One-Shots ; NSFW ; Robarca

148- Castigo

Esta parte es la continuación del capítulo "7 - Estocolmo".

¡Espero lo disfrutes! 💕.

Dedicado a zaragoza2344 <3

Entra.- Dijo Roberto, con un frío tono en su voz.

Entré a su casa, con la cabeza gacha.

Un portazo me asustó, pero entendí su furia.

Jaló mi cabello hacia atrás, pegando mi cabeza en su pecho.

¿Qué pensaste cuando hiciste eso eh? ¿Qué te pasó maldito malcriado?.- Soltó mi cabello fuertemente.

A-Amo.- Quedé en cuclillas, tomando su camisa, rogándole piedad con los ojos.

Vas a ir directamente a tu habitación y me vas a esperar totalmente desnudo ¿Entiendes?.-

Asentí, poniéndome de pie, rápidamente.

Pero mi amo me dio una cachetada.

¿Acaso dije que podías pararte? ¡Ve a cuatro patas, maldito perro!.- Gritó enojado.

No quiero hacerlo enojar.

Atendí su orden.

Lo lamento, amo.-

Caminé a cuatro patas hasta mi habitación, la puerta ya estaba abierta.

Roberto cerró la puerta de un portazo, dejándome encerrado allí dentro.

¿A-Amo?.-

Haz lo que te ordené, no seas un malcriado de mierda.- Me dijo, desde el otro lado de la puerta.

Tragué saliva.

Comencé a quitar mi ropa, sin levantarme, no debo de desobedecer sus órdenes.

Sal.- Abrió la puerta, cuando aún tenía mi ropa interior puesta.

Mi amo me miró enojado.

¡¿Siempre eres así de lento?!.- Jaló mi ropa interior, arrancándola de mi cuerpo.

Es excitante verlo tan enojado. Pero a la vez da miedo, no sé de lo que es capaz de hacerme.

Ven.- Jaló mi cabello, jalándome mientras caminaba.

Seguía a cuatro patas, tratando de que mi pelo no fuera tan maltratado.

Me llevó al baño. ¿Me llevó al baño?

Ponte de pie en la bañera, mano en la pared, rápido.- Soltó mi cabello, levantando las mangas de su playera.

Hice lo que me pidió, temblando.

Diego, Diego, Diego...- Tomó la regadera de mano, encendiéndola.

El agua fría llenó mi espalda, haciendo que temblara aún más.

Apreté mis manos, sin quitarlas de la pared, pues soy obediente ¿No?

Tu castigo apenas está comenzando, espalda y piernas rectas.-

Quise voltear suavemente mi rostro para mirar el rostro de mi amo.

Pero lo único que pude ver es como apretaba un gran látigo entre sus manos, preparándose para golpear mi espalda húmeda.

Aprieta los dientes, cariño.- Soltó una risa, para después darme un latigazo.

Apreté con fuerza mis labios, ahogando mi gemido de dolor pero a la vez mis ojos comenzaban a sollozar.