14

3.3K 214 106
                                    

Alexa no se esperaba que el desayuno que tendría con Tom fuese a ser privado. La llevó a una pequeña hacienda escondida en algún lugar de Londres. Había una fuente en el medio y todo a su alrededor era verde, repleto de flores, arbustos bien podados y arboles que daban sombra al lugar donde habían ubicado una mesa para dos personas. Se quedó impresionada, no era nada de lo que se esperaba, pero daba lo mismo si era un carrito de la calle o el mejor restaurante de Londres, Alexa solo quería estar con Tom y que mejor que en privado.

"Aún desconozco tus flores favoritas, por eso te traje un poco de todas" había dicho Tom antes de entregarle un ramo con flores de distintos colores pasteles que habían dejado sobre la mesa. Ella le sonrió y las olió. Tom se había portado como un verdadero caballero toda la mañana, fijándose que Alexa estuviese cómoda en todo momento. Siempre había notado que Tom era amable y noble, pero nunca se imaginó que sería un romántico de tal magnitud.

-No olvides ponerlas en agua- le dijo Tom, señalando el ramo que llevaba en la mano mientras caminaban por el pasillo de su edificio de regreso al apartamento después de una maravillosa mañana.

-No lo olvidaré- dijo Alexa- Son muy lindas, Tom.

Abrió la puerta con su llave y tomó la mano de Tom, la acarició con el pulgar y él se fijo en el gesto.

-¿Tienes que ir a trabajar?- preguntó ella con una sonrisita traviesa. Tom se relamió los labios y se acercó a ella.

-¿Quieres que me vaya a trabajar?- le susurró mirándola fijamente a los ojos con un brillo malicioso. Alexa negó con la cabeza y lo jaló al interior de su apartamento al mismo tiempo que Tom se inclinaba sobre ella y atrapaba sus labios en un beso apasionado.

Un gritito ahogado en el interior de su casa casi la hizo caer. Solo vio la expresión asustada de Tom antes de que le diera la espalda y Alexa se asomó por encima de su hombro.

-¿Julie?- preguntó con asombro. Su hermana mayor se escondía tras una pared con una toalla alrededor de su delgado cuerpo y miraba a Tom con el ceño fruncido y luego a Alexa.

-chi è quello?- preguntó Julie señalando con el dedo a Tom que seguía dándoles la espalda, viendo fijamente el piso. Él soltó una risita al escuchar a Julie exclamar en italiano.

-Entra a la habitación y ahorita hablamos- ordenó Alexa. Julie entrecerró los ojos con ese carácter tan hostil que la caracterizaba, pero obedeció y se encerró casi dando un portazo que hizo saltar a Alexa.

-Puedes voltear- le dijo a Tom, y antes de hacerlo miró sobre su hombro a lo que Alexa soltó una risita divertida- Ya se fue.

-Creo que tienes asuntos con tu hermana- dijo Tom, y se acomodó el abrigo, desalineado por los jaloneos de Alexa, antes de inclinarse y darle un casto beso en la boca- Te llamo más tarde, cariño.

-De acuerdo- dijo Alexa haciendo un puchero con los labios no queriendo que Tom se fuera, pero primero tenía que lidiar con su hermana y saber qué hacía en Londres, en su apartamento específicamente.

En cuanto la puerta se cerró tras Tom, entró a su habitación y su hermana ya se estaba terminando de vestir y tenía el cabello aún envuelto con una toalla. Alexa se recargó en el marco de la puerta y cruzó los brazos sobre su pecho mirando a su hermana con una ceja arqueada.

-No sabía que traías a hombres a tu casa, hermanita- dijo Julie con tono sarcástico- Lo siento por arruinar lo que sea que estaba a punto de pasar.

Alexa soltó una carcajada.

-¿Por qué no me dijiste que vendrías a Londres?- preguntó Alexa- Te habría esperado en casa.

-Quería que fuera una sorpresa- dijo Julie, sentándose en la esquina de su cama. Se quitó la toalla del cabello y comenzó a secarlo con la misma- Ray me dijo que Mich y tú terminaron...otra vez.

Dr. HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora