— Me alegra que decidieras venir. —Christopher lo observaba con una deslumbrante sonrisa decorando sus labios, mientras él ejercía un esfuerzo sobrehumano para evitar que los propios se deformaran en una mueca.
— Sí, bueno...no perdía nada al intentarlo... —Murmuró, rascando suavemente la piel de su cuello mientras caminaba detrás del mayor, adentrándose en la sala de estar y soltando un bajo suspiro al notar que todo seguía tal y como lo recordaba. Las memorias que poseía en aquél lugar ya no eran tan preciadas para él como alguna vez llegaron a ser.—...dijiste que tenías algo que querías mostrarme, ¿No? ¿De qué se trata?
La sonrisa del mayor se mantuvo intacta en todo momento, ocultando sus dientes pero resaltando los hoyuelos que poseía en cada mejilla. Jeongin quiso golpearlo.
— Sí, de hecho... —Asintió el pelinaranja, caminando hacia el equipo de música que descansaba sobre la mesa de cristal que estaba pegada a la pared en la que estaba empotrada la pantalla plana en la que más de una vez llevaron a cabo maratones de series y noches de películas mientras se acurrucaban en aquél espacioso y acolchado sofá en el que ahora se le invitaba a tomar asiento, a lo que él no se negó.
El mayor tomó asiento a su lado una vez el equipo estuvo encendido y conectado a su celular a través del bluetooth, escuchando un parloteo innecesario que les daba la bienvenida y quién sabe qué más. A quién demonios le importaba ese discurso interminable.
— Innie... —Se giró suavemente hacia el mayor al escucharlo llamar su nombre en un bajo susurro, observando como éste mordía ligeramente su labio inferior mientras empujaba la cutícula de su pulgar izquierdo haciendo uso de la punta de la uña de su dedo índice.— A lo largo de estos meses...he estado pensando mucho en lo que pasó la última vez que nos vimos. Las cosas no terminaron exactamente bien entre nosotros y sé que soy el único responsable por ello...pero compuse una canción para ti, y me gustaría que la escucharas.
Jeongin tenía el ceño ligeramente fruncido y su labio inferior sobresalía levemente gracias al puchero que deformaba sus labios mientras él debatía consigo mismo si aquello era una buena idea o no. Pero, demonios, él ya estaba ahí, en el departamento de Christopher en una madrugada lluviosa mientras ese idiota que le rompió el corazón le daba un discurso en el que pretendía disculparse y ser perdonado así como así; por lo que dejó sus sentimientos a un lado y se limitó asentir, permitiéndole reproducir la bendita canción.
Una melodía suave y ciertamente agradable comenzó a sonar a través de los parlantes del estéreo, opacando ligeramente el sonido de la lluvia a la vez que sus ojos se posaban sobre algún punto incierto del suelo de madera al querer evitar a toda costa más contacto visual del que era necesario mantener con Bang.
“Ese día mis palabras fueron muy frías
Ese día mis bostezos fueron demasiados”.Una pequeña sonrisa sin gracia decoró sus labios y se permitió suspirar, agachando ligeramente la cabeza y apoyando sus manos en la orilla del cojín en el que estaba sentado, escuchando atentamente la estúpida y melodiosa voz del contrario.
“Después que te dejé, me quedé sufriendo
Todo fue culpa mía, entonces,
¿Por qué me duele tanto?Ni siquiera te dí las gracias al final
Te dejé atrás con palabras dolorosas y temblorosasPretendo que estoy bien, pero no puedo mentir
Este anhelo me hace arrepentirme de todoTe busco en todos nuestros recuerdos rotos
Y cuando logro alcanzar uno, todo lo que recuerdo es a ti llorando”.Un par de lágrimas descendieron sigilosamente a lo largo de sus mejillas, mientras él apretaba sus labios entre sí y giraba el rostro en la dirección contraria hacia donde se encontraba el mayor pues, obviamente, no quería que lo viera así.
¿Qué mierda estoy haciendo aquí?
“Debo haberme vuelto loco, no estoy seguro
No puedo soportar todo este tiempo sin ti
Al final eras todo lo que tenía
Debí haber perdido la cabeza”.¿Qué se supone que debo decir?
“Puedes maldecirme
Maldíceme
Tanto, tanto, tanto como quierasHasta que tu odio se convierta en ira
Para que puedas desahogarte y volvamos a ser lo que fuimos”.Qué estoy haciendo...
“No sabía lo que significas y te dejé ir
Me odio a mí mismo por arrepentirmeYa no puedo soportarlo más,
Te extraño muchoTe has alejado tanto que ya no puedo alcanzarte
Y ahora vivo con el dolor de no poder olvidarte nunca”.Hyunjin...
“Puedes maldecirme
Maldíceme
Tanto, tanto, tanto como quierasHasta que tu odio se convierta en ira
Para que puedas desahogarte y volvamos a ser lo que fuimos”.Un bajo sollozo escapó de entre sus labios cuando la canción terminó, por lo que se maldijo mentalmente antes de girarse lentamente hacia el mayor y abrir suavemente los ojos una vez se mentalizó que sería el australiano quien estuviera frente a él, y no quién su corazón llamaba a gritos.
Christopher conectó miradas con él y puchereó ligeramente al observar sus irritados ojos y su enrojecido y ligeramente hinchado rostro, abriendo los brazos a manera de ofrecerle refugio en ellos, y rodeando suave pero firmemente sus hombros una vez se abalanzó sobre él, escondiendo su humedecido rostro en uno de los laterales del cuello del mayor mientras sucumbía ante el llanto.
Y no, él no lloraba por la letra de esa estúpida canción y mucho menos porque hubiese extrañado al pelinaranja. Lloraba por lo mucho que deseaba regresar en el tiempo y jamás haberse atrevido andar de confianzudo con su jefe y los amigos de éste; regresar en el tiempo y seguir en aquella relación en la que era felizmente engañado; regresar en el tiempo y no admitir sus sentimientos por aquél hombre de lindos ojos y gruesos labios; regresar en el tiempo y borrar a Hwang Hyunjin de su vida, corazón y mente.
Porque ahora estaba siendo rodeado por los brazos que en algún momento fueron su hogar y su lugar más preciado y feliz, mientras su pecho se oprimía y su corazón dolía ante lo incorrecto que aquello se sentía.
Porque los únicos brazos que él quería tener alrededor de su anatomía, eran los del mismo estúpido que hace tan sólo un par de horas atrás, le había dicho que jamás se compararía con el fantasma de quien el pelinegro consideró y, aparentemente, seguía considerando el amor de su vida.
Porque él no era, no sería, y tampoco quería ser San.
Él era Yang Jeongin, y para la mala suerte de Hyunjin, eso era algo que no podía, ni iba a cambiar.
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ʙᴀʙʏꜱɪᴛᴛᴇʀ •ʜʜᴊ+ʏᴊɪ•
FanficDonde Hyunjin es padre soltero y contrata a Jeongin para cuidar de su bebé. ♡ Historia completamente original. ♡ ChangLix como pareja secundaria. ♡ Mención del ChanHo. #1 en NiñosPerdidos el 11/03/20. #2 en HwangHyunjin el 04/05/21. #1 en Hwang el 0...