Una semana fue lo que tardó Alexa en atreverse a comprar la rasuradora eléctrica que había visto en el mercado desde que comenzó a caérsele el cabello. Y ahora, la máquina, aún en su paquete sin abrir, se encontraba en su baño, esperando que ella tuviera el valor. Consideró llamar a Chris, pero no era el reconforte que ella necesitaba.
Sentía que la persona a la que necesitaba era a Tom.
Le costaba demasiado admitirlo, sobre todo cuando pasó una semana entera tratando fallidamente de enterrar sus sentimientos por él. Le costaba aceptar lo mucho que lo extrañaba y necesitaba, pero Tom ahora parecía ser feliz con otra persona, mientras que Alexa no podía más que llorarle en su cama prometiéndose a si misma no volver a enamorarse nunca más. Tal vez Mich fue su primer novio real, pero nunca llegó a amarlo ni la mitad de lo que amaba a Tom, y eso, a veces, le aterraba.
Otro sábado más deseándolo a su lado, otro día más resistiéndose a llamarlo, otro día más enamorada profundamente de Tom. Mordió sus uñas con ansiedad antes de ceder a sus impulsos y finalmente llamarlo. No podía seguir siendo tan orgullosa, al final de cuentas, fue ella la que propuso el plan de solo ser amigos. Estúpido plan.
-¿Hola?- su fuerte timbre de voz la hizo estremecerse placenteramente. Se mordió el labio inferior con fuerza para evitar sonreír.
-Hola, Tom- saludó con voz suave. Su corazón latía con fuerza como siempre que se dirigía a él- ¿Estás ocupado?
El temor a que le dijera que sí era enorme. No quería imaginarlo con aquella mujer rubia, pasando su día libre con ella en la cama como solía hacerlo con Alexa, ni besándola o tocándola. A veces su cabeza era agobiante.
-No, solo estoy leyendo en mi apartamento- respondió Tom con amabilidad. Hubo un silencio entre ambos- ¿Quieres que vaya a verte?
Tom siempre sabía lo que Alexa necesitaba, como si estuvieran profundamente conectados, y en esos momentos, él parecía ignorar el hecho de que Alexa lo había ignorado por una semana entera o que lo obligara a mantener una falsa amistad entre ambos.
-Quiero tu ayuda con algo- le dijo Alexa con timidez.
-Voy enseguida.
________
Tom tardó un poco más en llegar, pero se notaba que estaba recién duchado y olía varonil. Ese característico aroma de Tom la hacía retroceder al tiempo en el que estaban juntos. Alexa no pudo evitar inclinarse y Tom le sonrió de lado.
-Tanto tiempo sin vernos- dijo Tom en tono socarrón, para evitar demostrar lo mucho que le había dolido que Alexa lo ignorara tantos días. Le dio un beso en la mejilla y pasó al apartamento
Tom miró a su alrededor con incomodidad, como si fuera la primera vez que visitaba su apartamento.
-¿En qué necesitas ayuda?
Alexa jugueteó con sus manos y lo miró nerviosa. Tom la miró con suavidad y paciencia con las manos dentro de los bolsillos del pantalón.
-Eso puede esperar- dijo Alexa. Lo tomó de la mano como un acto de costumbre y lo jaló hasta el sofá. Ambos se dejaron caer en el cómodo sofá.
-¿Estás bien?- preguntó Tom, escudriñando su rostro. Alexa asintió desviando la mirada.
-Quería algo de compañía- se giró para verlo directamente al rostro. Lo sentía muy lejos, así que se deslizó disimuladamente por el sofá. Sus rostros quedaron muy cerca y Tom no hizo ademán de alejarse.
-¿Y me llamaste a mi?- preguntó Tom, extrañado.
-¿Por qué te sorprende?- sin darse cuenta, Alexa estaba usando un tono demasiado insinuante que hizo el corazón de Tom saltar entusiasmado-Me gusta tu compañía, Tom. Me hace sentir segura.
ESTÁS LEYENDO
Dr. Hiddleston
Fanfiction¿Qué sucede con la relación médico-paciente cuando llega un ángel a tu consultorio pidiéndote ayuda y te hace dudar de tu ética profesional? El Dr. Hiddleston siempre había querido ser un doctor distinto a los demás, él se involucraba con sus pacien...