No abrió la puerta completamente, estaba sola y le causaba un poco de miedo interactuar con desconocidos.
Se trataba de un hombre mayor, no pudo identificar, pero tampoco era complicado saber que era un alfa con solo mirarlo.
El hombre le sonrió, buscando empujar la puerta para verla mejor.
—Hola, niña— comenzó a toser, Yangtae cerró un poco más— estoy trabajando en las construcciones de más allá— señaló rápidamente, no le dió tiempo de ver con claridad— estaba buscando una casa donde pudiera conseguir un vaso de agua, si es tan amable.
—N-No tengo agua.
Magnífica excusa.
—¿Cómo?
—Espere aquí— musitó, arrepintiendose por ser descortés, habían muchos trabajadores sufriendo bajo el sol— un momento.
Intentó cerrar, pero el hombre de nuevo empujó y esta vez con más fuerza, casi tirándola a ella al suelo, despertando a Chu quien apenas vió al intruso, salió de la casa.
—Niña maleducada— bramó, Yangtae retrocedió cuando trató de tocarla— ¿Cómo vas a cerrarle la puerta en la cara a un mayor?
Ella definitivamente no era buena tratando con hombres de ese tipo, su fuerza física era la de una omega promedio, así que no podía hacerle frente e intentar echarlo.
Se sintió acorralada.
—P-Por favor, váyase.
No era una cuestión de ser débil o no, realmente, al ser una omega siempre estaría expuesta al peligro y más teniendo en cuenta que los alfas tenían poder sobre los omegas, ellos podían simplemente dar una orden y hacerse obedecer.
Así que, en ese caso, Yangtae tenía que intentar mantenerse tranquila y ser amable aunque estuviera aterrada, también buscar maneras de escapar, de alejarse del alfa para que no pudiese influir en ella, al menos no demasiado.
—Tráeme el agua.
—Si— pasó saliva, corriendo a la nevera, sacando una botella y extendiendola— aquí.
—Entregala aquí— señaló al suelo frente a él— que no muerdo.
Dudosa, tardó en dar el primer paso, así que caminó lento, fingiendo que no estaba temblando hasta las puntas del cabello, cuando tomó la botella, rozó su mano y la apartó rápidamente, haciéndolo reír.
No entendía como pudo acercarse cuando la casa está totalmente rodeada por el aroma de Yahír, así ahuyenta a todo el que quiera acercarse o irrumpir en la casa.
Mientras él terminaba el contenido de la botella, observó al exterior, la puerta estaba abierta, su corazón se aceleró cuando divisó a dos hombres pasar, aunque podían no ser tan de fiar como aparentaban, no podía solo desperdiciar la oportunidad de pedir ayuda.
De soslayo vio como una de las manos del hombre comenzaba a subir, tocando su rodilla, gritó y en un arrebato de valentía, le empujó, saliendo de la casa a paso rápido.
Los dos hombres abrieron la cerca a los terrenos que rodeaban la casa, su corazón se aceleró mucho más cuando debido a su desespero, no podía detener sus piernas, ella solo siguió corriendo hasta chocar con uno de ellos.
—¿Qué pasa?
Escondió su rostro, era un revoltijo de emociones, el miedo, su nariz percibiendo cuatro aromas desconocidos, su corazón acelerado, sus pupilas dilatadas y la familiaridad en esos brazos que la rodeaban.
—Jin, ve a revisar.
Seguro habían olfateado el miedo que sentía, Yangtae era incapaz de hablar.
—Hey— una mano acarició su cabello— no sé qué sucedió, pero ya pasó.
Yangtae vio dos pares de ojos muy grises con los que conectó en un click.
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—¿Cómo?
El padre de Yangtae estaba lo suficientemente impresionado de ver a dos alfas tan importantes en su casa, también muy agradecido por haber llegado en el momento justo y ayudar a su preciada hija.
Pero no entendía porqué decían que ambos habían sido llamados por ella, por su loba.
Yohan sostenía a Chu en sus brazos, el gato había llegado a buscarlo y maulló hasta el cansancio para llamar su atención, supo inmediatamente que tenía que regresar a casa porque algo pasaba. Yangtae se había desmayado por todo lo sucedido en escasos minutos, totalmente abrumada y ahora estaba junto a Yahír en uno de los sofás, el resto de sus hermanos también escuchando atentos.
—Nosotros tampoco tenemos una explicación para ello— quién la había abrazado, llevaba por nombre Kim Namjoon y era quien hablaba para explicar la situación— pensamos en que tal vez habían dos omegas en esta casa pero...
—Extrañamente solo hay una y nos llamó a los dos— terminó el otro, Kim Seokjin— en este momento sigue llamándonos.
El mayor de la casa se giró para ver a la omega, podía notar su confusión a kilómetros. Los ojos de ambos alfas continuaban brillando en gris mientras observaban a la omega de manera atenta, Yangtae les devolvía dicha mirada con ojos dorados.
Se estaban conteniendo muy bien de tirarse encima del otro solo porque la situación era de analizar. Algo bizarra.
El padre no sabía cómo proceder a la situación y Yahír bufó.
—No podemos dejar que dos hombres se lleven a Yangtae, papá.
—Ya sé que no, pero como podrás darte cuenta— señaló la tensión entre los tres— esto se sale de nuestras manos.
Seokjin parpadeó, intentando recomponerse.
—Nosotros tampoco tenemos algo preparado, yo vine aquí buscando a mi omega, llevármela a casa— lógico— y terminé encontrando a mí omega que también es la omega de mi amigo.
—Yangtae— Namjoon pronunció su nombre, lento y tranquilo— ¿Qué quieres hacer?
Ella no esperaba que le preguntaran eso, cuando le hablaron de alfa destinado, estaba dispuesta e informada sobre que se iría con él y eso era todo.
Ahora no sabía que hacer, porque su interior le gritaba que se fuera con ambos aunque fuese la cosa más loca del mundo.
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