Nathaniel Litman ◇Herederos Litman 2◇

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Ya en la tarde estoy solo en mi casa, mis hermanas salieron al club campestre con unas amigas, mis padres tambien estaran alla, Erick está en uno de sus restaurantes y Cedrik tiene una cita con su nueva conquista y creo que él abuelo salió a ver unos amigos, así que estoy en casa pensando, tengo que hacerlo, tengo que pensar muy bien lo que voy ha hacer porque no quiero que nadie salga lastimado después.

Mientras pienso, mi vista vaga por mi estudio y se detienen en los álbumes de fotos, yo apenas tengo dos, mi madre tiene más  de veinte, con todos nosotros en casa, le fascina tomarnos fotos. Abro uno de ellos y la primera foto que me recibe es una en la que estoy con Charlott.

Son muy pocas las fotos de antes de que nos separamos en la que no estemos juntos o en la que no esté junto a mis hermanos, en fin, siempre estuvimos juntos.

Y ahora mirando las fotos me pongo a pensar en lo diferente que son Charlott y Rebecca físicamente, Rebecca es más alta, piel blanca cómo la porcelana, ojos azules y cabello pelirrojo, por otro lado, Charlott, con una hermosa piel color caramelo, un poco más pequeña con 1,55, pero con coquetas y encantadoras curvas, cabello negro y ojos de color café oscuros, ambas hermosas y diferentes, pero la diferencia más grande entre ambas no es su apariencia si no sus personalidades.

Rebecca, dos años menos que yo, ella es más tranquila, más reservada, calmada y sensible, nunca levanta la voz, ni siquiera cuando está molesta o discutimos lo que pasa muy poco, es muy centrada en su trabajo, trabaja mucho, hace horas extra por lo menos tres días a la semana y no le gusta que la llame cuando está trabajando, tampoco que la vaya a ver de sorpresa en él trabajo, no es celosa en lo más mínimo, siempre va perfectamente arreglada, incluso cuando está en casa está un poco arreglada también.

Charlott, ahhh Charlott, mi conejita, ella es todo lo opuesto, ella siempre dice lo que piensa, no teme expresarse, es alegre, cariñosa, tierna, pero que eso no te confunda, cuando está molesta, es de cuidado, porque a ella no le importa abortar a cualquiera que la ofenda y lo digo en serio no importa quién sea o donde estemos, sin mediar ni una sola palabra, ella simplemente golpea, porque no ella no es alguien de amenazas ella ataca, por supuesto ama la literatura, él chocolate, los animales, se inventa una historia de lo que sea, también es algo celosa, es lo más tierno cuando está celosa, si está en casa solo está en short, alguna camiseta vieja y descalza, así de simple.

Son completamente diferentes una de la otra y no quiero lastimar a ninguna de ellas, no quiero.

Pov Charlott 

Me costó un poco hacer que mi abuelo deje de insistir con eso de que vuelva a estar con Nathaniel, ya no es posible, él tiene a alguien, alguien con quién piensa casarse y con quién me ha dicho que se siente muy feliz, no puedo ser egoísta y quitarle esa felicidad.

Porque nada nos asegura, ni a él ni a mi que regresar es una buena idea y será bueno, si, fuimos pareja en toda la adolescencia, pero ya no somos adolescentes, ambos somos adultos con vidas muy diferentes, él vive aquí, donde está a cargo con sus hermanos de la empresa de su familia y yo estoy en Pamplona cumpliendo mi sueño de ser una gran escritora.

Además, si Nate está decidido a casarse con alguien más es porque ya me olvido, ya no siente nada por mi y de verdad está enamorado de esa tal Rebecca.

Más se muy bien que solo calme a mi abuelo por poco tiempo, él seguirá insistiendo y él abuelo Richard también. 

Durante él vuelo escribí unos capítulos de una nueva historia de fantasía que lleva rondando mi cabeza varios días, esto no es lo que acostumbro a escribir, escribo un poco más de romance y erótica también, pero la fantasía es algo que siempre me ha gustado y lo quiero intentar, mi editor dice que no, que me enfoque en lo que me sale bien y nada más, después de unas horas en la computadora, los ojos me ardían y le preguntó a mi abuelo por la compañía familiar.