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Pov Nathaniel

─¡Traidor! ─ me acusa Cedrik entrando a mi oficina mientras estoy revisando unos documentos con Erick.

Estamos en casa, la mansión familiar, está fue la casa donde crecimos todos y aunque cada uno de nosotros tres, tiene su propia mansión, mansiones que dicho sea de paso están en está misma propiedad.

La propiedad Litman es de aproximadamente 30 hectáreas, donde cada uno de mis hermanos y yo tiene su propia propiedad con su respectiva privacidad, además de su jardín con piscina y otras cosas.

Por otro lado la gran mansión del abuelo, tiene piscina olímpica, una cancha de tenis, cancha de baloncesto, un área que parece un patio de juegos donde mis hermanas aún pasan algo de tiempo a veces.

Todos tenemos nuestro propio espacio, pero la mayoría del tiempo estamos aquí, qué puedo decir, somos así, nos encanta estar todos juntos, aquí en la mansión donde todos crecimos.

Mis hermanos crecimos cómo si fuéramos trillados, aunque yo soy exactamente un año mayor que ellos, exactamente un año mayor que ellos, y desde que nacieron, los tres siempre estuvimos juntos, los años en la escuela, secundaria y universidad siempre la pasamos juntos y todas las experiencias de la vida la pasamos juntos.

Ellos son mis mejores amigos, mis confidentes, mis cómplices y yo también lo soy para ellos, no hay nadie más en está vida que confíe más que no sea en ellos, mis padres, mis hermanitas y por supuesto mi abuelo, aunque pongamos sus decisiones en duda en ocasiones.

En especial cuando los tres terminamos nuestras especialidades, yo en literatura, Erick en administración hotelera y restaurantes y Cedrick en informática. Cuando cada uno se graduó y empezó a trabajar de lleno en la empresa de la familia y nuestros proyectos personales estuvieron en marcha, nos dijo que teníamos que casarnos, simple y directo, cómo siempre es él, nos dijo que teníamos que buscar a buenas mujeres, casarnos y tener hijos.

Tema que trae muchas discusiones entre él abuelo y Erick porque él no tiene la intención de hacerlo en un futuro cercano.

─Le dijiste ─ me quejo con Erick que está sentado a mi lado, sin que me afectara demasiado él berrinche que está haciendo mi otro hermano.

─Me estaba desesperando con sus insistencia para que salgamos en la noche, así que le dije que saliera él y disfrutara él, que aprovechara él porque él tiempo se le estaba acabando porque le pedirías matrimonio a Rebecca ─ explica él encogiéndose de hombres con frescura.

─¿Por qué me haces esto?, soy tu hermano, ¿porque me lastimas así? ─ se queja él, haciendo un drama cómo siempre, de los tres Cedrick es él más dramático de todos. Erick es el más serio de todos, siempre está más enfocado en él trabajo, en sus restaurantes y en la familia, todos siempre nos preocupamos por la familia y yo me considero o eso quiero pensar, que estoy en medio de ambas personalidades de ambos.

─Lo voy hacer porque la quiero, porque es alguien estupenda, es trabajadora, es alguien muy inteligente y alguien con quién es muy fácil de estar ─ contestó.

─Pero tampoco es para que te cases con ella ─ casi me grita.

─Llevamos dos años de novios, ya es tiempo de dar él siguiente paso ─ digo con firmeza ─ además porque te preocupas tanto, para tu suerte Erick será él siguiente a quien él abuelo tendrá él la mira y él ni siquiera tiene pareja ─ le recuerdo.

─Tampoco pienso en tenerla ─ dice él con firmeza y seriedad.

Cómo dije, Erick no tiene planes de casarse en un futuro cercano, ni siquiera tiene una novia, nunca a tenido una novia, lo que una vez llevó al abuelo a preguntarle si le gustaban los hombres, si hubiera sido él caso no creo que él abuelo hubiera estado en contra, las parejas en de hombres también pueden tener hijos sin ningún tipo de problema, pero no es él caso de Erick, a él le gustan las mujeres, solo que es complicado, no creo que ni él mismo se entiende porque dice que las voces de las mujeres son muy irritantes.

Nathaniel Litman ◇Herederos Litman 2◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora