163- Lluvia.

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-Bebé...-

-No te vayas...- Me dijo Beto, abrazándome.

Solté una risita.

-Tengo que irme, niño, ¿Cómo quieres que te compre tus caprichos si no me dejas trabajar?.- Tomé su cintura, apretándolo a mi.

-Bien...- Me soltó, haciendo un pequeño puchero.

Tomé su rostro para besarlo rápidamente.

-Tranquilo... Regresaré pronto ¿Si?.- Besé su mejilla.

Él asintió.

Le sonreí para después salir de la casa.

Mi chófer y secretario ya me esperaba fuera.

-Buenos días, Juan.- Le dije, sonriéndole.

-Buenos días, señor... Le traje su café, está caliente tenga cuidado.-

Asentí, mientras tomaba el vaso de café negro.

Le di un sorbo, mientras mi secretario comenzaba a conducir en la oficina.

Ni siquiera puedo sentirlo tibio.

Suspiré.

Nací con una extraña condición, no puedo sentir el calor, solo el frío.
Siempre que como debo comer cosas calientes, en el punto de que estén hirviendo, pues no siento como mi cuerpo se calienta con la comida o la calefacción.

Es horrible, siempre tengo que tener una bufanda, sacos, chamarras, guantes, de todo.

Vivo en un eterno invierno.

Seguí dándole tragos a mi café, esperando que mi cuerpo se caliente al menos un poco.

-Señor... ¿No tiene calor?.- Preguntó Juan.

-Ah... No, no te preocupes.- Le sonreí.

-Bien...-

Pronto, el carro de mi empresa paró, frente a mis oficinas.

Mi secretario abrió mi puerta, para dejarme salir del coche.

Ah... Pensar que todo esto es mío... Este enorme edificio...

Suspiré, entrando en el edificio.

En serio me gustaría estar todo el tiempo al lado de mi Roberto, pero bastante gente depende de mí para que su trabajo siga en pie.

Subí el elevador, junto a Juan, varias personas al verme, decidieron esperar el próximo elevador.

Subí al último piso, para así llegar mi oficina, Juan pasó a la suya la cual está al lado de la mía.

Miré por la ventana.

Está nublado, parece que lloverá en un rato. Mierda.

Odio la lluvia. No me malentiendan, es hermosa y lo que quieran, pero solo hace que mi temperatura baje como nunca.

La humedad mezclado con el agua y el ambiente fresco me hace sentir tanto frío que siento que moriré.

Hay solo una cosa que me dá calor.
Roberto.

Pero mi esposito no está aquí ni lo estará al menos dentro de unas diez hora o más.

He lidiado solo con esto varios años no debería de haber problema ahora.

Suspiré, sentándome en mi silla y así después comenzar revisando correos.

Cómo lo esperaba, un millón de correos y por consecuente un millón de cosas que hacer.

One-Shots ; NSFW ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora