¡¡COMPLETA!!
El matrimonio entre Kim Seok Jin y Lee Taemin es un total fracaso.
Y principalmente para Lee Taemin, que no soporta ni un segundo más estar a lado de una persona "detestable" como él suele llamarle.
Así mismo buscará la manera de no...
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- Esto es una porquería! - caminó con velocidad frente su escritorio y lanzó sus pertenencias sin importarle que se golpearian.
-Bien ahora no es necesario preguntar - Yoongi lo siguió hasta su oficina cuando lo vió llegar todo enfurecido y con una gran mancha sobre su traje.
-Esta vez si se pasó - estába más que enojado.
-¿Ahora que te hizó? - se quedó parado aún lado de él observando a detalle su ropa.
- ¡Me tiro su maldito café sobre mi traje! - gritó.
-No entiendo como es que sigues ahí.
-Pero te juro que esto me las pagará - apuntó con su dedo índice.
-Le has aguantado demasiado Seok Jin.
-Sabía que hoy sería la junta importante para todos en esta empresa, y lo hizó con mayor razón.
-Si yo estuviera en tu lugar, desde el primer día le hubiera dado una patada en el trasero y lo hubiera hechado fuera de mi casa.
-Y solo faltan cinco minutos para que empiece la junta - su cabeza podía estallar en cualquier instante.
-Tranquilo yo puedo ayudarte.
-¿Y como Min? ¿Como?
-En primera deja de gritarme de esa manera - lo señalo - y en segunda yo tengo un traje guardado por aquí, puedo dartelo y así podrás dar la junta.
-¿Estas bromeando cierto?
-¿Tu crees que estoy bromeando? - lo miró con seriedad.
-¿Enserio crees que yo voy a entrar en ese diminuto traje que tienes?
-Oye no seas grosero conmigo, todavía de que estoy tratando de salvarte el pellejo, me sales con esto.
Seok Jin cerro sus ojos en un intento de guardar la calma.
-Lo siento Yoongi - se dejó caer sobre su silla recargando su cabeza en el respaldo - es solo que esto me tiene mal. Si por todo esto, ese contrato no se firma el día de hoy, toda esta empresa que esta a mi cargo, y yo, nos vamos al demonio.
-Oye no pienses eso, eso no sucederá - se acercó a él - por algo estas a cargo de esta empresa, y todo ha salido a la perfección.
-Pero...
-Pero nada - se acercó aún más tomándolo del brazo y lo guió hasta la puerta del baño - entra ahí y quitate todo eso que esta echo un asco mientras yo traigo el traje que esta en mi oficina.
No espero a que mencionara algo cuando ya había cerrado la puerta de su oficina.
El mayor se dedicó a quitar la camisa blanca que estaba cubierta de una gran mancha de café. Y al verla, recordó la discusión con su esposo.
