Segunda parte de la dúología "S𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆𝖘"
Primer libro L𝖆 S𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆 D𝖊𝖑 O𝖒𝖊𝖌𝖆 - 𝐍𝐀𝐌𝐆𝐈
Tras la muerte del líder de la manada del sur y la desaparición de tres integrantes importantes de la familia, los hermanos Kim viven un martirio...
—Nam ¿Qué dices? —era inevitable expresar la sorpresa que sentía.
Namjoon suspiró. Durante la noche no pudo dormir pensando y dándole vueltas al asunto y es que ya no quería exponer a su familia a los posibles peligros.
—Tengo miedo —dijo finalmente. Yoongi se limitó a escuchar porque en realidad no estaba entendiendo. Tomo las manos del alfa para darle valor —la reacción de la manada no ha sido buena desde que llegaste, desde que llegue, mejor dicho. Su reacción ayer luego del desplante en la ceremonia no me gustó para nada, nos vieron como si fuéramos el mal del mundo entero. Somos un gran error para ellos y me aterra pensar en que les hagan daño, me lo pueden hacer a mí, pero si les llegan a tocar un solo cabello o intentan lastimarlos —presionó suavemente una de sus manos en el vientre plano del omega —los mataré, a todos. No detendré a mi lobo —los ojos del alfa se oscurecieron en un dorado oscuro y vibrante.
Ya no quería pasar por otra guerra como en el pasado. Tenía suficiente de pesadillas. Sin embargo, su alfa tenía razón, si le hacían daño a su cachorro el mismo se uniría al alfa en contra de todos. Aun con aquello claro las dudas prevalecían.
—¿Qué pasará si nos vamos? Dijiste que el líder no puede cambiar —dijo Yoongi evitando el tema de la muerte.
—No conozco de líderes que hayan huido. Tendremos que averiguarlo —dijo seguro lo que le dio esperanzas al omega.
—¿Y si nos buscan y nos hacen daño? —pregunto asustado.
Por más que este haya sido su plan perfecto cientos de veces, ahora que se podía llegar a cumplir temía por las represalias que la manada tomaría. Ya no eran solo ellos.
—Entonces no podemos irnos enseguida —el alfa se quedó pensativo. Luego de un rato habló —hagamos esto. Quedémonos hasta que la fábrica esté recuperada, así no sospecharan que queremos irnos. Entre más lejos estés de ellos mejor, dejaremos de insistir con que te acepten con la excusa de que es para calmarlos. Planearemos el lugar a donde nos iremos y nos llevaremos a Jin por si lo buscan, Hoseok sabe que hacer, no se meterán con la manada del este. Nos tomará un par de meses, me aseguraré de que sea menos o incluso no importa la fábrica siempre y cuando tengamos la situación bajo control —la decisión estaba tomada, pero el rostro de su omega no se mostraba tan feliz, lo que le preocupo —¿Qué sucede?
—¿Qué pasara con tus hermanos? La búsqueda de Jimin —menciono abatido —ellos también te necesitan.
—Me las arreglaré. Jamás dejaré de buscarlos, tal vez en otro país pueda encontrarlos. Jungkook ha comenzado las búsquedas con la policía —Namjoon se veía convencido.
—¿Y Jungkook?
—Él ha tomado su decisión —dijo con amargura. Le dolía el rechazo de su hermano.
—Si tan solo la manada te diera la oportunidad serías un excelente líder Kim Namjoon —comentó Yoongi con orgullo —las decisiones que has tomado en una sola noche y que tengas respuesta incluso para los imprevistos, me lo demuestra.
Namjoon se ruborizo por el cumplido. Liderar una manada no era trabajo fácil, pero proteger a los que amaba era diferente, tan solo con ver al omega sabía lo que debía hacer para mantener esa sonrisa en el hermoso rostro. Prometió miles de cosas al omega y las cumpliría.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En cuanto llegaron a casa Yoongi corrió emocionado en busca de Jin. Cargaba consigo los regalos que le daría y moría por mostrárselos. Lo encontró sentado en la banca del balcón del segundo piso, tomando algo en una taza.
Dejo las bolsas en la mesa de la pequeña sala en la estancia y fue hacía el.
—Tengo algo que mostrarte —dijo Yoongi entusiasmado. Tomo a su amigo del brazo y lo guio al sofá junto a la mesa.
—¿Qué es? —preguntó curioso. La felicidad de Yoongi era contagiosa por lo que no tardo en sonreír.
—Mis presentes para tu cachorrito —chillo conteniendo un grito. Jin río por ello.
Yoongi comenzó a sacar de una en una cada prenda de ropa, zapatitos y demás. Jin al ver las diminutas prendas se le apretujo el pecho al darse cuenta de lo pequeño que sería su hijo al nacer. Anhelaba que el día llegará pronto.
—Compré uno igual para mi bebé así combinarán —mostró en alto un conjunto tejido en color lila.
—Esto es hermoso Yoongi. Gracias —Jin abrazo a su amigo con fuerza mientras lloraba agradecido por tenerlo en su vida —te voy a extrañar tanto.
—Jin. Espera un poco más —Yoongi lo alejó un poco deshaciendo el abrazó. Namjoon le dijo que podía contárselo a Jin —Namjoon y yo planeamos irnos contigo.
—¿Cómo? ¿Y la manada? —preguntó sorprendido.
—Lo mismo dije. Namjoon cree que la manada o al menos el consejo no se quedará tranquilo conmigo y menos ahora que saben que espero un hijo de su líder. Me odian y no puedo permitir que nos hagan daño —dijo acariciándose el vientre.
—¿Quieren que me vaya con ustedes? —el hecho de que así fuera le conmovía. En casa alguna vez tuvo una familia, al morir su padre cuando él tenía 14 años su madre cambió.
—Ya te lo dije —respondió con suavidad —eres parte de nuestra familia. Namjoon ya ama a su sobrino y yo también, quiero conocerlo y verlo crecer junto a mi hijo.
Las lágrimas en los ojos de Jin no paraban. Estaba feliz. Tenía miedo de irse a enfrentar en mundo solo, nunca ha estado solo. Era dependiente, soportó a su padrastro por su madre para tenerla cerca y busco a Jungkook cuando bien tenía que buscar un lugar en la cuidad a sabiendas que el alfa lo rechazaba. No quería estar solo.
—Los esperaré —aseguró limpiándose las lágrimas —quiero que mi hijo tenga una gran familia que lo ame.
—Por supuesto que la tendrá —dijo Yoongi con alegría —un papi que lo ama con su vida, dos tíos o quizás más, Taehyung es cariñoso con los niños y podríamos ir a España para que conozcas a Beomgyu y su bebé. Tu hijo crecerá rodeado de personas que lo amarán y adorarán. No le faltara nada —finalizo imaginándose la futura vida que les esperaba.
—Tienes razón —la sonrisa de Jin creció.
Yoongi le regreso el gesto. Volvió a tomar una prenda de la mesa levantándolo en alto para que Jin la viera.
—Tu cachorrito se vera hermoso en esto —chillo emocionado.
—¿Qué dijiste?
Ambos omegas compartieron miradas de pánico antes de girar en dirección a donde provenía la voz.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.