Sus palabras logran calmarme por momentos. Aunque quiera, sigo sin confiar en él al cien por ciento. Con respecto a su decisión del pasado, no siento que deba perdonarle, a quien debe pedirle esa disculpa es a Janisse que fue quien creció lejos de él por su decisión.
—Ese perdón es para Janisse. A mí no me debes nada —Parpadea repetidamente.
—Siempre fuiste así. Ni los años han cambiado eso de ti. Jamás fuiste una chica que guardara malos sentimientos en el corazón. —Sí, a pesar de todo, logró conocerme un poco —. Espero que nuestra hija se parezca a ti en ese aspecto.
—Eso tendrás que descubrirlo cuando ella sepa que has regresado. Has dado tu palabra que me darás tiempo. Espero que hayas alcanzado la madurez suficiente para no venir en dos días a presionarme con el tema —hablo con seguridad por cosas sucedidas en el pasado.
—No sucederá —asegura y yo asiento.
Salimos de mi habitación sin que nadie se dé cuenta y tomamos rumbos diferentes a petición mía a pesar de que vamos para el mismo lugar. Llegamos al set y veo como a Janisse la están maquillando y peinando las estilistas. Los ojos de Debrain buscan los míos, sin embargo, evito que logren conectar, no deseo tener la conversación de mi comportamiento en este momento.
Durante toda la filmación del comercial Luis no para de alagar el protagonismo de Janisse en el mismo. Intercambia palabras con Debrain quien está tenso y aunque quiero acercarme, me limito de hacerlo.
Cosas como estas son difíciles de creer. He pasado de estar casi dos décadas solas, a tener dos hombres pendientes de mí. No sé con qué intenciones viene Luis, solo sé que no se separa de mí. Está constantemente a mi alrededor, no importa cuánto intente alejarme de su presencia, busca la forma de seguir a mi lado de forma sutil.
A la hora de almuerzo el comercial y termina y espero a Janisse para ir almorzar juntas. Fueron pocas tomas las que fueron necesarias repetir. Mi hija se aprendió todo muy bien y los fallos fueron muy sencillos, pero aun así tuvieron que hacerlo.
—Janisse, me ha encantado tu trabajo —le dice Luis apenas llega a nuestro lado. Los ojitos de mi tesoro se iluminan ante las palabras de su padre y jefe.
—Muchas gracias, señor —responde, ilusionada.
—Nada de eso, linda. Puedes llamarme Luis Ángel —le da una sonrisa. Se quiere ganar a mi hija con adulaciones. Ruedo los ojos, pero no puedo cuestionar sus formas de acercarse a ella. No voy a interferir en eso.
—De acuerdo, Luis será.
—Me encantaría que grabes otros comerciales de mi empresa. Eres perfecta.
—Ese tema debe coordinarlo con Debrain. De esos temas se encarga él —responde mi hija sin aceptar ni negarse a su propuesta. Muy inteligente de su parte.
—Eso no es necesario. Puedes hacerlo por tu cuenta. La propuesta es para ti.
—No. Debrain fue la persona que me dio una oportunidad. Gracias a él estoy aquí. Me ha ayudado y enseñado demasiado y yo quiero seguir aprendiendo de su mano.
—Muchas gracias, Janisse. Me hace feliz que sientas que te apoyo en tu trabajo. —No nos dimos cuenta que llegó justo en ese momento de la conversación.
—Ni lo menciones, Debrain. En la vida hay que ser agradecida. Mi madre me lo ha enseñado toda la vida — dijo con orgullo en su voz.
Tras esa conversación, nos fuimos almorzar. Agradezco que ninguno de los dos haya sugerido acompañarnos porque para mí sería imposible negarme.
Pasamos una agradable tarde de madre e hija en el cine que tiene el hotel. Hoy se estrena una nueva película que Janisse esperaba desde hace tiempo.
La película es un romance con un toque de humor que logró sacarme varias sonrisas durante las dos horas que dura la película. Eso me ayudado a olvidar todo lo sucedido hoy.Todos estamos de pie, aplaudiendo con el bello final de la película. Al parecer, todos quedaron satisfechos y no hubo ninguna crítica destructiva.
—Me encantaría un final como ese para ti —grita mi hija en medio de la ola de aplausos que no se detiene. Se refiere al casamiento que fue el final —. Sería hermoso vivir ese momento a tu lado.
—Lo haremos, mi amor. Dentro de unos años cuando te cases bien hermosa —rueda los ojos.
—Sabes bien que hablé de ti y no de mí. Estoy muy joven para casarme. Necesitas un novio mamá y por suerte para ti, tienes dos pretendientes —Se burla de mí mientras caminamos a la salida del cine.
—¿Te apetece ir un rato a la playa? —intento cambiar de tema y Janisse se cruza de brazos.
—Sí. Si quiero ir a la playa, pero no te salvarás de mi pequeño interrogatorio.
Bueno, al menos por unas horas, dejará el tema. Subimos a nuestras habitaciones a cambiarnos por el traje de baño y nuestras cosas para ir a la playa.
La playa no está muy llena. Eso se debe a que todavía no es época de verano y durante este tiempo todos están trabajando que es realmente el motivo de nuestro viaje.
Janisse se toma fotografías de muchas formas diferentes y llega el momento donde yo tengo que oficiar de fotógrafa luego de un pequeño tutorial pues no se usar su teléfono que es mucho más moderno que el mío. Terminamos tomándonos fotos juntas que ella sube a sus redes sociales.
—Madre, estas causando más sensación que yo en mis redes —Me sonrojo por completo —. Si te creas tus redes sociales, arrasas. Mira esto —acerca su teléfono a donde estoy —, dice que si eres modelo, que parecemos hermanas.
—Bueno cielo, hay muchas hermanas que se llevan 17 años. No es raro. Las personas siempre piensan eso.
—Es la primera vez que te tomas fotos conmigo para subir a Instagram. Si no te gustará tanto diseñar ropa, puedes ser hasta modelo.
—Hija, ¡estás loca! Las agencias piden chicas jovenes, como tú. A mí no me gusta el modelaje, pero estoy demasiado vieja para esas cosas.
—Bueno mami, eso solo lo piensas tú. Porque entre mis amigos, mis followers en Instagram y la atención de dos papacitos empresarios, creo que, si alguien se equivoca, eres tú —Ya caímos de nuevo en Luis y Debrain. Que facilidad la de esta niña.
—No lo vas a dejar por la paz, ¿cierto? —Ella niega, riendo.
—Bien, ¿qué quieres saber?
—Sobre Luis. Cuando Debrain nos presentó, todos nos dimos cuenta que se conocen y que hay algo más porque te fuiste apenas intercambiamos algunas palabras.
—Fue solo la sorpresa del momento, mi amor —No es momento de hablar la verdad aquí. Prefiero que disfrutemos y buscar otro espacio para esta conversación tan complicada.
—Fuimos compañeros de colegio, cariño. Desde que me fui no había sabido de ninguno de mis compañeros y verlo de nuevo, me sorprendió, eso es todo —Janisse me mira buscando a ver si hay algo más y parece no encontrarlo.—Vale. Lo entiendo. Sin embargo, es algo bueno —la miro sin entender —. Claro, mamá, tienes la oportunidad de recuperar el contacto de la que fue tu mejor amiga en aquel momento.
—Sí, cielo. Tienes razón.
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¿Cómo Ella? ¡Ninguna!
Literatura FemininaJaqueline Villegas se convirtió en madre a los 16 años por culpa de la inexperiencia y los tabúes de sus padres que nunca hablaron con ella del tema. Como era de suponer, el jovenzuelo que la embarazó, se esfumó del mapa dejándola con el gran proble...