Nathaniel Litman ◇Herederos Litman 2◇

20

Pov Nathaniel

─Asi que es cierto ─ se queja Rebecca.

Después de pasar toda la tarde con Rebecca, o más bien casi peleando con ella porque tuve que decirle que ya no nos podremos mudar juntos por él momento ya que tengo algunos problemas con mi familia, aunque la parte en la que le dije que tengo problemas con ellos le hizo feliz.

Si de verdad supiera.

Así que logré que pospusiera lo de su mudanza por unos días, aunque no se cuanto exactamente, entonces fue cuando me avisaron que debíamos ir a cenar con todos los demas, sabía perfectamente que él abuelo trataba algo con esto y tenía razón.

─¿Que es cierto? ─ le preguntó.

─Que estas comprometido con Charlott ─ me reclama ella.

─¿De donde has sacado eso? ─ le preguntó fingiendo inocencia.

─Eso no importa ─

─Si importa, ¿de donde sacaste dicha información? ─ le preguntó, ella está molesta, es claro, pero fácilmente puedo darle vuelta a la situación para librarme de ella está noche.

─Ni Siquiera lo niegas, es cierto ─ se queja ella evitando contestar a mi pregunta

─Rebecca no quieras cambiar él tema, ¿de donde escuchaste eso? ─ le vuelvo a preguntar.

─¿Solo te importa donde lo escuche? ─ se queja indignada.

─Si, porque ese es un asunto que solo mi familia, Charlott y su abuelo sabían y nadie más tenía él derecho de saber ─ digo firme.

─¡Ni siquiera yo que soy tu novia! ─ me grita ella furiosa.

Hubieras mostrado esté carácter antes, te habría considerado más atractiva.

─Si, porque era un asunto que estaba resolviendo sin armar escándalos ─ contestó ─ ese acuerdo se hizo sin siquiera él conocimiento de mis padres, mi abuelo fue quién lo organizó todo, pero ni Charlott ni yo estamos de acuerdo con casarnos ─ miento, lo único que quiero ahora es casarme con mi conejita.

─¿No te casaras con ella?─

─Ya dije que no, ninguno de los dos quiere casarse ─ le digo y ella frunce los labios ─ ¿Que?─

─ Puede que eso sea lo que quieres tú, pero ella...

─Rebecca, deja de querer difamar a Charlott ─ le advierto serio, sus mejillas se ponen rojas de ira.

─Y tu deja de defenderla cómo si ella fuera una santa ─

─No digo que ella sea una santa, nadie es completamente santo ─ digo ─ pero la conozco lo suficiente para saber de que es capaz y de que no, además nosotros hablamos de esto y cada uno estuvo de acuerdo ─ claro esa fue la idea principal, pero eso fue antes de que supiéramos la verdad de todo esto.

Rebecca me mira con recelo y veo cómo batalla internamente, decidiendo que es lo me dira a continuación.

─¿Qué harás entonces? ─ pregunta ella.

─¿Qué haré con que? ─

─¿Qué harás si tu abuelo sigue insistiendo en que te cases con ella?, ¿ lo harás? ─ pregunta ella.

─No lo sé ─ contestó.

─¡No lo sabes!, ¡yo soy tu pareja Nathaniel! ─ me recuerda ella.

─Si, eso lo se, pero entiéndeme, es mi abuelo, no es tan simple ir en su contra de lo que él dice ─ digo ─ solo dame tiempo, para poder hacerlo entrar en razón a él ─