Capítulo 1

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Las circunstancias de la vida me llevaron al momento donde me encuentro hoy 18 años después de aquel último encuentro entre Luis Ángel y yo. Aquel día fue el final de mi adolescencia y el inicio de mi proceso para convertirme en una mujer a pesar de tener solo 16 años.

Antes de hablar de la actualidad, regresemos a la Jackie de 16 años dándole la noticia a Luis de que sería padre. Lo único bueno de aquella charla fue que no dudó que era suyo, cuando una sonrisa llegaba a mi rostro de alegría, de saber que a pesar de nuestra pésima relación de pareja estaríamos juntos en estos, apareció una silueta con el mismo aspecto que él tras la puerta. Era una de mis compañeras de clase, jamás fuimos amigas, éramos muy diferentes.

Me fui de allí, sin embargo, me siguió, así como estaba hasta la avenida y me dijo que su madre nos ayudaría a cargar con el problema. Algo dentro de mí se quebró duramente al escucharle, respondí que no era necesario, que yo misma me encargaría.

Estuve durante horas vagando por las calles sin saber cómo iba a enfrentarme a lo que tenía entre las manos sola, porque si algo tenía claro es que estaba sola. No quería ni pensar en lo que diría mi adorada familia de esto, lo más probable es que sugieran lo mismo que Luis.

Me hice cargo, se acercaban las vacaciones de invierno y esa fue mi oportunidad, ellos querían irse a casa de unos familiares y yo me quedé sola después de muchas suplicas de mi parte y ellos cansados aceptaron.

Hice una maleta grande acomodando todo para poder llevarme lo máximo que pudiera. Tomé algunas joyas de mi madre y mi abuela para poder venderlas más las pocas que tenía. Agarré mis documentos de la oficina de mi padre y algo de dinero que tenía en un cajón y me fui sin dejar rastro, solo con una carta pidiendo disculpas por haber tomado las joyas y el dinero.

No negaré que fue difícil. Sobre todo, hasta obtener la mayoría de edad, sin embargo, Dios aprieta, pero no ahorca, siempre había un rayo de luz que me indicaba que siguiera, que lo lograría y aquí estoy.

Mi hija Janisse es lo más valioso que tengo, o más bien lo único que tengo en la vida junto a mi única amiga Beatriz, Triz de cariño. A pesar de las carencias que tuvimos al inicio, creo que he logrado mi propósito desde que supe que mi niña era una realidad: ser una madre diferente a la que tuve.

De pequeña no tuvo lujos ni quizás todos los juguetes que pudo haber deseado, pero el amor, la contención y una madre en todo momento, nunca le faltó y eso es algo que me repite a diario. Es demasiado inteligente para mi propio bien y a veces me pregunto si le he dado todo lo que ha necesitado.
Triz dice que me desacredito demasiado, que hice un excelente trabajo con Janisse desde que nació, ella ha estado desde el inicio, fue la niñera de mi hija cuando yo tenía que salir a trabajar, se convirtió en un apoyo y mi mejor amiga con el pasar de los años.

—La mayoría del tiempo te encuentro siempre igual. Si no estás trabajando estás pensativa. ¿En qué piensas esta vez o debo preguntar en quién? —La voz de Triz me saca de mis pensamientos. Sonrío ante sus preguntas. Desde Luis no ha habido un quién en mi vida.

—Nada diferente, amiga. Lo mismo —suspiro. Mi mente vive en el pasado. A veces me pregunto qué fue de ellos, de Luis Ángel, de la única amiga que tenía en el colegio y de mis padres y mi abuela. Ni ellos me buscaron ni yo a ellos. Supongo que me habrán olvidado.

—Ya todo eso debes dejarlo atrás —me repite como muchas veces —. Estás aquí, tranquila, con una hija hermosa por quien lo has hecho todo y has criado muy bien. — Ella niega con la cabeza —. Aún recuerdo aquella noche que Janisse se enfermó y te corrieron del trabajo por tener que irte. Su bronconeumonía y luego sus ataques de asma, la hicieron dependiente de los medicamentos y tú luchaste, conseguiste un empleo y pagaste lo que tu hija necesitó y ha necesitado hasta el sol de hoy.

Aquellos momentos que mi amiga me recuerda fueron los más complicados que tuve que vivir. Nunca me rendí, pero había momentos donde las circunstancias me hacían sentir derrotada, fue gracias a Triz que no permitió que sintiera esa derrota. Siempre estaba a mi lado para alentarme, diciendo que las pruebas de la vida nos hacen muy fuertes y vaya que a mi si me hizo serlo.
Hay días donde pienso que tan diferente hubiese sido todo si Luis se hubiera quedado conmigo para hacerse cargo, no digo como pareja, porque lo nuestro estaba más que roto, pero quizás como amigos por el resto de la vida que comparten un lazo inquebrantable como lo son los hijos, pero llegue a la conclusión que hubiese sido tan difícil o quizás más como fue el criar a Janisse sola.

Si eso hubiera pasado yo seguiría en casa de mis padres, teniendo que recibir los constantes regaños por mi decisión, porque esa fue la razón por la que me fui, no iba a tolerar eso y tampoco quería que mi hija se criará en un ambiente como en el que viví yo toda la vida. Mi pequeña con ese carácter, no hubiese sido feliz como lo ha sido desde niña.

Cada día que pienso en lo mismo me convenzo más que todo lo que hice fue la mejor decisión. No solo para mí, sino para Janisse también, que, de ser diferente, no fuera la joven risueña y feliz que es hoy. Yo he intentado criar a mi hija sin tantas prohibiciones como sucedió conmigo y lo he logrado. Mi hija confía en mí, le he enseñado eso desde siempre. Yo nunca la iba a juzgar, siempre iba a buscar una solución por muy grabe que fuese el problema. 

—Estoy aquí, cariño —dice, haciendo señas con las manos para que le preste atención.

—Estoy contigo, hermosa —respondo cruzando mis dedos atrás ante la pequeña mentira.

—A mí no me engañas, Jackie. Es momento de que salgas al mundo. —La miro como si se hubiera vuelto loca —. Estoy hablando en serio, te mereces vivir todo lo que hasta hoy no has podido.

—No digas tonterías, Triz. Mi vida es esta que vez y es todo lo que necesito —digo con seguridad.

Decidí publicar los tres capítulos de esta semana, es decir, hasta el capítulo 2 para que vayan conociendo a l

¿Cómo Ella? ¡Ninguna!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora