MOON WOLVES❞ ksj;knj [1 Y 2]

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—Kang-Dae— el menor levantó la cabeza y el cuerpo igual apenas fue llamado por su padre Seokjin— termina de alistarte, saldremos todos juntos.

Abrió la boca, su mandíbula casi tocando el suelo.

—¿De verdad?

—De verdad.

—¿Podemos ir al cine?

Asintió.

—Iremos al cine, avisa a tus hermanos.

—Corriendo voy.

Y se fue literalmente corriendo por toda la casa escaleras arriba. Namjoon se estaba encargando de avisar a Yangtae para que ella también se sumara al plan aunque esa mujer fuese más terca que ellos dos juntos.

Seokjin se sentía muy mal, demasiado culpable. Había hablado con Eunyeong, su hija poseía cero malicia o espacio para el enojo en su corazón, se disculpó con ella por no estar al pendiente de las cosas que ella disfruta y preguntó por sus clases de ballet, Namjoon había llegado momentos más tarde con la misma intención de Seokjin.

Eunyeong no estaba enojada con ellos, decía que lo entendía.

Pero luego, les contó con mucha ilusión lo mucho que disfrutaba el ballet y todo lo que había conseguido avanzar hasta ahora, prometiendoles enseñarles algo cuando fuese algo buena en ello y eso estrujó los corazones de ambos alfas.

Yangtae tenía toda la razón en estar molesta con ellos.

—Vamos, amor— insistía Namjoon— será más divertido ir los seis.

Terminó cediendo.

—Bien, ya me cambio— Seokjin entró—¿Qué dijeron los niños?

—Están casi listos.

Asintió, sonrió complacida y tomó la manos de Namjoon, haciendo señas a Seokjin para que también se acercara y cuando así fue, los besó a ambos, un poco brusca, pero sabía que les gustaba de esa manera.

—Los amo. Bien hecho.

Acarició sus rostros antes de meterse al baño y prepararse rápidamente.

—Nos están mirando.

—Nah, están mirando a mamá.

A Yangtae la miraban tanto por varias razones, no solo por ser omega y ser una hermosa, también porque era rara la ocasión en la que salía de casa. No se le veía mucho en las calles de los clanes, a diferencia de los líderes o sus hijos.

Todos se habían acostumbrado y terminando por aceptar el hecho de que aquella omega tenía dos destinos, había dejado de ser extraño o polémico, ahora, solo admiraban la dulzura y el talento maternal que Yangtae poseía. También reconociendo que como mujer era excelente, femenina, entregada y de envidiar en el buen sentido.

—¿Quién comprará las entradas?— preguntó Seokjin, Kang-Dae y Eunyeong señalaron a Jung-Su— Ve.

—¿Yo solo?— Namjoon blanqueó los ojos, riéndose apretó sus hombros y le hizo caminar— El resto compra las palomitas.

—Tengo dos hijos más, ellos pueden hacer esa parte— aunque se quejaron, les dio el dinero y de un empujoncito los mandó a la fila— con caramelo para su madre.

—¡Lo sabemos!

Entonces Seokjin abrazó a su omega con todo el cariño del mundo y la llevó hasta una de las bancas a esperar por su familia.

—Apuesto cinco dólares a qué Kang-Dae dejará caer las palomitas.

Yangtae se rió, asintiendo, Dae era la viva imagen física y de más de Namjoon. Torpe y patoso como su padre.

—Están emocionados.

—Y llenos de razón— alegó— sigues atrayendo todas las miradas, es como si con el pasar de los años, solo te hicieras más hermosa.

—Ustedes dos son alfas celosos e irremediables. Todos miran a omegas todo el tiempo, está en su naturaleza hacerlo.

—Pero nunca a una omega ya enlazada. Sigues teniendo ese efecto sobre los alfas que nos vuelve locos a todos.

—¿Hablas de ser amable?— resopló, sonriendo— Solo me interesa que dos alfas babeen por mí, el resto es irrelevante.

—Me alegra que no te importe, pero a nosotros sí. Aunque si lo pienso mejor, no puedo culpar al resto de la población alfa por desearte— se inclinó, todo su aroma envolviendo a Yangtae en un afán por espantar al resto— solo basta con mirar a esos ojos color sol y caer completamente.

—Jin...

—Tienes un hechizo en esa mirada, preciosa.

Sus mejillas se llenaron de color, el mayor no perdía esa coquetería que la volvía loca. Le besó en agradecimiento y se dejó abrazar a la espera del resto.