➤Prólogo

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Los Yoon eran una familia conformada estrictamente por alfas. Yoon Yesung era el padre de cuatro hombres alfa, Yahír, Yeno, Yinn y Yohan.

Yahír y Yeno siendo los mayores y además gemelos, mientras que los dos restantes eran menores por solo un año, la casa estaba llena de alfas.

Oh, sorpresa, también había una omega, Yoon Yangtae.

Yangtae es la menor de cuatro hombres, también es la omega más hermosa conocida en su clan, por ende, la más deseada entre todo hombre alfa que la ve pasar, posee unos ojos grandes y brillantes del color del sol, cabello largo y negro que cae en ondas sobre su espalda, piel blanca y mejillas rosadas.

Yangtae parece una muñeca de porcelana.

—¿A dónde vas?

Ajustó el listón rojo que por alguna razón amaba usar, era el único accesorio que acompañaba su cabello para mantenerlo en su lugar. Yangtae sonrió a Yahír.

—Al mercado— le enseñó la cesta— nos hace falta tomates, cebolla, leche, pan.

El mayor asintió.

—Que Yeno vaya contigo.

—No es necesario, es cerca— volteó los ojos— a quince pasos.

—Que Yeno vaya contigo, Yang.

El mencionado gemelo apareció, bajando los escalones y tomando la canasta de sus manos, amplió los ojos y señaló el camino.

—Voy detrás de tí.

Era lo mismo cada día, no podía ir sola a ningún lado porque podía ser peligroso, los otros alfas eran malos y terminarían aprovechándose de ella al primer descuido y por supuesto que ella tenía cuatro hermanos que no permitirían que cualquier aparecido le colocase un dedo encima.

Así que no tenía otra opción más que resignarse.

—Ya sabemos que no te gusta mucho nuestra compañía, Yangtae, pero aplicarnos la ley del hielo es un poco excesivo.

—No me molesta la compañía— observó la pila de manzanas verdes en el primero puesto en toda la entrada al mercado, se veían brillantes y deliciosas— me molesta que crean que es muy difícil para mí realizar tareas tan simples como esta.

Tomó seis, tres verdes y tres rojas, pagando inmediatamente después de ser empacadas, agradeció al hombre que le atendió y la bolsa fue a la cesta que Yeno cargaba.

—Sabemos que no es difícil.

—¿Entonces?

—Simplemente es peligroso para una omega soltera andar por ahí sin alguien que la cuide— se colocó de pie en las puntas de sus pies, buscando dónde podía comprar los tomates y cebollas— al fondo a la izquierda.

—Ahora te enorgulleces porque no soy tan alta como tú.

Soltó una risilla grave, casi perezosa.

—No dije nada, Yang.

—Supongamos que es cierto— retomaron el paso y el tema anterior— que es peligroso para mí caminar sola, llegará un día en el que tendré que hacerlo por mi misma.

—Espero que no, si te casas con un buen sujeto, este sabrá que no puedes ir por ahí sin protección.

—Eres imposible.

El problema radicaba en que Yangtae no podía ver lo que sus hermanos sí, ellos conocían a su raza, sabían y notaban el hambre de omega que tenían y como trataban con pésimo disimulo de acercarse para poder olerla.

MOON WOLVES❞ ksj;knj [1 Y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora