MOON WOLVES❞ ksj;knj [1 Y 2]

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Luego de aquel percance, Yangtae prefirió no seguir tocando el tema y sólo disfrutó con sus hermanos el resto de la noche, riéndose por lo mucho que la personalidad de Yahír chocaba con la de Seokjin, pues a su novio parecía que le encantaba hacerlo enojar.

Namjoon por su parte estaba luciendo su mueca de confusión más obvia mientras escuchaba a Yohan hablar, no sabía de qué, pero algo extraño le había dicho.

Quisieron pasar mucho más tiempo, pero  ya darían las cinco y necesitaban dormir un poco, ellos habían hecho un viaje largo de seis horas, por lo que prácticamente entrarían en hibernación apenas sus cabezas tocasen la almohada y los líderes por su parte, tenían que trabajar.

Así que guió a cada quien a su habitación y luego los tres subieron al segundo piso, colocando el seguro como hacían todas las noches y a dormir, esta vez con Namjoon al medio, Seokjin y Yangtae a sus lados cayendo profundamente minutos después.

A las ocho de la mañana, Seokjin normalmente se levantaba para ir a caminar con Jimin, para darle una vigilada a sus territorios y lo más seguro es que el alfa menor ya lo estaba esperando. Tuvo que llamarlo y pedirle que se encargue de todo, él no podía.

Yangtae se removía inquieta y una de sus manos lo buscaba, Namjoon despertó debido al aroma dulce envolviendo el ambiente, observó a Yangtae.

—Joder— maldijo.

—Buen momento para entrar en celo— y no lo decía de manera sarcástica, realmente era un buen momento— antes de viajar, podremos marcarla.

—¿Y sí podrá soportar dos mordidas de una sola vez?— jadeó, la omega seguía removiendose intentando sentirlos más cerca— Tienes que marcarla primero, esperamos unos minutos y luego le marco yo.

El lubricante natural de Yangtae comenzaba a resbalar por sus piernas, mojando las sábanas. Namjoon la levantó, sentándola en su regazo pegando su espalda a su pecho y mientras Seokjin se desvestía, él hacía lo mismo con Yangtae que gimoteaba en su oído hasta que le besó, buscando calmarla, acarició sus senos un momento, ella era tan sensible al tacto en esa zona que no le sorprendió escucharla suplicar que continuara.

Pero no iba a calmarse hasta ser penetrada, así que Namjoon dejó sus senos para tomar sus piernas y abrirlas, exponiendo su centro expectante a Seokjin quien ya se había emocionado de más con la escena de hace un momento y ahora no podía apartar sus ojos de la intimidad de su omega.

Se acercó, casi gruñendo escuchó a Namjoon pedirle que se sostuviera de sus hombros y que él mantendría las piernas de Yangtae bien abiertas para que entrase en ella y así lo hizo, empujó todos sus centímetros dentro de ella, sintiendo la calidez envolverlo de manera exquisita y con un vaivén acelerado se deshizo en el placer que todo el escenario le estaba dando, Namjoon mirando con morbo como salía y entraba y ambos expresando el placer que sentían con gemidos que chocaban en sus oídos lo tenían a mil, también, con cada empuje, el trasero de Yangtae se frotaba y golpeaba con fuerza su impaciente erección, volviendole loco.

Su derecha soltó una de las piernas de Yangtae, Seokjin la tomó mantuvo arriba y con esa mano ahora libre, tanteó llegando hasta dónde ambos cuerpos se unían, encontrando aquél importante punto que haría a Yangtae llegar a su clímax junto al alfa sólo frotándolo, se dedicó a ello. La omega comenzó a temblar.

—A-Al...— no podía vocalizar— mm...

Rasguñó el torso de Seokjin con sus uñas antes de llegar por primera vez esa noche, los caninos de este haciendo presencia junto a sus ojos grises, casi blancos que conectaron con los suyos, amarillos como los rayos del sol, gruñó antes de enterrar los dientes en el lado izquierdo que conecta su cuello y hombro, ese dolor los hizo tener el esperado orgasmo. Las uñas de Seokjin se encajaron en los hombros de Namjoon y sin entender por qué, buscó su muñeca, mordiendo también la piel tierna de su brazo, el más alto siseó una maldición, asintiendo.

—Buen chico— limpió las comisuras de sus labios con el pulgar— muy bien.

Luego Seokjin lamió la zona de la mordida en el cuello de Yangtae, buscando que no fuese demasiado el escosor, dejándose caer de espaldas en el colchón.

Yangtae sentía que volvía a derretirse ante su cuerpo caliente, una nueva ola de calor azotandola, requiriendo más atención.