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Alexa caminó por las calles de la colonia con Bobby a su lado con la correa puesta. Daba pasos con aire distraído de regreso al apartamento. Vio su reloj, Tom llegaría a casa en unos minutos y comenzaba a oscurecer.

-Vamos, Bobby- la jaló con suavidad de la correa y giraron a la vuelta de la esquina. Movió la cabeza al ritmo de la música mientras pensaba en todo un poco. Justo su celular vibró anunciando un mensaje nuevo de Julie.

Tecleó una breve respuesta como las que le había dado los últimos días, aplazando la plática con ella.

-Hola, lindura- alzó la cabeza al escuchar esa dulce voz familiar y sonrió. Tom bajaba de su carro y se encaminaba a la entrada del edificio- Linduras, debo decir.

-¿Cómo estuvo el trabajo, amor?- le preguntó Alexa pasando por la puerta que Tom mantenía abierta.

-Nada interesante- dijo Tom encogiéndose de hombros. Presionó el botón del ascensor- anisaba llegar a casa para contarte algo.

-¿Qué es?- preguntó Alexa mirándolo con interés. Tom pasó un brazo por el encima de sus hombros para acercarla a su cuerpo.

-Estoy planeando una investigación respecto al uso de anticuerpos en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y cáncer - le contó y Alexa abrió los ojos con sorpresa- a partir de mañana empezaré.

-¡Eso es sensacional!- exclamó Alexa colgándose de su cuello y abrazándolo. Tom la sujetó con una sonrisa de oreja a oreja-Yo también tengo algo que decirte.

Las puertas del ascensor se abrieron y Bobby jaló de la correa con fuerza. La perrita se detuvo en seco haciendo que Alexa casi tropezara si no fuese porque Tom la sujetó de la cintura.

Bobby ladró con su aguda voz en dirección a la puerta del apartamento. De pie, apoyada en la pared junto a la puerta, estaba Julie con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. Sin su largo cabello castaño, casi no la reconoció. Entonces, recordó el hermoso gesto de apoyo que había hecho por ella.

-¡Bobby, silencio!- ordenó Tom y le quitó la correa de la mano a Alexa. La perrita obedeció rápidamente.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Alexa caminando con paso vacilante hasta su hermana. Tom jaló a Bobby al interior del apartamento.

-¿Quieren hablar dentro?- preguntó Tom, saludando a Julie con un beso en la mejilla. Alexa frunció el ceño y fulminó a Tom con la mirada- ¿Quieres un té, Julie?

-Por favor- respondió ella y de pronto Alexa era invisible. Su hermana entró detrás de Tom. Alexa los siguió y prosiguió a poner la tetera mientras Tom desabrochaba la correa del collar de Bobby.

Julie miraba todo a su alrededor con asombro y recordó que nunca había estado ahí antes.

-Las dejaré hablando a solas- dijo Tom, asomándose a la cocina- Julie, siéntete como en tu casa.

-Gracias- le sonrió con amabilidad. Tom desapareció tras la puerta de la habitación principal con Bobby siguiéndolo. Se hizo un silencio incómodo entre ambas.

-Que bonito lugar- comentó Julie, ahora mirando las pinturas que colgaban de las paredes- Tom tiene un exquisito gusto en el arte...y la vista, es hermosa.

La tetera hizo ese estruendoso sonido que indicaba que ya estaba lista el agua. Alexa colocó dos tazas en la barra de la cocina y mientras servía en ellas, Julie se sentó con timidez.

-¿Querías hablar de algo?- preguntó Alexa. Su semblante tornándose duro.

-Ya sabes de lo quiero hablar- dijo Julie. Se relamió los labios con nerviosismo- Lo estuve pensando estos últimos días... llegué a la conclusión de que, no estuvo bien ocultarte información como aquella.

Dr. HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora