One-Shots ; NSFW ; Robarca

152- Parque.

¿Estás listo?.- Besó mis labios.

Asentí, tomando su brazo.

Diego miró mi falda y la levantó, viendo debajo de ella.

Mordí mis labios, mientras que él acariciaba mi trasero, verificando que haya seguido sus órdenes.

Perfecto, vámonos.- Sonrió, tomando mi mano.

Es algo incómodo... No tengo ropa interior y esta faldita no es tan larga que digamos.

Diego me abrió la puerta del carro, a lo que yo respondí sentandome de copiloto.

Mi novio entró al carro, poniéndose el cinturón de seguridad.

¿Estás cómodo?.- Se acercó a mi, para colocarme el cinturón.

El asiento es frío... Pero me acostumbraré.- Le contesté.

Besó mi mejilla y entonces comenzó a manejar.

Dios... No quiero moverme mucho pues voy a frotarme en el asiento y... No creo que sea bueno tener una erección en estos momentos.

Ya casi llegamos...- Dijo, colocando su mano en mi muslo.

Um... Papi, creo que deberías quitar tu mano...- Jalé un poco su mano.

¿Y por qué dices eso?.- Mantuvo su vista en el camino, mientras apretaba mi muslo.

No quiero manchar mi falda.- Hice un puchero.

Soltó una risita, dejando de tocar mi muslo.

Tranquilo... Pronto no solo tu faldita será la húmeda.- Aparcó el auto, en el estacionamiento del parque.

Salió del auto para después abrir mi puerta del mismo.

Tomé su mano, para bajar.

No hay nadie, estaremos bien.- Apretó mi cintura, sonriendo.

Respiré profundo. Bien... Tiene razón, estamos entre semana no hay gente.

Diego tomó la canasta del asiento trasero y así buscamos un lugar discreto en el cual comenzar nuestro "picnic".

Puso la manta frente al río y algunos árboles cubrían en dónde estábamos.

Acuéstate boca abajo, dándole cara al árbol.- Dijo Diego, sentándose en la manta.

Hice lo que me pidió y mi faldita se levantaba un poco, mostrando mi trasero, pero, tengo un río detrás mío.

Nadie nos verá.- Susurró, acariciándome los muslos.

Mordí mis labios.

De la canasta sacó dos libros, uno para él y otro para mi.

Oh, "Cuentos para monstruos". Jamás lo terminé.

Abrí el libro en la página que lo había dejado, mientras que mi Diego, leía su libro, con su mano en mi muslo.

Su mano me acariciaba suavemente, causándome escalofríos.

Pero, subió a mi trasero, para darme una nalgada.

Abrí los ojos, buscando si hay alguien al rededor.

Shh... No hay nadie...- Acarició el plug, moviéndolo de lado a lado.

Después lo sacó un poco, haciendo que mi respiración se acelerara. Lo volvió a meter, sacándome un jadeo.

Dio una risita, volviendo a darme una nalgada.

Lo miré, sonrojado.

Comenzó a jugar con el plug, metiéndolo y sacándolo suavemente. Y yo no pude concentrarme en mi pobre libro.