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109- Flor

¿Y por qué tengo que ir yo?.- La miré enojado.

A pesar de que nunca estás aquí, sigues siendo parte de los caballeros.- La firmeza de Abril solo me hizo enojar más.

¿Qué haré con mi bar? El vino tiene que venderse.-

El viajero te ayudará, ya arreglé todo.- Acomodó unos papeles. Irás con Diego.-

¡¿Qué?!.- Azoté mis manos en su escritorio.

Oh cariño, bájale dos rayitas.- Era Diego.

Se acercó a mi, para tomarme de la cintura.

No me gusta realizar el trabajo con mi pareja, solo me distraería.

Suspiré con frustración.

Vamos Roberto... Solo es exploración, no te lo tomes tan en serio, solo queremos limpiar de montruos el área.- Abril me miró a los ojos.

Sabe lo que pienso sobre trabajar con Diego.

¿Ves? Somos un buen equipo bebé.- Palpó mi cadera, sonriendo.

Vámonos, no quiero perder tiempo.- Me di la vuelta, acomodando mi saco.

Diego soltó una risita, siguiéndome el paso.

[•••]

Es suficiente Beto, si continuamos vamos a morir, curemos nuestras heridas y busquemos dónde dormir.- Diego jadeó, quejándose del dolor.

No seas un debilucho, ¿No eras el capitán de caballería?.- Limpié mis guantes.

Oh... Tienen algo de sangre.

Es algo asqueroso, me los quitaré.

Dios... Tus manos.- Diego tomó ambas de mis manos.

¿Qué?.-

Están... ¿Cuándo te hiciste tantas cicatrices?.- Su expresión triste rompió mi corazón.

Es... Por el trabajo, las botellas se rompen, no te preocupes.- Quité mis manos.

Roberto.- Me miró seriamente.

Mordí mis labios.

Busquemos un lugar para descansar, ¿Si?.- Acarició mi cabello.

Caminé a su lado en silencio.

Realmente me molesta cuando se pone triste.

No soy muy bueno para demostrar mis sentimientos así que... ¿Cómo puedo hacerlo sentir mejor?.

Mira allí.- Señalé una gran flor.

Hey, bien pensado niño bonito.- Acarició mi mejilla.

Bajé la mirada, sus cumplidos me hacen sentir avergonzado.

Voy a buscar leña para hacer una fogata, ponte cómodo, la altura nos mantendrá seguros.-

Asentí.

Estaba a punto de irse, pero lo tomé del brazo.

¿Sucede algo gatito?.- Preguntó.

Oh... No, lo siento, yo...- Mordí mis labios.

Si quieres un beso puedes pedirlo.- Se acercó a mi, para besarme.

Su mano acariciaba mi cuello, apretándolo un poco.

No te sientas triste sin mi, volveré pronto.- Sonrió, para después darme un besito en la punta de mi nariz.