Segunda parte de la dúología "S𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆𝖘"
Primer libro L𝖆 S𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆 D𝖊𝖑 O𝖒𝖊𝖌𝖆 - 𝐍𝐀𝐌𝐆𝐈
Tras la muerte del líder de la manada del sur y la desaparición de tres integrantes importantes de la familia, los hermanos Kim viven un martirio...
Yoongi Soy yo Yoongi Déjame salir Soy Yoonie Déjame salir
Se despertó bañado en sudor. Recordaba a la perfección la voz en sus sueños, el eco aún resonaba en su cabeza con cada palabra. El sueño fue oscuro, no veía nada lo que si sentía era la brisa fresca golpearle el rostro, parecía real. No estaba solo, la presencia de alguien más lo abrumaba ahora que estaba despierto.
Palpó la cama dándose cuenta de que Namjoon no estaba. La luz que entraba por la ventana daba a entender que era hora de levantarse y el reloj del celular lo confirmó, pasaban de las 10 de la mañana. Se estiró, escuchar el crujir se los huesos eran agradables, su cuerpo ya no se sentía entumecido. Como se había vuelto costumbre se dio ligeras palmaditas en el vientre y luego lo acarició en círculos.
—Buenos días —se dirigió al ser que habitaba dentro de él.
Estar solo le era extraño, no negaría que se acostumbró a recibir la mañana con un rico desayuno preparado por Jin. Por lo general Jin hacia el desayuno y el resto de las comidas las realizaban juntos o se turnaban, para las tareas del hogar era lo mismo.
Bañado y cambiado se dispuso a hacer el desayuno. Cuando lo tuvo listo se sentó a comer en la sala con el televisor encendido. Namjoon salía de casa a las 8 y no le gustaba despertarlo, por lo que no lo veía hasta después de las cinco de la tarde, era el horario que la fábrica se manejaba, aunque el alfa llegaba con trabajo encima, ahora más que nunca trabajaba demasiado para que la fábrica se recuperara de la ruina y poder irse.
Para las once y media de la mañana había terminado de comer, se mensajeaba con su hermano, pero Beomgyu tardaba en contestar, lo que le dio espacio a su mente para recordar el sueño. Era el cuarto día que soñaba lo mismo, la voz cada vez se hacía más presente lo que le ponía ansioso luego de que la chaman le dijera que podrá traer malas consecuencias. Prefería pensar en que tendría la suerte de Taehyung de convertirse en un cambia-formas. La sensación de no estar solo seguía presente.
Dejo el celular de lado, apago el televisor dejando la casa en silencio. Si su lobo quería salir debía ayudarlo. Mentalizo un lobo, no sabía que aspecto tendría el suyo así que imagino a azar, lo imaginó grande, pelaje brilloso y sedoso de un color caramelo o tal vez blanco, o gris, no importaba. Ojos como los de Namjoon sería genial, pensó. Pensó en cada detalle, incluso la manera de caminar, con aquello listo trajo a escena la voz de sus sueños.
"Soy yo"
No podía estar seguro si era la voz o el simple recuerdo. Volvió a intentarlo, debía lograrlo. Cerro los ojos para mejor proyección mental.
Los golpes a la puerta interrumpieron su labor. Abrió los ojos de nuevo, antes de levantarse espero a que tocaran otra vez, así fue. Quitó la llave a la puerta y la abrió ligeramente, afuera Eunwoo lo saludo.
—Namjoon me pidió unos papeles —dijo con la misma falta de expresión en el rostro.
—Pasa —Yoongi abrió la puerta completa.
Lo guio al despacho, Eunwoo se aproximó al escritorio tomando un legajo celeste, vio el contenido asintiendo con la cabeza.
—Es este —mostró el legajo.
—Bien.
—Hable con mi papá anoche.
Yoongi miro extrañado al alfa, no eran amigos la única vez que hablo con él fue cuando caminaron por la aldea. El rostro de Eunwoo se ablando y continúo hablando.
—Le dije que me iría con mi hermana. Entonces dijo que si quería irme tenía que hacer que me desterraran, de lo contrario no nos dejaría ir —explicó en voz baja.
—¿Qué planeas hacer? Tiene que ser grave lo que harías —Yoongi lo miro curioso.
—Mi padre me dio una idea descabellada —dijo entre risas.
No era una risa de nervios era más una risa extraña que se volvió desquiciada, la risa del alfa lo asustó.
—Deberías irte. Namjoon necesitará los papeles —hablo nervioso.
Dio media vuelta caminando de regreso a la puerta principal, Eunwoo lo retuvo tomándolo de la muñeca. Un escalofrío le recorrió el cuerpo ante el tacto, no se giró y tampoco fue girado, permanecieron así por unos segundos. Yoongi pensaba en la manera de escapar de lo que fuera que el alfa estuviera planeando.
La puerta se abrió de golpe, una mujer entró corriendo buscando a alguien, cuando los vio fue hasta ellos. Comprendió lo importante que era mantener la puerta sin llave, lo acaban de salvar.
—La fábrica se incendia —dijo desesperada para volver a salir corriendo.
Eunwoo reaccionó primero yendo tras la mujer, esta vez Yoongi lo retuvo.
—¿Qué hiciste? —le preguntó al alfa.
—Tengo que ayudar —intentó que Yoongi lo soltará.
—Ayudar o escapar —Yoongi lo encaró, estaba molesto —¿esta fue la idea que te dio tu padre?
—Déjame ir —exigió el alfa.
—No voy a dejar que huyas.
—No me iré. Tengo cosas que decirle a Namjoon antes de ser desterrado.
Fue cuando Yoongi cayó en cuenta de que Namjoon debía estar en la fábrica. Se aterro de pensar en que algo malo le pudiera pasar. Deshizo el agarré. Tenía que ir a buscarlo.
—No puedes ir en tu estado —Eunwoo lo detuvo.
—A ti que te importa mi estado si ibas a dañarme —lo empujo molesto.
Lo único en que pensaba era en Namjoon. Al ver que el alfa no lo soltaba pataleo y manoteo, pero eso causo que el alfa lo aprisionara entre sus brazos. Se sintió impotente, las lágrimas de desesperación caían por si rostro. Pataleo de nuevo.
—Suéltame. Tengo que ir —sollozo.
—Yo lo traeré —dijo el alfa.
—Tu provocaste el incendio —lo acusó con los ojos rojos y el ceño fruncido —Hare que te castiguen en lugar de desterrarte.
—¿Seguro que puedes hacer eso? —reto Eunwoo lo que enfureció más a Yoongi —cálmate. Iré por él. Prometo traerlo, piensa en tu bebé.
Yoongi se mordió la lengua. Quería no creerle y al mismo tiempo necesitaba confiar en que traería de vuelta a Namjoon. Asintió y los brazos del alfa lo soltaron.
—Tráelo. Por favor —pidió más calmado.
—Eso hare. No salgas, puedes correr peligro.
Le creyó. Se acercó a la puerta cuando Eunwoo se fue. La fábrica no estaba lejos, el humo se veía desde ahí, la gente corría desesperada tratando de ayudar mientras el solo se quedaba esperando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.