127- Muñeco.

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El timbre de mi casa sonó, haciendo que mi cuerpo se levantase automáticamente.

Corrí a abrir la puerta y como lo esperaba, el repartidor de Amazon estaba frente a mi, con mi paquete.

Buenos días.- Le dije.

Buenos días, aquí está su paquete.- El hombre me dió la caja en las manos.

Muchas gracias.- Le sonreí.

El hombre volvió a su carro, mientras que yo cerraba la puerta de mi casa.

Corrí por unas tijeras.

¡Por fin!, El muñeco que tanto ansiaba. ¡Y de edición limitada!

Rompí la caja, con cuidado de no dañar al muñeco.

"Su alteza Roberto" era el nombre del muñeco.

Saqué la figura de la caja, sonriendo con victoria.

Valió la pena todo el dinero invertido.

La ropa es hermosa, el muñeco tiene una piel suave y realista de un bello color canela, con sus ojos perfectamente pintados.

¡Oh Dios! Se verá hermoso en la colección.

Es la primera y última edición de este muñeco, "Roberto", según dicen lo dejaron de producir por culpa de unos rumores.

Rumores que según esta figura tiene vida propia.

Son tonterías.

¡Agh! Este muñeco es precioso, como si fuera un humano pequeño.

Es sorprendente realista.

Le coloqué la ropa, consiste en un traje al estilo príncipe, de bellos tonos azules y blancos.

Su cabello negro estaba perfectamente peinado y le coloqué un accesorio en él, su bella y brillante corona.

Cuando terminé de vestir y arreglar al muñeco me alejé un poco para poder apreciar su belleza.

Se ve bien... Te verías mejor en color rojo.- Dije, pensando en que confeccionarle.

Bueno, según lo que usa ahora es algún tipo de príncipe.

Le haré algo de la realeza o algo de este estilo.

Me levanté de la silla, para llevarme el muñeco a mi estudio.

Comencé a medir su cuerpo, para así comenzar a trazar los patrones.

Acaricié el pelo del muñeco, para así acomodarlo.

Pero sus ojos se movieron, para verme directamente a los ojos.

Me hice hacia atrás, sorprendido.

Movió suavemente sus manos, pero el movimiento estuvo allí.

Abrí la boca, haciéndome aún más hacia atrás.

¿Miré mal?.

De pronto, una luz cegadora cubrió todo mi cuarto.

Cubrí mis ojos, para no quedarme totalmente ciego.

Oh Dios... ¿Dónde estoy?.- Una voz peculiarmente "fresa" me sacó de mi trance.

Abrí los ojos un poco, para después abrirlos con sorpresa.

Es el muñeco, pero en proporciones reales, con vida y puede moverse.

Oh Dios.

¿R-Roberto?.- Dije.

¡Su alteza Roberto!, Dios... ¿Dónde quedó el respeto?.- Se acercó a mi, con una cara de asco.

One-Shots ; NSFW ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora