Capítulo 22

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Narra Debrain

Al tercer día que noté que Jackie no había hecho el intento de comunicarse conmigo fue una decepción para mí, sin embargo, decido pensar que por enésima vez son sus dudas las que la hacen accionar de esa manera.

Estuve esas 72 horas solo pensando en ella. Ya es difícil concentrarme en mi trabajo cuando ella ocupa mis pensamientos y solo quiero ser un bicho para meterme en su mente y saber qué es lo que piensa, que es lo siente y hasta donde estaba dispuesta a llegar.

Esa maldita reunión cuando llegamos de Cancún estropeó mis planes y me obligó a dejarla ir con un gran cliente, pero que ahora mismo, se ha convertido en mi enemigo solo por estar mirando a mi mujer.

Mi mujer.

Esa frase es solo para mí. Así la siento. Es lo que quiero desde que la vi. ¿Han sentido ese flechazo de saber cuándo alguien es el indicado con solo verle, con solo hablarle? Eso sentí yo cuando vi a esa castaña de ojos azules impedir que aquel ladrón escapara con un bolso robado. Fue como si cupido me hubiera enviado justo ese día a comprar el dichoso regalo para el cumpleaños de un amigo y que me flechara en ese mismo momento.

El mundo en el que me muevo por mi trabajo es muy beneficio, con las palabras correctas, logras abrirte muchas puertas para los negocios, pero como todo, tiene su parte mala, el interés es uno de ellos. Desde que comencé el negocio he visto muchas mujeres interesadas, hombres en ruinas a causa de arpías sin escrúpulos y por bueno o malo, las huelo donde quiera que las vea.

No niego que estuve un tiempo en ello. Lo que siempre tuve claro es que jamás dejaría que ninguna de ellas entrará en mi corazón. Como mismo sabemos cuándo alguien es bueno debemos saber cuándo es malo. Compartí camas de hoteles vacías a pesar de que en ella estuviéramos nosotros y siempre esperando más, no les importaba lo que fuese, una gala, la apertura de un bar, un restaurante, una celebración de mi empresa, pero esas atribuciones jamás las permití. Todo quedaba de cuarto adentro.

Con Jackeline lo busqué, busqué ese rastro de interés que veía en todas. Esa malicia de desear más de lo que tiene, sin embargo, nunca lo vi y supe que ella es real, autentica. Creo que ese es el motivo principal por el cual le dije que sabía que volveríamos a vernos tarde o temprano. No me equivoqué, la misma vida nos quiere juntos y yo haré que suceda.

Por eso sigo aquí, porque dentro de mí siento que mi lucha valdrá la pena. Veo una mirada pura a pesar de ser una mujer de 34 años. Eso es algo que no se ve todos los días. Vive sencilla y trabaja por ella y un mejor futuro para su hija en algo que solo le da dolores de cabeza.

Cuando llegué a su casa me sorprendió el recibimiento tan tosco que me dio. Eso si no pensaba permitirlo. Ella no puede tratarme mal por haber tenido un mal día. Lo que nunca pensé fue que la rabia me dominara de tal manera que acabáramos teniendo sexo en el sofá

El sofá es bastante pequeño para nosotros, por lo tanto, ella está sobre mi cuerpo, en silencio y eso me alarma. Como siempre que algo pasa, me siento perdido. Sé que tanto tiempo sola influye. A lo mejor se equivocó con el padre de Janisse y eso condicionó a que nunca se diera una oportunidad con otro hombre y al menos el ver que lo intenta conmigo, dice algo, ¿o no?

Solo necesito que me lo diga, lo que pasó hace un rato me da buenos indicios de que verdaderamente quiere darse una oportunidad conmigo después de tanto tiempo, pero a pesar de los hechos, necesito la seguridad que sus palabras me pueden brindar.

—Tierra llamando a Jackie. —Muevo mi mano frente a su cara para sacarla de donde quiera que su mente esté.

—Estoy aquí. —Cubre su rostro con sus manos después que sus ojos y los míos hacen contacto.

—¿Te arrepientes de lo sucedido? —le pregunto algo temeroso.

—No, solo —hace una pausa —no sé qué sigue ahora. —Suelta un largo suspiro y vuelve acomodarse sobre mi pecho, acariciándome.

—Quiero, necesito que hables conmigo, que me digas que sientes ahora, que sientes por mí, que esperas de esto, de nosotros —le pido.

—No me arrepiento de lo que pasó aquí —reitera —. Quiero esto, quiero vivir a tu lado esto que estamos sintiendo. Por primera vez me siento viva, pensé que estaba muerta como mujer por dentro y llegaste tú y ese pensamiento desapareció. Yo quiero estar contigo, eso es todo lo que puedo decirte. —Baja su mirada, la tomo y le dio un tierno beso.

—Con eso es suficiente —le digo —. Solo necesitaba escucharlo. Tu cuerpo no necesitó palabras. Tu entrega fue más que suficiente. Fue maravilloso estar juntos. Fue tan —me mira atenta —indescriptible, que nunca se sintió tan real.

—A que te refieres cuando dices que nunca se sintió tan real.

—Que fue natural nada sobreactuado solo por quedar bien —ella parpadea.

—Supongo que hablas de que las mujeres fingen, ¿no?

—Sí, pero la forma en que fingen es muy notoria. Sé que muchas mujeres lo hacen por razones personales, no me refiero a eso, me refiero a las que fingen un interés que no sienten por conseguir algo a cambio.

—Ahora entiendo —asiento —. Siento mucho que hayas tenido que pasar por eso.

—En mi mundo, la gran mayoría de las personas se mueven por las apariencias.

—Menos mal que no pertenezco a ese mundo. Yo no podría hacerlo. Siempre me decían que era demasiado transparente, era muy difícil decir mentiras porque se daban cuenta por lo mal que se me da.

—Eso es bueno. Pude darme cuenta de todas esas cosas cuando te conocí y luego cuando hablamos por Janisse.

—Vaya —exclama.

—Me gustaría, que iniciemos una relación formal

Cuando está por responder escuchamos un auto estacionarse. Ambos nos miramos y Jackie se levanta muy rápido de encima de mío. Me hace gracia, parece que somos dos adolescentes a los que los padres los van a pillar en una travesura. La voz de Janisse se hace notoria y Jackie me hace una seña para que me levante y suba a su cuarto. La sigo sin decir nada.

—Mamá —escuchamos la voz de Janisse que grita a su madre al no verla —, necesito que hablemos, ¿dónde estás? —Ella me mira asustada e intento darle una mirada conciliadora, pero no lo consigo.

¿Cómo Ella? ¡Ninguna!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora