One-Shots ; NSFW ; Robarca

144- Puerta.

¿Sabes algo sobre este símbolo?.- Le pregunté.

¡Eso es...!.- Diego vió sorprendido la pantalla de mi computadora.

¡Sabía que él diría algo!.

¿Y bien? ¿Qué es?.- Sonreí, emocionado.

Llevo unas semanas con este demonio, según él dice soy su "puerta". Lo que le conecta con el Inframundo y lo hace regresar al mundo de los humanos.

No entiendo nada de lo que me dice, pero es mejor no pelear con alguien tan grande y musculoso.

Además, puede ayudarme a resolver este caso.

Muchos muertos por aquí y por allá y lo único que conecta estos asesinatos son esa marca extraña.

Humano, te diré lo que sé pero, ¿Qué ganaré yo?.- Sonrió de lado.

Lo miré indignado.

Hijo de perra.-

Soltó una carcajada.

Oh, vamos, déjame regresar al inframundo.- Acarició mi rostro.

Si, la única forma de abrir la "puerta" es teniendo sexo.

No lo sé, es algo extraño coger con un demonio, a parte de que no me gustaría hacerlo...

No creo poder ayudarte.- Me senté en el sofá, haciendo mala cara.

Roberto~... ¿Realmente no quieres saber sobre esa marca?, Es interesante...- Sonreía, enseñándome esos colmillos burlones.

¡Bien!, Te llevaré al Inframundo, pero dime un poco sobre la marca, si no, no podré creerte.-

¿Me crees capaz de mentirte?.- Dijo, indignado.

Volteé los ojos.

Eres un demonio, ¿Qué piensas que pueda creer?.-

Pero no soy cualquier demonio, cariño.- Tomó mi mano, lamiendo sus labios.

Es sexy.

Cumple mi condición o nada de inframundo.- Dije, firmemente.

Es una marca que las puertas suelen tener.- Respondió, tomando mi cintura para jalarme a él.

Las puertas...- Pensé detenidamente, mientras sentía como unas manos se paseaban por mi abdomen. Pero, yo soy una puerta y no tengo esa marca.- Le dije.

Aún no.- Sonrió, lamiendo mi cadera.

¡Hey!.- Golpeé su hombro, haciendo un puchero.

Ya hice mi parte, toca la tuya.- Su larga lengua rozó mis pezones.

Abrí los ojos, algo asustado, pero pronto ese temor se volvió en placer.

¿Por qué su lengua es tan larga?, Se enrolla perfectamente en mi pezón, como si fuera una paleta.

Acaricié su cabello, temblando un poco.

Quitó mi sudadera, pasando sus manos por todo mi cuerpo.

Sacó mis pantalones, lamiendo sus labios.

Eres muy pequeño, humano.- Sonrió.

¡No soy pequeño!.- Cubrí mi entrepierna, avergonzado.

Soltó una carcajada.

¿Quieres ver el porque digo eso?.- Lamió sus labios, quitándose los pantalones.