16.

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Tom llegó puntual a la tarde siguiente justo como había quedado con Alexa. Ella lo recibió con un corto abrazo y Tom frunció el ceño al percibir un delicioso aroma proveniente del interior del apartamento.

-¿Estás cocinando?- preguntó Tom, y ella asintió tímidamente.

-¿Estás de humor para comida italiana?

-Siempre estoy de humor para comida italiana- le respondió él con una sonrisa- Aunque pensé que te ayudaría a poner el árbol de navidad.

-Así va a ser- le respondió Alexa, cerrando la puerta tras Tom- pero también tenemos que cenar y quise prepararte algo.

-Eres un ángel- le dijo Tom, la jaló con suavidad del brazo y atrapó sus labios en un cálido beso.

Entró con ella a la cocina, y el trabajo de Tom sería sacar las cajas de un closet que había en la sala mientras Alexa continuaba con la cena. Tom no se había negado cuando ella le pidió ayuda para armar el árbol de navidad como todos los años cuando sus sobrinos la visitaban. Si no veían decorado, se volvían unos completos malcriados y prefería evitar eso.

Tom cargó las cajas sin esfuerzo y Alexa lo miró desde la cocina con un brillo especial en sus ojos. Sus músculos se marcaban por debajo de la sencilla playera azul con manga larga y se alzó mostrando un poco de la piel de su abdomen marcado. ¿En qué momento se ejercitaba? Era algo que desconocía.

-¿Haces ejercicio?- preguntó Alexa, recargándose en la barra y viendo como Tom cargaba otra caja fuera del closet y la dejaba en la sala junto a la alfombra.

-Sí, voy al gimnasio por las mañanas antes del trabajo- confesó él, y Alexa se lamió los labios mientras le veía el trasero disimuladamente cuando Tom se agachó para abrir la caja empleando su simple fuerza.

-No tenía idea- le respondió ella en voz baja. Cogió su celular de la barra y buscó entre su música y la reprodujo en aleatorio en su pequeña bocina. Sonrió cuando Queen interrumpió el silencio del apartamento, y Alexa vigiló la lasagna que se cocinaba en el horno. Una comida típica de Italia y de sus favoritas. La había aprendido a preparar a muy temprana edad y persona a la que se la preparaba, persona que se la halagaba.

Sin pensarlo, comenzó a cantar mientras apagaba el horno y abría la puertita. Tom alzó la cabeza y la miró con sorpresa, boquiabierto.

-¿Qué?- preguntó Alexa, ruborizada, al sentir la intensa mirada de Tom sobre ella.

-No sabía que cantabas- dijo alzando la voz para hacerse escuchar por encima del ruido. Alexa se encogió de hombros con modestia.

-¿Me harás poner la canción otra vez?- preguntó con aire ofendido y Tom esbozó una sonrisa. Repitió la canción de Queen y cantó desde el inicio, esta vez mirándolo directamente. Tom no podía creer lo que escuchaba, tenía una voz angelical. Lo hubiese sospechado por la dulzura de su voz al hablar, pero al cantar era otro nivel.

-Ooh, love, ooh, loverboy- cantó ella. Tom caminó hasta Alexa y lo agarró de la mano mientras no despegaba sus ojos de los suyos-Ooh, let me feel your heartbeat

-Ooh, can you feel my love heat-llevó la gran mano de Tom ahora a su pecho donde su corazón latía con fuerza por él- Come on and sit on my hot seat of love.

Tom sonrió enternecido y tuvo el impulso de besarla. Alexa se puso de puntitas y cantó sobre sus labios.

-And tell me how do you feel right after all- Tom se acercó lo suficiente para que sus labios se rozaran y cuando estuvo a punto de besarla, Alexa lo jaló de la mano y lo obligó a bailar con ella dando vueltas y saltos por el pequeño espacio de la cocina - I'd like for you and i to go romancing.

Dr. HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora