de manejar, mucho menos con un trabajo que exige tanto de mi presencia y tiempo. Pero me las he sabido arreglar para no dejarla de lado y también ser una figura presente en su vida...no quiero que le falte nada...

- Y estoy seguro que no pasará. No teniendo un padre como tú.

El recorrido en auto fue largo y cómodo, lleno de conversaciones extensas, pequeñas discusiones sobre algunos animes que veían ambos, y a veces simples silencios que únicamente eran ambientados por la música a volumen bajo que reproducía la radio.

Pasaron la tarde juntos en un centro comercial, visitando tiendas y un par de cafeterías antes de que la noche cayera, y con ella, una nueva nevada.

Los blanquecinos copos de nieve eran suavemente empujados por un gélido viento que logró sonrojar el rostro del menor, quien portaba un abrigo grueso y una bufanda que casi cubría su boca, y no pudo evitar pucherear al escuchar la suave risa del mayor tras haberlo comparado con un pingüino.

- Hyung, no te rías de mí. -Su ceño fruncido, en vez de intimidar a Hwang, únicamente provocó que una nueva risilla se dejase escuchar entre ambos mientras él detenía sus pasos y giraba la cabeza, haciendo berrinche.

- Uy, ¿Innie está molesto? -No recibió respuesta, pero aprovechó ese momento para observar el perfil del más bajo mientras éste encaraba la nieve, y disfrutó de la calidez que se extendió a lo largo de su pecho con sólo observarlo existir.

Existían juntos, y eso era suficiente para él.

Aún sonriendo, trotó hacia el chico y lo abrazó por la espalda, inclinándose sobre él para depositar mil y un besos sobre su pómulo derecho mientras el contrario sólo se dejaba hacer, disfrutando del repetitivo contacto y de lo querido que aquello le hacía sentir.

- Lo siento, cariño. Te ves demasiado lindo esta noche, eso es todo. -Murmuró, terminando por simplemente reposar su mentón sobre uno de los hombros del chico entre sus brazos, observando la nieve caer.- ¿Quieres pasar la noche en mi casa? Podemos encender la chimenea y ver películas entre cobijas y chuches.

Jeongin sonrió, colocando sus manos sobre las ajenas y dándoles un suave apretón, asintiendo a la vez.

- Me encantaría, Hyung.

ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora