134- Pasto.

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Buenas abu.- Dijo mi Beto, entrando a la casita.

¡Beto!.- Su abuelo se levantó del sofá, para besarle la mejilla y abrazarlo.

Traje al mandilón.- Dijo, acercándome a él.

Epa.- Le di un golpe en el pecho, fingiendo enojo.

Su abuelita salió de la cocina, sonriendo hermosamente.

¡Diego! ¡Roberto!.- Se lanzó para besarme las mejillas.

Ay... Señora...- Solté una risita.

Después se dirigió a Beto, para abrazarlo aún más fuerte.

¿Estás cansado mijo? Si quieren pueden irse a acostar un ratito.- Nos miraba algo preocupada.

¿No quieres que te ayudemos con la cocina?.- Preguntó mi novio.

No, no, así déjalo, vayan a descansar.- Besó su frente.

Gracias Abu.- Le dije, abrazándola nuevamente.

Tomé la mano de mi Beto, para subir las escaleras hasta nuestro cuarto.

¿A mimir?.- Me preguntó, abrazándome.

Mjum.- Asentí, besando su mejilla.

Nos acostamos en la cama, para así acurrucarnos felizmente.
Su carita se posaba en mi pecho, mientras que yo acariciaba su cabello y cintura.

Descansa, hermoso.- Besé su frente.

[•••]

Diego, Diego...- Roberto me movía.

¡Diego!.- Gritó en susurros.

¡¿Qué?!.- Grité de la misma manera.

Son las once de la noche no mames.- Me dijo, soltando una carcajada.

A la verga.- Me levanté de la cama, lentamente.

Me estiré, bostezando, mientras que Roberto me abrazaba por la espalda.

Vamos, hay que salir.- Le dije, acariciando sus brazos.

Vamos, vamos.- Besó mi cuello.

Salimos lentamente del cuarto, para dirigirnos a la puerta de entrada.

Nos marchamos de allí, tomados de la mano.

Mira, aquí están las vacas.- Me mostró, con la lámpara de su celular.

Me acerqué, para verlas.

Una de ellas me miró tétricamente.

A la verga.- Dije, haciéndome para atrás, lentamente.

Roberto soltó una carcajada, caminando hacía un lado.

Este corral está solo, mi Abuelo dijo que iba a poner gallinas pero...- Se recargó en la valla, como si estuviera en una posición sexual.

Está bueno pa coger.- Le dije a modo de broma, tomando sus caderas y frotándolo en mi entrepierna.

¿Quieres hacerlo?.- Preguntó, sonriendo.

Yo... Lo decía de broma pero...- Cubrí mi boca.

Beto se metió dentro del corral y puso el celular en el pasto.

Ven.- Me llamó con su mano.

Entré en el corral, poniéndome detrás de mi pequeño.

Besé su cuello, acariciando su cintura.

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