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Tom le abrió la puerta del carro blanco a Alexa y la miró de pies a cabeza sin que ella se percatara, sobre todo esa tentadora falda que había decidido ponerse. Aunque llevaba medias, le encantaba la forma de sus piernas.

-¿Con que leyendo orgullo y prejuicio?-preguntó Alexa cuando Tom se subió. El libro de pasta dura estaba en la parte trasera del carro.

-Algo así- dijo Tom con una sonrisita cómplice. No dijo nada más cuando Alexa frunció las cejas, y procedió a poner el carro en marcha.

Se detuvieron en un supermercado cerca del edificio de Tom, y Alexa lo miró divertida.

-¿Por eso estabas tan apurado?- preguntó con tono socarrón- ¿Por venir a hacer la despensa?

Tom esbozó una sonrisa y negó con la cabeza.

-Esta solo es la primera parada- le dijo Tom, y antes de que Alexa pudiera hacer más preguntas, bajó del carro. Ella lo imitó y se adentraron al repleto supermercado por las fechas decembrinas.

Siguió a Tom hasta el área de licoreria. Mientras él escogía un buen vino, inspeccionándolos con detalle, Alexa se removía incómoda en su lugar puesto que tenía la mirada de un hombre, que parecía tener la misma edad de Tom, sobre ella. Miraba maliciosamente su falda, y sin pudor alguno desplazó los ojos hasta su trasero mientras fingía escoger una botella de whisky.

Tom se giró para preguntarle algo y se percató de dicho hombre. Su semblante se endureció y los ojos del señor se desplazaron a los azules de Tom. Él no decía nada, pero su mirada se comunicaba por él.

"Sigue viéndola y te degollo"

Alexa suspiró con alivio cuando el hombre dejó la botella en el estante y caminó dando zancadas hasta otro pasillo. Alexa agarró a Tom del brazo, pegándose a su cuerpo por completo.

Tom cogió dos botellas, las pagaron y salieron del supermercado.

-¿Cuál es la siguiente parada?- preguntó Alexa, una vez dentro de la calidez del carro. Vio a través del vidrio cómo nuevos indicios de nieve comenzaban a caer y se estremeció del frío que se colaba en el carro. Tom estiró la mano para encender la calefacción.

-Con mis padres- Alexa giró el cuello tan rápido que le dolió. Lo miró incrédula, pensando qué tal vez le estaba tomando el pelo.

-Muy gracioso- dijo cuando Tom sonrió. Él ensanchó la sonrisa y negó con la cabeza.

-No estoy bromeando.

-Ya, Tom. No es gracioso.

-No pretendo que lo sea- le dijo Tom, fingiendo desinterés y para confirmarlo, tomó la ruta que llevaba a la carretera para salir de Londres.

-Ay, no- dijo Alexa con los ojos bien abiertos. Él la miró de reojo y pudo percibir su nerviosismo. Tenía ciertos ademanes que ya conocía demasiado bien.

-¿Recuerdas que te dije que mi hermana me llamó para invitarme a una comida con mis padres?- preguntó Tom, y ella asintió con la cabeza- Terminé accediendo.

-¿Estas seguro que quieres que vaya contigo?- preguntó Alexa, hablando con rapidez, trabándose con las palabras- No pensé que irías con tus padres cuando propuse acompañarte...

-Quiero que vayas conmigo- interrumpió Tom a su incesable nerviosismo-Desde el inicio tenía planeado invitarte.

-¿Ah si?- preguntó ella, exhalando el aire de sus pulmones y mirándolo.

-Cuando estoy contigo- comenzó a decir y apretó el volante- Me siento tranquilo y cómodo. Como si nuestro alrededor ya no importara y solo estuvieras tú.

Dr. HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora