—¿Cómo dice? —El mundo cae a mis pies.—Tranquila. Los resultados dieron otra cosa. No tiene cáncer. —Vuelvo a respirar—. Lo que Janisse padece de ovarios poliquísticos. Observe —nos señala en la pantalla, pero la verdad, es que no entiendo mucho. Yo solo veo una pantalla en negra.
—¿Qué prosigue?
—Una pequeña operación para retirar el quiste. Normalmente se mandan pastillas para que desaparezcan por sí solo, pero existe la posibilidad de que la pastilla no le asiente y por ende no lo eliminé. La mejor opción, es la intervención quirúrgica. También, qué viendo aquí, el quiste que tiene posee un tamaño superior a los 8 centímetros.
—¿Mi hija corre algún riesgo?
—No, señora. Janisse estará perfectamente —asegura la mujer.
—De acuerdo.
—Eso sí. Cuando se recupere por completo, debe de venir hacerse chequeos y ponerse en control. Debe cuidarse, es muy joven y los embarazos no deseados en adolescentes son recurrentes. Estoy segura que encontraremos un método eficaz para ella.
—Así será.
—Iré a preparar todo para la operación. Deberá quedarse al menos esta noche.
—Bien, iré hacer una llamada —la doctora asiente y sale. —Todo estará bien, cariño.
—Sé que sí mama. Contigo a mi lado, sé que voy a estar bien. —Beso su frente y salgo.
Mientras llego a la recepción, marco el número de Triz. Se demora bastante en responder. Espero que no este ocupada.
—Hola, nena.
—Cariño, ¿estás ocupada? Tardaste en responder —hace silencio—. ¿Triz?
—En nada que no pueda posponer. ¿Qué necesitas?
—Estoy en el hospital con Janisse.
—¡Qué dices! ¿Qué sucedió?
—Janisse tiene retraso en su período y como ya empezó a bailar sobre el perrito, la traje para descartar un embarazo.
—¿Lo está? Estos niños que no dicen nada a tiempo.
—Ya la regañaras luego. Estoy segura que no volverá hacerlo.
—Si no está embarazada, ¿por qué siguen en la clínica?
—Tiene quistes y van a operarla.
—Joder. Voy a buscarte ropa en casa. De seguro la dejan esa noche en observación. Es una operación sencilla, pero requiere cuidados.
—Sí, ya me explicó la doctora.
—Vale, cariño. Estaré allí pronto.
—Ahora voy a llamar a Luis y luego a Lucas.
—Eh, no hace falta. Yo llamo a Luis y tú avísale al novio de Janisse. —Su propuesta resulta extraña, pero no le doy importancia.
—Vale, como prefieras. Gracias por todo.
—Ni lo menciones.
Cuelgo finalmente la llamada con mi amiga para buscar el número de Lucas entre mis contactos. Al contrario de Triz, este chico responde al segundo tono.
—¿Jackie? —responde a modo de pregunta.
—Sí, soy yo. —Puedo imaginar su sorpresa. Nunca lo he llamado, aunque le pedí el número a Janisse hace un tiempo. Mi hija se olvida del celular cuando esta con su novio.
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¿Cómo Ella? ¡Ninguna!
Chick-LitJaqueline Villegas se convirtió en madre a los 16 años por culpa de la inexperiencia y los tabúes de sus padres que nunca hablaron con ella del tema. Como era de suponer, el jovenzuelo que la embarazó, se esfumó del mapa dejándola con el gran proble...