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Febrero.

Y Tom estaba repleto de trabajo y nada de tiempo libre.

En el hospital habían hecho recorte de personal y aumentado las horas laborales del popular Dr.Hiddleston. Ahora la mayoría de su tiempo la pasaba circulando entre urgencias y medicina interna, hasta que el director se dignara a contratar nuevos médicos.

El hecho más frustrante hasta ahora era no tener el tiempo suficiente para pasarlo con Alexa. Usualmente la veía por las noches, a excepción de los días que tenía guardia nocturna, pero ella estaba tan cansada todo el tiempo por la quimioterapia, radiación y el trabajo, que se quedaba dormida antes de poder verlo.

El sábado, su día libre, decidió quedarse en casa acariciando la cabeza peluda de Bobby en su regazo, recostado en el sofá frente a la televisión. Dos horas antes había intentado comunicarse con Alexa, fallando en el intento. La joven se había vuelto distante, y al inicio lo había relacionado con la terapia y el cansancio, pero a estas alturas donde lo único que él necesitaba era abrazar, besar y hacerle el amor a su novia, y no poder hacerlo, era frustrante y lo ponía de un humor de perros.

Cuando su celular vibró en el sofá, lo agarró rápidamente como un loco. Alexa le había contestado su último mensaje para decirle que estaba en casa, así de seco, sin interés. A Tom se le encogió el corazón y apretó los labios. Con un suspiro se incorporó, despertando a la pobre Bobby en el acto, y agarró las llaves del carro.

En el camino al edificio de Alexa, intentó relajar sus músculos tensos estirándolos en el asiento del carro. El estrés y el cansancio estaban acabando con él poco a poco.

Alexa tardó tanto tiempo en abrirle la puerta que consideró regresar a su apartamento. Ella le sonrió débilmente y cuando intentó abrazarla, fue tan breve el momento entre sus brazos que se sintió vacío.

Alexa regresó a lo que estaba haciendo, sentada en su sofá con papeles en el regazo. Frunció el ceño, concentrada, ignorando por completo la presencia de Tom. Él se mordió el labio inferior, indeciso. Se dejó caer junto a ella y se asomó a lo que estaba haciendo. Eran exámenes de sus estudiantes.

-Hey- llamó Tom en voz baja cerca de su oído. Alexa murmuró preguntando sin despegar los ojos de los exámenes-Cielo.

-Dime- ni siquiera lo miró.

Tom en un intento desesperado de obtener su atención, hundió rostro en su cuello descubierto y dejó un beso húmedo en su piel. Alexa soltó un pequeño sonido de asentimiento y Tom prosiguió en otra zona de su cuello chupando, mordiendo y lamiendo mientras intentaba abrazarla por la cintura. Alexa soltó un suspiro tembloroso y desvió la mirada de los papeles para mirar a cualquier otra parte excepto a él. Tom sonrió jalándola de la cintura para acercarla a su cuerpo ahora con los labios en su oído.

-Te he extrañado tanto- le susurró y atrapó él lóbulo de su oreja con el corazón martillándole en los oídos. Su mano cayó en su muslo y acarició internándose poco a poco para tentarla. Sucedió todo lo contrario, Alexa se movió arrastrándose lejos de él. Tom frunció el ceño, extrañado y una sensación dolorosa apretó su pecho.

Dejó caer la mano en derrota y la miró esperando alguna palabra, reacción, pero nada. Escudriñó su rostro, pero el semblante era imperturbable. Tom soltó una exhalación y apretó la mandíbula tratando de contener las lágrimas que amansaban sus ojos.

-Tom- dijo Alexa en voz baja. Alzó la mirada y le prestó atención a Alexa. Esos hermosos verdes ojos que tanto amaba le devolvieron la mirada. Decían tanto sin necesidad de que ella abriera la boca. Entendiendo eso, sabía que Alexa no lo quería ahí- Tengo muchas cosas que hacer, necesito estar sola.

Dr. HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora