Epílogo

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Desde la noche que me reconcilié con Debrain, todo ha sido como emprender un vuelo a la felicidad que no tiene fin. Estar con él cada día es un nuevo paraíso del que no quiero salir. Me siento radiante de felicidad porque todo lo que una vez quise, ya lo tengo.

Mi hija se graduó de bachillerato sana y salva para la tranquilidad de todos. La seguridad salvó a Janisse varias veces, y pensar que defendí a ese muchacho, me mostró una persona completamente diferente a la que es de verdad.

Cuando tuvimos la charla sobre su universidad, Luis Ángel la sorprendió diciéndole que ella puede ir a la universidad que desee, que ya no debe de preocuparse por el dinero porque se haría cargo de ello. Esa fue la primera vez que Janisse abrazó y besó a su padre. Luis se emocionó mucho, aunque no le llamaba papá aún, aquello es un avance.

Lucas seguiría trabajando, pero se uniría a Janisse en la universidad para estudiar arte y fotografía, mientras mi hija estudiaría periodismo. Gracias a su trabajo con Debrain, descubrió que le gusta brindar información como en los comerciales, que se maneja bien frente a cámaras y eso es lo que desea hacer en un futuro.

Ahora mismo estamos de vacaciones. Janisse salió a sus vacaciones de verano y yo dejé toda una línea de temporada preparada para llevar a las telas, por tanto, mis jefas me dieron bandera blanca para este viaje.

Hemos vuelto al inicio de todo, Cancún. Aquí fue donde Janisse y yo viajamos para su primer trabajo, fueron los primeros acercamientos entre Debrain y yo, fue cuando Luis Ángel apareció en nuestras vidas.

Estamos aquí todos. Ya la relación de Triz y Luis no es un secreto. Janisse, a pesar de los miedos de Triz, se puso muy feliz. Le dijo a su padre que no había mejor mujer que lo ayudará que mi mejor amiga. Solo ellos entendieron de que hablaban.

Hemos venido a dar un paseo en yate, cortesía de Debrain para ver la puesta de sol desde más cerca. El mar está tranquilo. Las olas se mueven suavemente dándome una gran sensación de paz.

—Estoy feliz, amiga. —Miro a Triz con una sonrisa.

—Al fin encontraste al hombre de tu vida. Siempre supe que llegaría.

—Sí. Solo que no pensé que fuese así. Sin embargo, no lo cambiaría por nada.

—Mira papá, un delfín —grita Janisse logrando que todos nos quedemos en silencio.

Luis Ángel derrama lágrimas de felicidad al ver su sueño realizado. Siempre supe que tarde o temprano Janisse lo haría. En este tiempo, un cariño paternal ha surgido entre ellos. Mi hija lo quiere, se preocupa por él y yo no puedo estar más feliz.

—Mi niña hermosa —la carga como pluma y besa todo su rostro como si de una niña pequeña se tratara —Gracias, mi amor.

—No hay nada que agradecer, papi. Siempre te voy a querer. A ti también mamá, nada de celos —dice abriendo su otro brazo, para que me una a un abrazo de padres con su hija.

—Bueno, familia —Debrain llama la atención de todos después del momento que acabamos de vivir —. Este paseo tiene un motivo. Sé qué para Jackie todos ustedes son importantes, son su familia y ahora también son la mía. Luis, no pretendo ocupar tu lugar, solo espero que para Janisse, haya un lugar en su corazón para mí —ella asiente, emocionada —. Quiero que aquí, frente a todos —dice tomando mis manos. El sol está a punto de perderse en el horizonte —, quiero pedirte que Iniciemos una vida juntos, un hogar, que vengas a vivir conmigo, que construyamos juntos nuestro nido de amor —Lágrimas de felicidad nublan mi vista mientras todos chillan y aplauden de felicidad —Por supuesto que Janisse es bienvenida también.

—Gracias —responde mi hija —. Bueno mamá, Respóndele que lo tienes nervioso —Se burla.

—¡Sí! ¡Por supuesto que sí! —Me lanzo a sus brazos y termino sobre su cuerpo, besándonos en los primeros minutos del anochecer. 

...

Las vacaciones habían terminado y estamos recogiendo todo de nuestro pequeño departamento. Debrain me tiene una sorpresa esta tarde. Janisse estará con Lucas el cine por tanto aprovecharemos la tarde y la noche.

—Estas hermosa. —Me abre la puerta de auto, al tiempo que me da un casto beso.

—Gracias, amor. Tú estás muy elegante. ¿A dónde vamos?

—Ya lo verás. Mientras, colócate esto. —En su mano veo un pañuelo de seda muy suave al tacto.  ¡Qué misterio!, sin embargo, obedezco.

Escuchamos música en la radio durante un buen rato. El camino fue bastante largo, aunque llegó un momento en que no se escuchaban los carros en las calles. Estas parecían estar desoladas.

Debrain me ayudó a bajar del auto, no veía nada y siento que si doy un paso caeré, por tanto, el me ayuda.

—Sube. —Mis sencillos tacones repiquetean en un suelo que parece ser de mármol por el ruido.

Lentamente, retira la venda de mis ojos. Cuando se adaptan nuevamente a la luz, observó fascinada mi alrededor. No me lo puedo creer.

—¿Qué es esto?

—Nuestra nueva casa, mi vida. Nuestro nido de amor. El lugar donde seguiremos amándonos.

—Eres el mejor —digo, admirando la vista tan maravillosa que nos rodea.

—¿Quieres conocerla? —me pregunta. Eso sobra.

—Claro que sí.

Entramos y veo las paredes pintadas de blanco. Nos recibe una gran sala, en la esquina, veo las escaleras como si esto fuera las escaleras de un palacio, del lado contrario de la misma, hay otra puerta que deduzco es la cocina, pero lo que llama mi atención es otra cosa.

—Está vacía —afirmo. No hay un adorno, una foto, un mueble, nada.

—Tú serás quien ponga esta casa como la casa ideal donde siempre has querido estar. Es tuya y puedes decorarla y comprar los muebles que más te gusten.

—Gracias por este regalo, mi amor.

—Haría lo que sea, por verte feliz. Ahora, solo eso nos queda, vivir para ser felices juntos.










¿Cómo Ella? ¡Ninguna!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora