Capítulo 27

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Ahora sí, ya no puedo tener dudas de que el maldito cumplió su palabra. No le importo pasar por encima de mí y mucho menos le preocupó el daño emocional que le puede causar a Janisse. Como siempre, me demuestra lo patán que puede llegar a ser cuando se lo propone de la misma forma que lo hizo cuando éramos jóvenes. Solo espero que Janisse haya sabido afrontar lo que sea que le haya dicho.

Sé que se lo dijo. Yo no tengo ningún secreto con Janisse además de ese. Se dejó llevar por sus celos ridículos que no tienen ni pies ni cabeza, pero esta vez no soy la jovencita perdida de 16 años, soy una mujer y no dejaré que su actitud infantil dañe mi relación con mi hija.

-Hija, ¿qué fue lo que te dijo Luis Ángel? -Necesito saberlo. Necesito que me diga todo lo que le dijo para poder explicarle a ella todo de la mejor manera posible. No dejaré que la confunda sin contemplación o tan siquiera que se haga ideas equivocadas de mí porque sé que ese es el objetivo de Luis.

-¿Él? No demasiado. Solo mencionó que tú tienes algo importante que decirme sobre ti y sobre él. Es tema es que no entendí el por qué los unió a ustedes en la misma línea sí supuestamente estas saliendo con mi jefe -dijo de forma despectiva, dando por sentado que las palabras de un desconocido para ella son reales. Eso me enoja de sobremanera. Me levanto de mi asiento para encararla como nunca lo he hecho.

-Niña, respétame -dije levantando la mano por su insinuación, pero Debrain detuvo mi mano. Lo miro en agradecimiento. Me iba arrepentir de haberlo hecho, aunque la sola acción de levantar la mano hizo que Janisse se halla quedado anonadada.

-Vaya, en 18 años jamás habías intentado levantarme la mano -afirma la realidad, decepcionada, pero más lo estoy yo al ver que solo unas buenas palabras maquinadas han hecho que ella piense eso de mí.

-Sé que no debí hacerlo, pero no puedes creer en las palabras de un extraño en vez de venir a preguntarme. Has dado por sentado una situación que sabes que no lo haría.

-Madre, yo -dice arrepentida al escuchar mis palabras, dándose cuenta lo mal que lo hizo.

-No, Janisse. -No puedo seguir siendo condescendiente con ella, porque en algo tiene razón acerca de lo que me dijo en el colegio, si la mantengo en una burbuja no aprenderá y entonces estaría haciendo un pésimo trabajo -. Siempre hemos tenido una relación muy unida. Hemos sido nosotras y Triz contra todos. Me conoces muy bien y me duele que hayas creído algo así de mí. -Esa es la verdad. La única persona en este mundo capaz de dañarme es ella. La quiero demasiado y es imposible hacer que no duela.

-Es solo que... -sigue buscando justificarse y no.

-Nada, Janisse. Sin embargo, le creíste. Ahora, es momento de hablarte de algo que espero que tomes con la madurez necesaria -digo a pesar de estar muerte de miedo, pero es necesario hacerlo de una vez -. Luis Ángel supo manipularte como supe que lo haría. Simplemente, tuve la confianza en que no le creerías y vendrías a preguntarme, no acusarme como lo hiciste y menos delante de tu jefe.

-No te preocupes, Jackeline. No pasa nada y no cambiara nada entre nosotros -afirma, interviniendo por primera vez.

-¿Ya son pareja? -indaga.

-En eso estamos, Janisse. Tú madre me interesa mucho. Para algo serio. No somos niños para jugar a juegos de seducción, pero esa conversación será en otro momento. Ahora lo importante es que confíes en tu madre, escuches lo que tiene que decirte y, sobre todo, entiendas sus razones.

-No quería que presenciaras esto, Debrain -le digo y él asiente, entendiendo. Amo que sea tan comprensivo en todo momento. Es demasiado perfecto para mi propio bien.

-No te preocupes. Ahora las dejo. Necesitan una charla madre e hija -dice para luego acercarse a mí y sin importar que este Janisse delante me da un corto beso en los labios.

Observamos cómo se va mientras ambas guardamos silencio. Debrain sale de la casa y entonces por la puerta entra Triz. En cuanto nos ve, nos fundimos en un abrazo de tres. Realmente lo necesitábamos. Llevamos días sin vernos y han sucedido demasiadas cosas que ella no tiene ni idea.

-Pero, ¿qué sucede aquí? -pregunta al ver nuestras caras y sobre todo la de Janisse. Está llorando por las cosas que le dije.

-Ha habido algunos problemas y hoy hemos tenido algunas diferencias -resumo lo más que puedo.

-Madre, lo siento -se disculpa-. No quise referirme a ti de esa manera. -baja su mirada, avergonzada -. Es que sus palabras me dejaron muy confundida. -Eso no tiene ni que decirlo, pero, aun así, no justifica su insinuación.

-Eso es precisamente lo que buscaba hija y lo logró. Ahora, no me pidas perdón. Eres joven y él supo envolverte. Solo quiero que no me odies por lo que vas a saber ahora. -No puedo evitarlo, si con solo un juego sencillo le hizo pensar que ando con dos hombres a la vez, no debo sorprenderme ahora. Sencillamente no sé qué esperar, no sé qué reacción pueda tener y cómo le va afectar lo que voy a decirle, lo único que no pienso permitir es que ella se aleje de mí.

-Tu hija nunca te odiaría, Jackie. ¿De qué hablas? -vocifera Triz, molesta ante mi afirmación. Es que ella no estuvo aquí.

-Apareció, Triz -la miro, a ver si se da cuenta y cuando lo hace, abre sus ojos y nos mira a las dos.

-¿Quien apareció, mamá? ¿Tía? Hablen cualquiera de las dos -habla Janisse, molesta del juego de palabras que tenemos frente a ella.

-Tu padre, hija. Apareció tu padre -La mirada de Janisse es de shock, sin embargo, también inexpresiva.

-¿Quién es? ¿Dónde está? -No sé de donde saqué la locura de que ella no querría saber nada de él. Como quiera q sea, es su padre y quiere conocerlo, aunque ya lo hace.

-Está muy cerca de ti, hija mía. Tu padre es Luis Ángel -Ahora si su rostro de sorpresa, no pudo disimularlo.

¿Cómo Ella? ¡Ninguna!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora