119- Despacho.

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¡Hola!.- Saludé, contoneando mis caderas.

Juan me miró, harto de mis visitas.

El señor Balsa está fuera, en una reunión.-

¿Y?.- Sonreí, poniendo mis manos en su escritorio.

Roberto... En algún momento Diego se hartará de esto, piense en su relación.- Dijo, acomodándose los lentes.

Estámos comprometidos, hasta parece que no conoces a mi Dieguito.- Sonreí de lado.

Siempre cumple una promesa.

Juan volteó sus ojos, volviendo al trabajo.

Caminé hasta la oficina de mi papi, abriendo la puerta de esta.

Es un consentidor, me compró un sofá cama, para que pudiera dormir en su oficina.
Libros, una cobija, peluches y hasta un pequeño armario con ropa, que parece un archivero.

No para de ser una oficina, pero con sus secretitos.

Me senté en el sofá, bostezando.

Son las dos de la tarde, tengo algo de hambre...

Le diré a Juan que me traiga algo de comer. Le trae la comida a mi papi a las tres...

Tomé el teléfono, para marcarle a Juan.

Juan.
¿Ahora que sucede?.

Roberto.
¿Qué va a comer mi prometido?.

Juan.
Umm... Una hamburguesa de pollo y una ensalada.

Roberto.
Yo quiero boneless.

Solté una risita, mientras que él daba un suspiro.

Juan.
Está bien, tendré que irme desde ahora, gracias, Roberto, me encanta ir por el tráfico.

Roberto.
Un placer mi querido secretario.

Solté otra risita, para después colgarle.

Me estiré, para después sentarme en la silla de Diego.

Su computadora es muy elegante...

Escuché algunos pasos, sacándome una sonrisa.

Si, por favor checa eso, gracias.- Era mi Diego, abriendo la puerta.

Su carita se iluminó, sacándole una risita.

Colgó su llamada, para cerrar la puerta y acercarse a mi.

Hola, mi niño.- Me besó la mejilla.

Hola papi.- Lo abracé, apretándome a él.

¿Vas a quitarte de mi silla?, Tengo trabajo.- Palpó mi cadera, sonriendo.

Mmm... Tal vez.- Froté mi rostro en su pecho, huele muy bien.

Me levanté, para abrazarlo.

Vete a sentar, papi termina con su trabajo y nos vamos a comer.- Besó mis labios.

Ya le pedí comida a Juanito.- Acaricié su cabello.

Bien, bien.- Besó mis labios.

Se sentó en su silla, mientras que yo me acomodaba en el sofá.

Oh mierda.

Soy débil cuando Diego se pone sus lentes.
Quiero que me enseñe matemáticas y me castigue cuando responda mal.

One-Shots ; NSFW ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora